El juicio a los cinco sevillanos queda visto para sentencia, que se conocerá a principios del año que viene. La defensa mantuvo este martes su versión de que la joven accedió a tener sexo consentido y pidió la absolución de los acusados.
“Mis clientes no son, sin duda, modelo de nada. Seguramente
sean unos verdaderos imbéciles, sus conversaciones privadas son de unos
patanes infantiloides. Pero son buenos hijos. Están muy unidos a sus
familias y amigos. Su imagen ha sido destrozada. No deben de estar ni un
día más en prisión, privados de su libertad”. Son las doce de la
mañana. Sala 102 del Palacio de Justicia de Navarra. Agustín Martínez Becerra remata su intervención con esas palabras. Lleva dos horas hablando.
Tras él, a sus representados, José Ángel Prenda,
Jesús Escudero y Ángel Boza, tienen la cara enrojecida, los pómulos
marcados y la mandíbula apretada. Beben agua una y otra vez. El juez
decreta un receso de quince minutos. Mientras los periodistas abandonan
la sala, los tres jóvenes se echan a llorar. Se abrazan con Agustín y con los otros abogados.
Se estrechan la mano, se abrazan de nuevo. Luego, los llevan de vuelta a
los calabozos que están tras una de las paredes de la sala.
Fue uno de los momentos de la segunda jornada en abierto del juicio a La Manada por la presunta violación en los Sanfermines de 2016. El contrapunto a la socarronería que los imputados mostraron el día anterior. Ahora, el juicio está visto para sentencia. Y parece decantarse claramente hacia la condena. Así ha sido la segunda jornada en la que los periodistas y los ciudadanos han visto al Prenda y los otros cuatro acusados a la cara.
*
2-1 en el juicio: la clave, el vídeo
Durante estas dos semanas, el vídeo se ha convertido
en la prueba fundamental en el proceso. Pocas, poquísimas veces se
cuenta con una prueba de estas características en un caso de violación.
En esta ocasión, también la defensa de ‘La Manada’ ha querido utilizarlo en su beneficio. Sin embargo, no están consiguiendo vender el discurso del consentimiento de la víctima.
Se trata de la prueba crucial del caso. Una prueba
que los jueces no han querido ver hasta la apertura del juicio oral.
Ahora sí lo han visualizado. En varias ocasiones. Y parecen tenerlo
claro. Las apreciaciones en los pasillos de la Audiencia, las palabras
cruzadas entre unos y otros… Todo ello parece indicar que dos de los tres magistrados se inclinarían por condenar a ‘La Manada’.
Son tres los jueces protagonistas:
José Francisco Cobo preside el tribunal. A su izquierda, Raquel
Fernandino. A su derecha, Ricardo González. Los tres reputados
magistrados de larga trayectoria. Su sentencia se espera, según ha
podido saber EL ESPAÑOL, para principios del 2018.
Fueron ellos los que cogieron el relevo al juez de instrucción, el que mantuvo a los acusados en la cárcel durante más de un año tras ver los vídeos y describir la “extrema gravedad de los hechos” que en ellos se percibía.
Durante los meses previos al juicio, los tres
magistrados votaron en diferentes ocasiones aspectos relacionados con el
proceso. Dos veces tuvieron que votar si eliminaban la medida de la
prisión preventiva para los cinco acusados. Las dos veces el resultado fue 2-1 a favor de que ‘La Manada’ continuase en prisión. Del
mismo modo, también votaron 2-1 en contra de que se expulsase al
Ayuntamiento de Pamplona de la acusación en el procedimiento.
Este martes, los tres magistrados escuchaban con atención a la defensa de Prenda y sus adláteres. Con
la sala abarrotada, la atención recaía en esta ocasión en los cinco
acusados, muy arreglados otra vez. También en sus abogados.
El show de Martínez Becerra
Es su día más esperado. A las nueve y cuarto de la
mañana, Martínez Becerra camina a un lado y a otro en la calle San
Roque, justo enfrente del Palacio de Justicia. Luce un fular de color
azul con detalles rosas. Espera su momento. Los cámaras de televisión y
los periodistas entrevistan en ese instante a uno de los abogados de la
acusación.
Luego le toca a él. No tiene problema en entrar más tarde en
el edificio con tal de proporcionar esa dosis diaria en todas las
cadenas de televisión. Y más en el último día, año y medio después del
comienzo del caso.
Fue el primero en hablar, y comenzó citando a Gabriel García Márquez. Esbozó la retórica y la pompa en el inicio de su intervención, leyendo por encima de sus gafas rosa: “Tras una escueta denuncia, con mínimos datos, ese día se inició otro juicio paralelo.
Iba como un río de afluentes de agua turbia. Todo ello hizo que ese río
fuera a desembocar en un mar con el nombre de ‘condena’. Se
trataba de dar un escarmiento. Y eligieron a cinco sevillanos: un
guardia civil, un militar, un gordito ultratatuado.
