Ha tenido que ser la solidaridad
ciudadana, como en casi todos estos casos, la que pusiera algo de
normalidad en esta ilógica situación.
Y es que nada hay menos comprensible que el hecho de que una persona de 84 años tenga que dormir en la calle, bien por la falta de recursos económicos y humanos en la lucha contra la exclusión social o bien porque la falta de adaptación a ciertas realidades en las normas que se imponen desde el sistema público de asistencia consiga hacer preferible el riesgo de vivir en la calle a tener que asumirlas.
Esto es lo que verdaderamente importa, y
no si la paliza se la ha dado una presunta ‘mafia’, como ahora casi
aseguran algunos medios de ultraderecha y/o próximos al PP que ni
siquiera mencionan otra posibilidad, o si han sido unos jóvenes
fascistas (y no sería la primera vez), como asegura que ha sido el activista que ha difundido la noticia.
Y resulta curioso y hasta paradójico que
sean estos medios afectos al régimen de M. Rajoy los que hablen de
mafias y de desamparo, porque es precisamente el de la asistencia,
especialmente a menores, uno de los nichos de mafias público-privadas
más repugnantes y atractivos para el negocio de sus partenaires (si quieres más información pulsa este enlace).
El caso es que al menos por ahora ni Flor ni su pareja tendrán que tentar a la suerte.
Flor la anciana de 84 años agredida, después de cuatro años durmiendo en
la calle por fin descansando en una cama con techo. En las calles de
España tenemos muchas mujeres y hombres como Flor que están expuestas a
las agresiones, el frío y a la indiferencia. Tomemos conciencia.
Hoy una ‘buena samaritana‘
ha hecho lo que debería hacer el Estado, y el magullado cuerpo de esta
anciana descansará durante algún tiempo en una cama, en una habitación,
en privado, como debiera descansar todo el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR TU OPINION-THANKS FOR YOUR OPINION