Imagen de la manifestación contra Vox del 13 de abril en Bilbao.
La joven con la mandíbula rota en la protesta contra Vox denunciará a la Ertzaintza por lesiones graves
La mujer herida se encontraba en la concentración pacífica y a cara
descubierta en el momento del impacto. Los agentes de la Brigada Móvil
de la Ertzaintza dispararon las lanzaderas de 45 milímetros desde
aproximadamente un metro por encima de los manifestantes.
En el momento del disparo, Anne A., de 19 años, estaba en el grupo
concentrado delante del Euskalduna de Bilbao, lejos de los árboles desde
donde unas 20 o 30 personas habían lazado piedras a los antidisturbios
durante la concentración antifascista y feminista celebrada el pasado
sábado por el mitin de Vox.
No estaba en primera fila, pero se encontraba en el extremo de su
fila, justo delante de los agentes de la Brigada Móvil de la Ertzaintza.
Los agentes estaban apostados aproximadamente un metro por encima de
las manifestantes, desde las jardineras del palacio de congresos. “Vi
cómo me estaba apuntado y giré la cabeza, pero no me agaché”, asegura la
joven.
Ella y su madre han contratado a la abogada Jone Goirizelaia
para denunciar a la Ertzaintza por lesiones graves, según han confirmado
a Hordago.
Anne A. sigue hospitalizada en Cruces tras la
operación quirúrgica, en la que le han insertado cuatro placas de metal
para cerrar la fractura doble de la mandíbula derecha. Goirizelaia llevó
el caso de Iñigo Cabacas.
Anna A., tras recibir el impacto de la bala de goma disparada por la Ertzaintza.
La secuencia de las tres fotos que
ilustra esta noticia están tomadas por el mismo móvil y tienen el mismo
tiempo: las 19.05 horas.
La primera corresponde a cuando Anne A. miró
hacia los agentes y las dos siguientes, segundos después y en el mismo
minuto, cuando fue corriendo adonde se encontraban las cámaras cubriendo
la concentración.
Por su parte, Txaro E., de 51 años, y
su hijo Eriz I., de 21 años, han contactado, junto con al menos otras
tres personas detenidas o heridas en la concentración, con el despacho
Hiru Abokatuak.
En su caso, Txaro E. acudió puntual a la convocatoria de
la concentración, que carecía de permiso legal pero que se viralizó en
las redes sociales.
“Llegué a las cinco de la tarde y esperaba ir a las
cinco y media a la mani de los pensionistas”, que se celebraba a escasos
150 metros de allí, en la Gran Vía.
Para ir a la manifestación de los
pensionistas había quedado con su hijo, al que llamó a las 17.33h.
porque aún no había llegado.
A las 17.40h. aproximadamente ambos estaban
ya detenidos acusados de desórdenes públicos.
“Yo estaba con el grupo
de feministas gritando Gora borroka feminista! Una compañera se quitó la
camiseta y se quedó en sujetador y pensé: ¿Nos van a disparar? No puede
ser.
Pero en unos instantes, un antidisturbios se agachó, se arrodilló,
apuntó y disparó”, explica Txaro E.
“Me dio un pelotazo en la pierna y
corrí, pero no mucho, porque un ertzaina me placó y me tumbó. Me decía
lasai, lasai [tranquila, tranquila] y otro policía se me echó encima.
Fue entonces cuando las compañeras le gritaron
¡Pero qué hacéis! ¡Que no
ha hecho nada!, y mi hijo vino donde estaba yo.
A él le pegaron con las
porras, por eso tiene hematomas, y le detuvieron”.
Insiste, como Anne
A., en que cuando le dispararon con la pelota de goma “no era un momento
de carga”.
La proporcionalidad del uso de la
violencia respecto al lanzamiento de piedras por parte de un pequeño
grupo, en su mayoría masculino, ha sido cuestionado desde el primer
momento en las redes sociales por algunas activistas feministas.
Pero
sobre la proporcionalidad del uso de la violencia policial, las
instituciones han tardado tres días en pronunciarse.
El portavoz del
Gobierno vasco, Josu Erkoreka, ha anunciado hoy que la Ertzaintza
realizará un atestado sobre cómo se desarrolló la concentración
antifascista y feminista de más de 500 personas que el pasado sábado se
concentraron en el Euskalduna donde el líder del partido neofascista
Vox, Santiago Abascal, realizó un mitin en una sala con un aforo para
600 personas que casi llenó con precisión matemática.
Quizá se pueda anticipar el resultado de dicho atestado, pero las
fotos y los vídeos grabados esa tarde muestran una situación y una
cronología que pone en entredicho la proporcionalidad de la actuación de
la policía vasca.
También muestran a algunos agentes de pie y estirados
disparando las lanzaderas de 45 milímetros apuntando al pecho, en vez
de hacia abajo o agachados para apuntar a la zona baja del cuerpo. El
senador Jon Iñarritu ha denunciado en sus redes sociales que entre la
Ertzaintza hay agentes que califica como “ultras”.
La actuación policial del pasado sábado en la concentración contra el
mitin de Vox se saldó con cinco personas detenidas, una persona
denunciada con un expediente sancionador por insultos a los agentes por
la Ley Mordaza y al menos veinte heridas por las actuales balas de goma,
más pequeñas y teóricamente menos lesivas que las que mataron en 2012 a
Iñigo Cabacas.
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