Para entonces, ya se
había destripado el móvil de nuestros patrocinados y filtrado
interesadamente su contenido, situándolos en el escalafón de los
criminales más peligrosos de nuestro país. Había comenzado la caza de La Manada".
El abogado no dudó en retomar algunos de sus temas
predilectos a lo largo de las dos últimas semanas, las que ha durado el
juicio: por un lado, las, en su opinión, contradicciones en el discurso
de la chica. Por otro, si hubo o no consentimiento por parte de la
víctima.
Por ejemplo, al tratar de explicar al tribunal lo bien que se lo tuvo que pasar la chica con los cinco, Becerra detalló que para ella resultó ser una relación “consentida y placentera”. “No hizo ningún gesto de asco, ningún rictus de dolor, de mínimo sufrimiento, de pena, e incluso ningún movimiento de rechazo al ofrecimiento de un pene en su boca.
Además, no se pueden realizar felaciones con los ojos abiertos. El no consentimiento debe manifestarse con palabras o actos. La ley no exige que sea una heroína. Pero la exteriorización de la negativa ha de ser clara y sin matices”.
Por ejemplo, al tratar de explicar al tribunal lo bien que se lo tuvo que pasar la chica con los cinco, Becerra detalló que para ella resultó ser una relación “consentida y placentera”. “No hizo ningún gesto de asco, ningún rictus de dolor, de mínimo sufrimiento, de pena, e incluso ningún movimiento de rechazo al ofrecimiento de un pene en su boca.
Además, no se pueden realizar felaciones con los ojos abiertos. El no consentimiento debe manifestarse con palabras o actos. La ley no exige que sea una heroína. Pero la exteriorización de la negativa ha de ser clara y sin matices”.
Becerra incidió en la inocencia de sus
representados en detalles como la salida del portal tras la presunta
violación. Las cámaras de la calle Paulino Caballero captan cómo los
cinco abandonan el lugar caminando. "Después de cometer una violación
salvaje dejan a la chica no atada ni drogada, sino que podía salir
corriendo del portal y pedir ayuda en unas calles llenas de gente.
¿Por qué lo hacen? Porque no tienen miedo a que les pase nada. ¿Por qué no tienen miedo? Porque no han violado a nadie".
Mientras, ellos caminan unos metros y se paran a ligar con otras chicas a
la vuelta de la esquina.
¿Por qué lo hacen? Porque no tienen miedo a que les pase nada. ¿Por qué no tienen miedo? Porque no han violado a nadie".
Casi al final de la perorata, Martínez Becerra sacó
de nuevo a la palestra el polémico informe encargado a los detectives
acerca de la vida de la víctima tras la presunta violación y que al
final fue desechado. Comenzó a hablar de la fotografía que sí aceptó el
tribunal.
Esa en la que la joven aparece sonriente con una camiseta que reza “Hagas lo que hagas quítate las bragas”. Becerra volvió a cuestionar la actitud de la joven después de lo ocurrido aquel 7 de julio de 2016.
Esa en la que la joven aparece sonriente con una camiseta que reza “Hagas lo que hagas quítate las bragas”. Becerra volvió a cuestionar la actitud de la joven después de lo ocurrido aquel 7 de julio de 2016.
Becerra soltó: “Esto excede con mucho lo que es la
vida normal”. El abogado de Prenda cayó entonces en una contradicción
flagrante: se le debió olvidar que él mismo, minutos antes, al inicio
del exordio, apeló a la fiscal y los abogados de la acusación
exigiéndoles que abandonasen “sus prejuicios” para entender, dijo, que
una joven de 18 años pueden sin problemas mantener una orgía con cinco
hombres a los que no conoce de nada.
No queda ahí el asunto de la camiseta. Becerra
vuelve a incidir en el tema. Explica que se trata del eslogan de un
personaje de Super Shore, una serie que le gusta a la víctima. “En ese
programa se dice: aquí se viene a beber alcohol hasta desfallecer y, si
se aguanta, a follar como conejos. La protagonista de la frase en la
serie es una personaje famosa por tríos de todo tipo, lesbianismo y fogosidad”.
El abogado del guardia civil
Una joven de 18 años, a las tres de la mañana de un
seis de julio, se encuentra con 5 jóvenes en La Plaza del Castillo.
Nunca había tenido relaciones sexuales en grupo. Nunca ha hecho una
orgía. Sin embargo, en apenas diez minutos, decide irse con ellos en
busca de un lugar escondido en el que tener sexo con todos a la vez.
No sabe exactamente cuántos son. Tampoco sus nombres, y van a mantener relaciones de esa manera sin utilizar preservativo. Ella admite realizar todo tipo de actos, todo cuantos ellos deseen. Tras lo ocurrido, ellos se marchan de allí sin despedirse, robándole el teléfono.
