Pese
a la grave situación que vive el país, Pablo Casado insiste en su
táctica miserable para ganar un puñado de votos, si es que los consigue.
España tiene en este momento 11.178 casos positivos, 491 muertos y
1.028 dados de alta.
En
plena crisis del coronavirus COVID-19, el líder del Partido Popular,
Pablo Casado, ha aprovechado cada una de sus intervenciones públicas
para criticar al Gobierno por su gestión ante la emergencia sanitaria
que el sábado provocó la declaración del estado de alerta. Su estrategia
de ataque permanente al Ejecutivo, que llegó después de que quedaran en
evidencia las grietas internas en el PP durante la semana del 8M y que
se volvió a evidenciar este martes con las declaraciones del
vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos, no ha sido respaldada,
en cambio, por los dirigentes de su partido con responsabilidades
públicas.
Incluso
los presidentes de comunidades autónomas gobernadas por el PP han
cerrado filas con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y han
destacado la "coordinación" y la "buena sintonía" con la administración
central. Así lo han asegurado en los últimos días el presidente de la
Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo; el de la Junta de Andalucía,
Juan Manuel Moreno Bonilla; el de Castilla y León, Alfonso Fernández
Mañueco; el de la Región de Murcia, Fernando López Miras, y hasta la
presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, una dirigente
muy cercana a Casado.
Inclusive
VOX y Ciudadanos han dejado de lado las labores de oposición para
mostrar unidad política en una situación crítica para nuestro país. ¿Se
puede ser más miserable que Pablo Casado? Esta actitud está alineada con
sus palabras sobre las víctimas del franquismo, cuando se refería a
ellas como "las guerras del abuelo" cuando familias intentaban recuperar
a sus seres queridos de fosas comúnes, pero esta vez lo ha hecho con
los cuerpos de los fallecidos aún calientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR TU OPINION-THANKS FOR YOUR OPINION