Agentes de
la Guardia Civil de Tráfico detuvieron ayer al autobús ultracatólico de
la organización ultrapatética Hazte Oír por circular con la
documentación de un vehículo macho cuando, en realidad, el motor, los
frenos y la caja de cambios pertenecen a una furgoneta absolutamente
hembra, “y muy guapa, por cierto”, según palabras de los propios
agentes.
El impresionante tubo de escape de casi cuarenta y cinco
centímetros resultó ser postizo, y a pesar de su flamante erección
apenas era capaz de expulsar un diez por ciento de los humos procedentes
de la combustión interna, según comprobaron los guardias civiles.
La
posibilidad de que el autobús transfóbico fuera hembra ya había sido
sopesada días antes por la Policía municipal de Madrid al observar una
conducción típicamente femenina a su paso por las calles de la capital
española. “Llevaba el volante con las dos manos para obtener una
conducción más responsable y respetaba los semáforos igual que una
chica”, aseguran desde la Jefatura de la Policía Local madrileña.
El portavoz
de la organización apoyada por el Gobierno y controlada por la secta
secreta El Yunque niega que el autobús de Hazte Oír sea transexual y
achaca su amaneramiento a la suavidad de la dirección asistida, a su
exquisita educación y a ese “pequeño porcentaje de guarrilla viciosa que
todo macho lleva en sus genes”, según palabras del propio portavoz
troglodita.
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