Críticas a Sálvame por hacer "apología del franquismo" * Franco no creó la Seguridad Social
*Belén Esteban en "Sálvame"
MEDIASET
Kike Calleja comentaba: «Tenemos sanidad pública gracias a Franco,
todo el mundo tenía trabajo en esa época y a los presos les hacía
trabajar y cobraban un sueldo», según recoge el portal 'Vertele'
Belén
Esteban pidió a Pedro Sánchez "una votación" para decidir si se exhuman
los restos del Valle de los Caídos.
La presentadora estalló: "¿Se puede
entender que hay gente que no puede descansar porque no sabe dónde
están sus familiares?"
Paz Padilla, presentadora de 'Sálvame'. /
Telecinco
Antonio Montero la acusó de tener "lavado el
cerebro"
Sálvame ha causado indignación en redes sociales por su decisión de abordar el franquismo
como uno de sus temas principales en la tarde del martes 24 de julio, y
por las opiniones de algunos de sus colaboradores que, a juicio de la
audiencia, podía considerarse "apología" del régimen que dominó España
desde 1939 gasta 1975.
La conversación partía del reportaje especial de En el punto de mira
de Cuatro, sobre el patrimonio y la herencia de la familia Franco.
"Esto es como la navidad, si sacamos el tema de Franco nos vamos a
enfadar todos", advertía Belén Esteban, quien a continuación exponía su
punto de vista sobre la exhumación de los restos del dictador.
Belén Esteban: "¡Dejemos el pasado ya!"
Si
bien dijo no simpatizar con el franquismo, consideró innecesaria la
iniciativa del gobierno de sacar los restos del militar del Valle de los Caídos: "Ya después de cuarenta y tantos años que lleva este señor fallecido, lo que importa es el presente. ¡Dejemos el pasado ya!",
exclamaba, antes de dirigirse a Pedro Sánchez: "Como aquí hay gente que
querrá sacarle de allí y gente que no... ¡Votación! ¡Lo que diga el
pueblo".
Jesús Manuel, Antonio Montero y Calleja, en defensa de Franco:
Más extremistas fueron las posturas defendidas de Kike Calleja y Jesús Manuel:
"¿Qué va a ganar España si sacamos los restos de Franco? Estamos
gastando un dinero innecesario", cuestionaba el primero, que además
alababa la figura del militar que lideró el golpe de estado de 1936: "Tenemos sanidad pública gracias a Franco, todo el mundo tenía trabajo en esa época y a los presos les hacía trabajar y cobraban un sueldo”.
El
segundo, por su lado, reclamaba que no se "falseara la historia".
"Cuando la historia está escrita no podemos tergiversarla por estar en
un bando", gritaba alterado, mientras la Esteban le acusaba de ser "muy
franquista". "Ese monumento representa un momento triste y oscuro de la
historia", gritaba hasta casi quedarse sin voz.
Montero acusa a Padilla de tener "lavado el cerebro"
"A
mí me sabe mal que se manipule la historia para enfrentar a la gente",
declaró Antonio Montero, que acusó a Paz Padilla y a la familia de esta
de tener "lavado el cerebro" por estar a favor de la exhumación.
"Se
habla de la historia de los Franco con demagogia y desinformación
absoluta", defendía. "Se habla de un patrimonio acojonante cuando Carmen
Martínez Bordiú se quita el hambre a bofetadas".
Paz Padilla, indignada: "Hay gente que no puede descansar"
Ante estas posturas e incluso ataques, Paz Padilla
perdía los nervios. "Si un señor le pega un tiro a tu abuelo, ¿tú le
haces un monumento a ese señor? ¿Se puede entender que hay mucha gente a
la que le resulta muy doloroso? ¿Se puede entender que España sea el
único país de Europa donde se venere a un dictador? ¿Y que hay gente que
no puede descansar porque no sabe dónde están sus familiares?",
protestaba.
La humorista acusaba a los tertulianos que
hablaban del tema de no haber conocido el período que justificaban o
blanqueaban, algo en lo que también coincidía Chelo García Cortés.
Para
ejemplificar su discurso, muy afectada, hacía una llamada telefónica en
directo a su madre, Lola, quien narró sus recuerdos del franquismo:
"Pasé mucho, había muchísima hambre, miseria...", decía la anciana.
