Tanto en sectores de jubilados de ahora, como los que lo serán en el futuro, hay quienes pasan del tema.

Cuando comenzamos con nuestras movilizaciones de pensionistas, allá en Enero, este movimiento nuestro, surgió como protesta, desde la indignación de nuestro empobrecimiento económico y desde la vulneración de ciertos derechos básicos como la medicina, vivienda, comida, cultura...

Entonces eran los presupuestos del PP que no reconocían nuestra realidad mancillada. 

Con la publicación en el BOE, se confirma que son aquellos mismos presupuestos los que se van a aplicar, con lo cual nada ha cambiado para que nosotros desistamos de seguir con nuestro movimiento, para que tanto en las calles, como el Parlamento se valore nuestra presión. 

Desde que se vinculó nuestra pensión al factor de sostenibilidad (0.25), hemos perdido cerca del 10% de poder adquisitivo.

 Hoy nos reconocen el 1.35% (la inflacción en Junio 2.10%) sin garantizar ninguna estabilidad, ni solventar la brecha salarial entre hombres y mujeres, sin sustanciar una subida que corrija la pobreza de las pensiones mínimas, sin que se asegure un salario mínimo, ni pensión mínima, ni que se deroguen las leyes laborales anteriores, sin dejar que entre nuestra voz en el Pacto de Toledo.

 Entonces ¿qué ha cambiado de cuando salimos por primera vez con las pancartas?. NADA.

 Tanto en sectores de jubilados de ahora, como los que lo serán en el futuro, hay quienes pasan del tema. 

Es por lo que (en mi opinión), además de seguir con lo que venimos haciendo, con aquellas novedades de ese movimiento nuestro que se consideren convenientes, además, sería bueno que desarrollemos una pedagogía en nuestros entornos dormidos, para exponer las muchas razones que tenemos para seguir presionando al Gobierno. 


Cierto que nuestras limitaciones para la comunicación en medios está muy limitada y es por lo que debiéramos agudizar la expansión de mensajes, reivindicaciones y razones, a través de nuestras redes sociales (también virtuales).