Kiko Rivera en imagen de archivo
Tal como ha podido conocer JALEOS, el hijo de Isabel Pantoja quiere ayudar a los demás y plasmar en un libro sus experiencias vitales mientras se recupera de la depresión que lo alejó de los escenarios.
Kiko Rivera (34 años) no deja de generar titulares en la prensa. El hijo de Isabel Pantoja (61)
copaba todas las portadas en el mes de mayo tras anunciar en su red
social que abandonaba momentáneamente el mundo de la música y los
escenarios por una depresión.
Entonces, el DJ borraba todas sus historias colgadas en la red. Echaba a la papelera todo su pasado, parecía que necesitaba desconectar de ese tiempo.
Entonces, el DJ borraba todas sus historias colgadas en la red. Echaba a la papelera todo su pasado, parecía que necesitaba desconectar de ese tiempo.
Poco a poco, fue motivándose y promocionando las nuevas canciones que salían al mercado -grabadas previamente, como su single Choka Choka- y no dudaba en dejarse fotografiar por manos expertas para refrescar su
imagen en Instagram.
Sin embargo, pese a estos indicios de mejoría, cuando se publicó que el intérprete iba a escribir un libro la superación de su depresión comenzaba a ser un hecho. Kiko volvía a la brecha. Su ánimo se asemeja al de antes. Pero, ¿en qué consistirá esa suerte de libro? JALEOS tiene la respuesta.
Sin embargo, pese a estos indicios de mejoría, cuando se publicó que el intérprete iba a escribir un libro la superación de su depresión comenzaba a ser un hecho. Kiko volvía a la brecha. Su ánimo se asemeja al de antes. Pero, ¿en qué consistirá esa suerte de libro? JALEOS tiene la respuesta.
Se tratará de una especie de ensayo, de diario personal. Según la información que ha llegado a este medio, Kiko pretende
combinar su experiencia profesional -el arduo camino que, según él, ha
tenido que sortear para consagrase en el mundo de la música- con su
lucha personal e íntima.
"No será un libro de autoayuda al uso,
pero me consta que en él habrá, sobre todo, pasajes de su vida y el tema
de su depresión será fundamental", deslizan a este medio.
A la
luz de estas palabras, Kiko quiere sentirse útil y ayudar, ante todo, a
esas personas que lo pasan mal y que caen en esa dura enfermedad de la
que, todo apunta, él está saliendo a flote: "Obviamente, él no lo
escribirá. Está viendo quién puede redactárselo y qué editorial se lo
publicará".
De momento, remacha la fuente a la que ha tenido acceso este
medio, han recomendado a la pareja de Irene Rosales (27) que vaya practicando en un blog, que se vaya soltando en el arte del desahogo en forma de palabra.
Una vida poco dada a los consejos
Lo cierto es que esta nueva andadura profesional de Kiko Rivera
en el mundo de las letras y, sobre todo, en el de la ayuda y los sabios
consejos no deja de sorprender si tenemos en cuenta su polémico y
díscolo pasado.
En esta información cabe más que nunca la típica
expresión de En casa de herrero, cuchillo de palo.
¿Por qué? Porque Kiko no ha tenido una vida, precisamente, modélica. Se ha equivocado, ha desfasado, ha tropezado en el amor y ha 'faltado' a su puesto de trabajo por presumibles noches que se convirtieron en días. Como prueba, los siguientes ejemplos que este medio ha recopilado.
1. Sus ataques de gota
Esta dolencia ha acompañado al hijo de la folclórica
desde hace varios años. Cabe recordar que esta enfermedad, motivada por
los elevados índices de ácido úrico, provocó que el cantante se viera
obligado a abandonar el concurso de Supervivientes y que tuviera que ser ingresado en varias ocasiones.
Kiko junto a Irene Rosales.
Gtres
En 2015, se lamentaba en Instagram de lo dolorosa que es esta enfermedad: "La madre que parió a la gota, no veas si duele".
2. Los excesos y la mala alimentación
Hasta el año pasado, la vida de Kiko Rivera se ha
caracterizado por ser sedentaria. En ella han primado los excesos
alimenticios y las salidas nocturnas de más. Su estilo de vida, hasta
que decidió operarse y ponerse una banda gástrica, no fue el más
modélico. De hecho, sus familiares y su hermano Francisco Rivera le ha recriminado públicamente su insanas costumbres.
3. Mal estudiante
Cuando Kiko era pequeño no era en absoluto un
secreto que era un mal estudiante. De hecho, en su expediente no han
figurado ningún notable y sobresaliente. Más bien, necesita mejorar. Su propia madre, en varias ocasiones, se ha sincerado sobre el pobre expediente académico de su hijo.
4. Experto en ganar dinero fácil
Desde que su madre le enseñó el noble arte de
cobrar por contar su vida privada en las revistas del corazón, el
cantante no ha dudado en seguir semejante estela familiar. Cada poco
tiempo aparece, vía cheque al portador, en una portada contando
intimidades. Hay quien ya hace sus apuestas para verlo hablar de la
superación de su depresión.
5. Noviazgos fugaces
Primero fueron las exclusivas a medida de otro
'hijo de…', después sus amoríos de ida y vuelta, muchos de ellos
explotados por las novias, algunas de ellas confesas perseguidoras de
elevar su caché y su nivel de fama explotando su relación con el hijo de
Isabel Pantoja.
6. DJ y mal concursante de reality
Kiko Rivera aprovechó la ola de esa extraña fama y surfeó en ella: se convirtió en DJ, explotó en televisión su papel de defensor de su madre y su nostalgia de padre, intentó ser concursante de reality, pero duró tan poco que casi se convirtió en objeto de mofa por su flojera.
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El intérprete en uno de sus últimos conciertos.
Gtres
7. Dos hijos con dos mujeres
El propio cantante ha reconocido que se lo ha
pasado muy bien en la noche y que la palabra fidelidad hace unos años no
significaba nada para él. Tan solo ha conocido la estabilidad
sentimental en dos ocasiones. La primera con la modelo Jessica Bueno,
con la que tuvo a su primer hijo. Sin embargo, el amor no estaba ahí,
sino en los brazos de Irene Rosales, con la que ha tenido a su segunda
hija y, parece, vive su época de mayor plenitud.
8. Ni-ni y problemas con Hacienda
Antes de que probara suerte en el mundo de la
música, Kiko era el típico hijo de famoso sin oficio ni beneficio que se
dedicaba a salir de fiesta y a coquetear con las mujeres. Para
colmo, arrastra una deuda con Hacienda de unos 250.000 euros que todavía
no está totalmente cancelada y deberá responder frente a los
empresarios que habían contratado sus actuaciones como DJ.
9. Incumplimientos de contrato y pérdidas de dinero
En su breve carrera como cantante, Kiko se ha
tenido que enfrentar a acusaciones y demandas por incumplimientos de
contrato en sus bolos. Además, por cada uno de los conciertos de
esta gira suspendida, casi todos en discotecas, le pagan unos 4.500
euros si los afronta en solitario y alrededor de 6.000 euros si lo hace
junto a su banda.
Pérdidas que se calculan en unos 50.000 euros, según
las actuaciones que ya estaban cerradas. Kiko no es el único que ha
perdido, los socios con los que se ha comprometido tampoco han visto su
dinero prometido.
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