"¿Cómo
era cuando llegaban y escuchabas a los que se llevaban? ¿Qué pasaba en
Zahara?", le preguntaba. "Claro que sí, los mataban detrás del Peñón...
Entraban en las casas, se los llevaban y ya no aparecían". Antes de
colgar, la madre bromeaba: "No me hagas hablar más de Franco, a ver si
me va a pasar algo".
Críticas en redes: "Es denunciable, ¿verdad?"
Las
críticas hacia el programa no se han hecho esperar en redes sociales.
Primero, por frivolizar con el sufrimiento causado por la dictadura,
algo a lo que el programa contribuía en redes sociales, a través de
encuestas y del hashtag #francodicia; y segundo, por permitir comentarios apologéticos sobre Franco
"Ya no hay límites, se van quitando los pasamontañas sin miedos", lamentaba un internauta.
Otros iban más allá: "Es denunciable, ¿verdad?".
Franco no creó la Seguridad Social
Uno de los bulos más difundidos cuando se
trata de exaltar dictadores es el de que Franco creó la Seguridad Social. Se trata
de lo que puede llamarse un bulo parcial: la frase no es que sea exactamente
mentira (ciertamente la Ley de Bases de la Seguridad Social, que contenía la
primera configuración moderna de este sistema, entró en vigor en 1967) pero ignora todo
un contexto sin el cual la afirmación pierde sentido y se convierte en una
falsedad.
La Seguridad Social es un sistema de
previsión pensado para contingencias de la vida que, deseadas o no (maternidad,
vejez, lesiones, enfermedades) impiden que el sujeto trabaje, le provocan un
aumento de gastos o ambas cosas. Se trata de un sistema público, tanto por el
origen de los ingresos como por la gestión. Y, sobre todo, ha ido
evolucionando: la dictadura franquista sólo fue un paso más. Trazaremos brevemente
su historia. Como suele pasar, para desmontar los bulos no se necesita una
fuente mucho mejor que Wikipedia. Si queréis algo más fiable id a cualquier
manual de Derecho de la Seguridad Social.
En este enlace del Ministerio
de Empleo y Seguridad Social tenéis los hitos principales.
Antes
de la aparición de la Seguridad
Social la única prestación que daba el Estado liberal era la puramente
asistencial para los indigentes, que tenía una finalidad más de control y
de
policía que de otra cosa y que frecuentemente se dejaba en manos
privadas. Posteriormente, la
lucha obrera empieza a conseguir que el Estado patrocine seguros
privados, luego que los haga obligatorios y finalmente que eche esa
carga sobre sus espaldas, creando
un sistema coherente.
El primer sistema de Seguridad Social es el
llamado modelo
Bismark, que cubría sólo a obreros fabriles en las peores situaciones
económicas: era un sistema contributivo, porque se basaba en las
aportaciones
de empresarios y obreros. La idea de un sistema no contributivo,
financiado por
impuestos y que no dependiera de cuánto se hubiera cotizado, no aparece
hasta
medio siglo después.
Y en España, como siempre, a por uvas,
con décadas de retraso.
En nuestro país el régimen de asistencia social duró todo
el siglo XIX, literalmente: es en 1900 cuando se aprueba la Ley de Accidentes
de Trabajo, que define este concepto, declara la responsabilidad civil objetiva
de las empresas por esta clase de daños y fomenta los seguros. En 1908, Antonio
Maura crea el Instituto de Previsión Social, la primera institución pública que
tratará de fomentar esos seguros que, recordemos, aún eran privados.
En 1919,
once años después, aparece el primer seguro público y obligatorio: el Retiro
Obrero, pensado para la jubilación. En 1923 aparece un subsidio de maternidad
y, en 1929, un seguro obligatorio para esa contingencia. En definitiva, con
Alfonso XIII ya había seguros públicos, aunque aún no constituían un sistema.