No sabe exactamente cuántos son. Tampoco sus nombres, y van a mantener relaciones de esa manera sin utilizar preservativo. Ella admite realizar todo tipo de actos, todo cuantos ellos deseen. Tras lo ocurrido, ellos se marchan de allí sin despedirse, robándole el teléfono.
Todo ello es algo “normal” para Jesús Pérez,
abogado de Antonio Manuel Guerrero, el guardia civil.
Fue el otro protagonista de la jornada. Pérez bebe agua y hace una pausa antes de continuar con la lectura de su argumentación, esa en la que una joven decide hacer todo lo que acabamos de contar con unos jóvenes a los que no conoce de nada y con los que tan solo ha entablado una breve conversación.
Fue el otro protagonista de la jornada. Pérez bebe agua y hace una pausa antes de continuar con la lectura de su argumentación, esa en la que una joven decide hacer todo lo que acabamos de contar con unos jóvenes a los que no conoce de nada y con los que tan solo ha entablado una breve conversación.
Pérez dice: “Cada vez está más extendida entre los
jóvenes la diversión en exceso. Cada vez es más natural y es factible
que a una joven le pueda parecer atractivo mantener una relación así con
cinco hombres. Y las fiestas de San Fermín son un reclamo
internacional, la capital mundial de fiestas de turismo etílico y sexual de desenfreno”. Después, añadió:
Pérez elabora su discurso siguiendo una única línea: la de que todo es un montaje
según el cual a la joven se la conduce al supuesto de la violación.
Según él y el resto de los abogados de la defensa, todos mienten: los
policías forales, los informes psicológicos, los informes periciales de
los vídeos, los testigos, la pareja que se encuentra a la joven llorando
en un banco, los sanitarios que le practican las pruebas a las siete de
la mañana del 7 de julio de 2016, cuatro horas después de la presunta
violación.
Todo se orquestó en minutos, según él, para
colgarles a los cinco sevillanos el sambenito de chivo expiatorio. Y
concluye: “Ella se deja llevar por el interés desmedido para que
denunciara una agresión sexual por parte de la policía. El testimonio de
la denunciante puede estar influenciado por terceros”.
También su intervención cayó en distintas
contradicciones. El discurso de sus defendidos, dijo, tiene lagunas, ya
que "han pasado 16 meses" de lo ocurrido. Es normal, dijo, que no
recuerden bien todo lo que ocurrió aquella media hora.
De ese modo, Pérez pide que no se les tenga en cuenta esas imprecisiones -¿"Nos van a achacar eso?"-. Justo las mismas contradicciones que ellos mismos le llevan afeando a la víctima durante más de un año y medio.
De ese modo, Pérez pide que no se les tenga en cuenta esas imprecisiones -¿"Nos van a achacar eso?"-. Justo las mismas contradicciones que ellos mismos le llevan afeando a la víctima durante más de un año y medio.
"Pueden abandonar la sala"
El juicio está a punto de concluir. El presidente
del tribunal, José Francisco Cobo, se dirige a Prenda.
Le pide que se acerque al estrado. Prenda resopla, se levanta, bordea la mesa en la que están sentados él y el resto de La Manada. Pasa por delante de los periodistas y se sienta en la silla situada en el centro de la sala, justo en frente de los tres jueces.
Le pide que se acerque al estrado. Prenda resopla, se levanta, bordea la mesa en la que están sentados él y el resto de La Manada. Pasa por delante de los periodistas y se sienta en la silla situada en el centro de la sala, justo en frente de los tres jueces.
-Señor Prenda, tiene usted derecho a la última palabra.
-Me declaro inocente y confío en la justicia de este país.
Un año y medio después de lo sucedido, es la
primera vez que escuchamos la voz de los cinco integrantes del grupo.
Cuando Prenda se pone de pie y camina hacia el centro de la sala se
advierte mejor su pronunciado cambio físico. Este martes ha elegido una
camisa rosa, ceñida al torso.
Uno a uno, los todos reproducen la misma fórmula
ante el tribunal. Se levantan, realizan el mismo recorrido y se sientan.
Los reos se acercan al micrófono serios, con la boca tiesa y el
discurso aprendido. 70 cabezas detrás de ellos se mueven para
observarles bien.
-Boza: “Me declaro totalmente inocente. Confío en la justicia. Confío en que esto acabe cuanto antes”.
-Escudero: “He de decir que me declaro inocente y que confío en la justicia”.
-Guerrero: “Me arrepiento del hurto del móvil. De los demás delitos que me imputan me declaro inocente. Confío en la justicia de esta sala”.
-Cabezuelo: "Me declaro inocente. Confío en esta sala. En que se haga justicia".
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