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lunes, 16 de diciembre de 2019

¿Ha servido de algo la COP25?




  • Se ha fracasado en los dos objetivos principales, pero se han logrado algunos consensos en materia de género y la problemática de los océanos

  • Cada vez es más difícil para los líderes políticos manejar la decepción de la ciudadanía por su inacción ante el calentamiento global



“Estoy decepcionado con los resultados de la COP25. La comunidad internacional ha perdido una gran oportunidad para aumentar su ambición en la mitigación, adaptación y financiación para afrontar la crisis climática”.


 Este contundente mensaje es la valoración final que ha hecho en Twitter el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, sobre la Cumbre del Clima que concluyó este domingo en Madrid. “No debemos rendirnos”, ha añadido evitando el fatalismo.
 
Esta Cumbre del Clima, que ha sido llamada la de “la ambición”, se ha alargado más de lo previsto sin lograr avances en los consensos globales necesarios para combatir la emergencia climática. Esta cumbre multilateral tenía dos objetivos principales, uno más político y otro más técnico, que no se han conseguido.


 El primero era lograr que los países se comprometieran a presentar unas medidas climáticas ambiciosas para cumplir con el Acuerdo de París 2020 con tiempo suficiente para que sean valorados antes de la cumple del año que viene en Glasgow. El segundo era aprobar el Artículo 6, que regula los mercados de carbono y los mecanismos de desarrollo limpio.


Quizás lo más interesante de esta cumbre es todo lo que la ha rodeado. “El mundo ha despertado ante la emergencia climática”, como podía leerse en la pancarta que encabezó la protesta de cientos de miles de personas el viernes 6 de diciembre en Madrid.


 Es evidente la toma de conciencia de buena parte del mundo, en especial de los más jóvenes, que se ha personificado en el rostro de la adolescente sueca Greta Thunberg, y cada vez es más difícil para los líderes políticos manejar la decepción de la ciudadanía por su inacción ante el calentamiento global.


 Solo nos quedan diez años para poder frenar el cambio climático y la presión social va en aumento.
  

Una declaración final tímida


El documento final de la cumbre se había contemplado como un texto de presión para que los países se comprometieran de manera contundente y clara con el Acuerdo de París antes de 2020. La UE persigue ir incluso más allá del acuerdo, que fija el aumento máximo de temperatura que puede alcanzar el planeta para evitar el desastre en 2ºC o 1,5º.


 Sin embargo, los grandes emisores como China o India quieren que la revisión de sus planes al alza contra el cambio climático pueda retrasarse hasta el 2023.


Este documento, que llegaba con dos días de retraso, menciona la “urgente necesidad” de que los países realicen una drástica reducción de las emisiones para tratar de no rebasar el aumento de 1,5ºC, ya que actualmente vamos por el camino de superar los 3ºC.


Para la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, “el mandato es claro” y “allana el camino” para que los países presenten sus planes a lo largo del año que viene.


 Ecologistas en Acción ha denunciado que no hay “una hoja de ruta” y que no se ha garantizado que los compromisos se presenten antes de la cumbre de Glasgow.


Esto dificultará que el panel de científicos realicen un informe clave para emplazar a los países a tomar medidas.



 ¿Ha servido de algo la COP25?






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