En
1931 se produce otro hito: la Constitución
de la República incorpora el derecho al trabajo y a la previsión social,
mencionando específicamente las contingencias de muerte (viudedad,
orfandad),
desempleo y enfermedad (artículo 46). Ese mismo año se hace obligatorio
el
seguro de accidentes para los trabajadores agrícolas y, al año
siguiente, para
los industriales. Más aún: se le encarga al Instituto Nacional de
Previsión un proyecto
para unificar, coordinar y extender toda la acción protectora, es decir,
para crear un sistema propiamente dicho. En 1936 el anteproyecto ya
había sido
sometido a información pública y estaba dispuesto a ser enviado a las
Cortes…
pero no pudo ser.
La dictadura franquista continúa, claro,
con este proceso. No como concesión graciosa o por bondad natural, sino porque
era el signo de los tiempos, y lo será cada vez más según empiece a perfilarse
la Guerra Fría. Los propios textos legislativos aprobados durante y después de la
contienda civil recogen diversos derechos de Seguridad Social: el Fuero del
Trabajo (1938) los menciona, y el Fuero de los Españoles (1945) los recoge como
derechos. En cuanto a coberturas concretas, en 1942 aparece el Seguro
Obligatorio de Enfermedad y en 1947 el de Vejez e Invalidez, en el que se
refunden el Retiro Obrero y los diversos seguros de accidentes.
En 1960 empieza a ser evidente que el principal
problema de la Seguridad Social es lo caótica que es: distintos seguros, distintas entidades,
la presencia de un sistema mutual, la ausencia de un texto legal común que
defina conceptos e instituciones… es necesario unificar. Y se aprueba, por fin,
la Ley de Bases de la Seguridad Social, que entra a funcionar en 1967. Desde ese
año quedan extintos todos los seguros previos y aparece un único sistema de
Seguridad Social. Es ése el único sentido que debe darse a la frase “Franco
creó la Seguridad Social”: que refundió en un texto coherente los múltiples
sistemas de previsión social que había antes. Ni siquiera lo logró por completo,
pues siguió habiendo sistemas de cotización ajenos al sistema.
Y, por supuesto, el sistema de previsión
social franquista no era perfecto.
Era exclusivamente contributivo: los seguros
alcanzaban sólo a obreros que habían cotizado y a sus familiares. Eso significaba,
por ejemplo, que los parados tenían que pagarse ellos sus medicamentos, pues el
seguro de enfermedad sólo beneficiaba a trabajadores. Además, la inversión era
muy baja y, en consecuencia, las prestaciones eran de cuantía escasa. No era,
desde luego, un buen sistema.
Es tras 1978 cuando aparece el verdadero Estado
del Bienestar. La Constitución y los Pactos de La Moncloa conllevan un aumento
de la financiación, una mejora en la gestión y un aumento en las prestaciones: el
artículo 41 de la Carta Magna define el sistema de Seguridad Social como
universal, es decir, orientado a todos los ciudadanos. Será en 1990 cuando por
fin se desarrolle un nivel no contributivo, sufragado por impuestos y de acceso
a toda persona que lo necesite, que incluye prestaciones tan importantes como
la asistencia sanitaria.
Así pues, queda desmontado el bulo.
Franco creó la Seguridad Social, cierto, pero eso simplemente significó unir en
un solo sistema los distintos seguros obligatorios que ya había, muchos de los
cuales (vejez, accidentes, maternidad) existían desde antes de 1936. También es
importante destacar que no la creó por bondad o por magnificencia, como parecen
creer quienes sostienen este bulo, sino porque tener un sistema coherente de
previsión social era algo necesario para conseguir el desarrollo económico. Su sistema
era insuficiente y malo, y además llegó 30 años tarde: si en 1936 no hubiera
habido un golpe de Estado contra la República, la Seguridad Social habría
empezado a existir ese año.
Por supuesto, este texto no habría sido
necesario si no hubiera personas que emplearan esa labor social del Estado franquista
para justificar su existencia, como si la creación de la Seguridad Social (y de
las pagas extraordinarias, que también salen mucho a relucir en estos debates) perdonara
cuarenta años de represión política y crímenes de Estado. Como si la
continuación de una tarea legislativa que se estaba realizando (o estaba
terminada) en los países de nuestro entorno fuera un inspirada idea de genio
que permitiera absolver al general Franco de todos sus delitos.
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