El colapso hospitalario no es consecuencia del coronavirus sino de los recortes y la privatización de la sanidad
El impulso que ha llevado a las personas a los hospitales en masa es el
mismo que les ha llevado a ponerse una mascarilla para andar por la
calle, un espectáculo que jamás habíamos visto.
Sin la campaña de histeria, la mayor parte de los que han acudido al hospital hubieran ido al centro de salud más cercano.
Hospital 12 de Octubre de Madrid |
Toda esa estampida no es consecuencia, pues, de una infección sino de la histeria.
No es consecuencia de que haya más enfermos, ni de que a
todos ellos se les haya ocurrido acudir en masa, simultáneamente, a las
salas de urgencia.
Los hospitales ya estaban colapsados mucho antes. Nos hemos olvidado muy
pronto de las listas de espera, incluso para las intervenciones
quirúrgicas más graves.
“El colapso de las urgencias en Madrid es el
resultado de la política del PP”, decía Acta Sanitaria el año pasado,
cuando aún no se había desatado la histeria
Lo que fallan no son los hospitales sino la política sanitaria (que es una parte de la política económica).
No es ningún imprevisto, ni un fallo técnico, ni de ningún otro tipo,
sino todo lo contrario: una decisión política deliberada de los
diferentes gobiernos, tanto el central como los autonómicos.
Las cosas están tal y como siempre quisieron quienes impusieron los
recortes y la privatización de la sanidad pública. “En los momentos de
mayor demanda, los enfermos que deben ser ingresados permanecen
retenidos en urgencias en condiciones inapropiadas”, decía el año pasado
Acta Sanitaria .
Las repetidas protestas de las “mareas blancas” no lograron impedir el
colapso de la sanidad. La mayor parte de los que ahora aplauden a los
trabajadores de la sanidad, no estuvieron en dichas protestas porque
creían (y siguen creyendo) que la sanidad es sólo para los médicos.
En estos años la sanidad pública no ha avanzado sino que ha retrocedido.
Hay menos hospitales, hay menos camas, hay menos trabajadores, hay
menos material...
En 2017 el número de camas hospitalarias se redujo hasta alcanzar el menor número de su historia,
tal y como se refleja en el Catálogo Nacional de Hospitales que publica
el Ministerio de Sanidad, que registra este parámetro desde hace quince
años
Pero eso es sólo una parte insignificante de esta historia porque las
instalaciones sanitarias (hospitales, camas, infraestructuras) están
infrautilizadas por falta de personal.
El colapso hospitalario no puede ser una sorpresa para nadie porque los
trabajadores de la sanidad lo han denunciado miles de veces. Incluso lo
gritaron por las calles. Quizá algunos no lo escucharon entonces o les
conviene olvidarlo ahora.
Pero las víctimas de la histeria no están sólo entre la población, sino
entre el propio personal sanitario, especialmente los médicos, que hace
quince días daban el alta ante síntomas leves y ahora los mantienen
hospitalizados “en observación”, tirados por los pasillos, hasta tal
punto que si se habilitan campamentos, polideportivos, hoteles y
cualquier tipo de recintos provisionales, los acabarán llenado todos.
Uno de los servicios que más ha padecido los recortes ha sido la atención primaria,
lo que obliga a “acudir a urgencias como la única alternativa de
atención sanitaria pública” , como llevan denunciando los
trabajadores de sanidad desde hace muchos años.
Pues, bien, el sábado el gobierno autonómico de Madrid desmanteló todos
los equipos de atención primaria para trasladarlos al hospital de
campaña que han instalado en el IFEMA (Instituto Ferial de Madrid), lo
cual acaba por redondear el infame circo que están organizando, en torno
al coronavirus.
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