¿De qué color era la lata de galletas que escondía el dinero de Kiko
Hernández? ¿Cuánto dinero había en su interior? ¿Por qué hay tantos
interrogantes en torno al robo del colaborador de Sálvame? Pero hay otra
pregunta: si Kiko tenía vídeos comprometedores, de esos que ninguna
Cadena dejaría que vieran la luz, como él mismo reconoce, probablemente
por miedo a las querella, ¿por qué no los entregó a la Policía, esa
misma policía que tanto le está ayudando?
No hay cómo comérselo. A Kiko Hernández le han robado en su casa, y ya hay mal pensados en las redes sociales que especulan sobre el color del dinero que escondía la famosa caja de galletas. Si fuera negro, al colaborador de Sálvame
le faltarían no uno, sino cinco hervores de los de fabada asturianos.
Porque haría falta ser muy tonto para esconder billetes de 500 euros en
la caja azul de las pastas danesas y pretender luego recuperarlos
mediante una denuncia. Sin embargo, hay cosas que no se entienden muy
bien.
Si no vive en Villa Chatín
ni en el chalé que es de su propiedad situado junto a la célebre casa…
¿Por qué guardaba dinero allí? ¿Para pagar a los informantes?
A juzgar
por la proverbial tacañería del paisano de doña Letizia Ortiz
a lo sumo recompensa las informaciones con cinco euros y un polvorón
revenido del año pasado. Fue en el 2017 cuando medios como Rumore o Fórmula TV
informaron de que sus emolumentos anuales rondaban los 250.000 euros,
sin contar otras fuentes de ingresos.
Como, por ejemplo, sus
colaboraciones en QMD y Diez Minutos, amén de algunos bolos y, por supuesto, los anuncios publicitarios de Tele5. Podría alcanzar fácilmente los 400.000 euros. Lo que es la sociedad actual.
¿Una búsqueda de protagonismo de cara a Fin de Año?
Sobre Kiko Hernández pesan graves acusaciones, como que, por ejemplo, se inventó un cáncer de páncreas para acrecentar su popularidad y volver a estar en el candelero.
Una ex amiga del colaborador manifestó en una entrevista a Dime que el exconcursante de Gran Hermano pensó en afirmar que padecía un cáncer de páncreas porque “estaba de moda” al ser el que sufrió Rocío Jurado.
“Es que Kiko, en el fondo, es muy inculto. Porque si llega a ser un
poco más listo se inventa otro cáncer más fácil de curar”.
Hasta Mercedes Milá se lo echó en cara durante un tremendo enfrentamiento en Telecinco ante las cámaras. Ella, que tanto le ayudó. La mujer que lo recomendó a la jefa de la web de Telecinco para que iniciara un blog que es uno de los más visitados de España. Allí le llegan las informaciones solas.
Y en su casita guardaba muchas de ellas.
Son muchos los afectados, dice. Pero el asunto huele a pura y dura
búsqueda de protagonismo con vistas a fin de año, para convertirse en la
figurita más gloriosa del Belén. La estrellita navideña. Lo ha
conseguido. Y hasta una revista del corazón le hace el juego.
No estamos
diciendo que sea un robo de mentirijillas, aunque es probable que si
tuviera dinero del Monopoli. ¿O no?
El recuerdo del robo a Encarna Sánchez
Su caso recuerda mucho al de la fallecida locutora Encarna Sánchez que también sufrió un robo en su chalé de la lujosa Urbanización de La Moraleja (Madrid). Cuando la popular periodista regresó a su hogar después de su programa en la COPE se topó con que habían entrado a robar. Y como en el caso de Kiko Hernández parecen que iban a tiro hecho.
Arramplaron con varios abrigos y alguna
que otra menudencia, pero lo más importante para Encarna: el dinero. Ni
más ni menos que 30 millones de pesetas de la época (1995). La locutora
enloqueció hasta el punto de que en la casa se personó el propio
Comisario de Policía para tranquilizarla. La periodista quería
presentarse en los Juzgados a presentar denuncia por el dinero.
Y el
alto mando policial, tras preguntarle si lo tenía declarado a Hacienda y
Encarna responder que no, la hizo desistir. Si denunciaba, Hacienda le
reclamaría la procedencia de los 30 millones de pesetas. ¿Podría haber
sucedido algo parecido en el chalé de Kiko Hernández?
El Villarejo del colorín
Lo que está claro es que la casa de Kiko
Hernández está asegurada y recibe un trato muy especial por parte de
los Policías de Alcobendas. Y es cierto que le han dicho que es un robo
muy raro. Lo que dijo del bote dónde guardaba las galletas, un sitio muy
rebuscado que él solo conocía, demuestra que sabe perfectamente quién
puede ser.
Ayer dijo que “los polvorones no te pasan estas Navidades”.
¿Pero quién puede ser el chorizo? La explicación era que en esa casa era
preciso tener el dinero siempre disponible por cosas que pudieran
ocurrir, siempre, a todas horas.
Al final va a ser verdad lo que dijo la
amiga de Kiko: es muy inculto y no debe de saber manejar un cajero.
Pero
hay otra pregunta, si Kiko tenía vídeos comprometedores, de esos que
ninguna Cadena dejaría que vieran la luz, como él mismo reconoce,
probablemente por miedo a las querella, ¿por qué no los entregó a la
Policía, la misma que tanto le está ayudando?
¿O es que Kiko quiere
convertirse en el Villarejo del colorín?
Carlos San Julián
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