Tal y como informábamos esta mañana,
hay militares españoles que han afirmado tener síntomas de COVID-19
tras volver de los juegos de Wuhan.
Sorprendentemente desde el
ministerio de Defensa no se les ha realizado ninguna prueba ni se ha
confirmado si, efectivamente han estado o no infectados o expuestos al
virus.
Cabe recordar que, ya el 1 de marzo se publicaba en la televisión pública de Madrid que
«la mayor incógnita en estos momentos radica en el municipio madrileño
de Torrejón de Ardoz, donde se habían registrado varios enfermos sin que
el origen estuviera claro».
De hecho, Torrejón de Ardoz se señaló como
el principal foco de infección de Madrid.
Según se explicaba, había diez personas en ese momento que generaban
preocupación en el Ministerio de Sanidad y para los expertos, ya que no
entendían de qué manera podían haberse podido infectar.
En un primer momento se señaló a un grupo religioso como posible foco
del contagio, algo que generó malestar entre los evangelistas y
exigieron al ministerio que se disculpase.
El 6 de marzo dio positivo un suboficial de la Base Aérea Militar de Torrejón de Ardoz. Según se publicaba en La Información, «el ministerio de Defensa pone en marcha medidas de actuación y pide «prudencia».
Se tataba del primer caso de coronavirus, según la noticia, en las
Fuerzas Armadas. El suboficial pertenece al Ala 12 del Ejército del
Aire.
Según se puede leer en la noticia, «en Torrejón también aterrizaron
hace unos días los españoles repatriados de la ciudad china de Wuhan,
foco de coronavirus.
Llegaron justo hace una semana para ser
trasladados al hospital militar Gómez Ulla». Estas personas, después de
la cuarentena no tuvieron síntomas de COVID-19.
El 9 de marzo la ministra de Defensa informó de que eran dos los militares infectados
(confirmados positivos) en la base militar de Torrejón de Ardoz y en la
de Rota, y que un mando del ejército de Tierra estaba en aislamiento al
haber estado en contacto con un mando italiano infectado.
El 15 de abril, un militar español con COVID-19 era evacuado desde Mali, y llegó directo a la base aérea de Torrejón junto con ocho compañeros en un avión medicalizado.
A día de hoy nada se sabe sobre este militar ni su estado de salud.
Días después, el 23 de abril, fallecía un comandante del Ejército del Aire destinado en Torrejón de Ardoz,
por COVID-19.
El militar tenía 59 años y llevaba «varias semanas
luchando contra el COVID-19, ingresado en la UCI».
Estaba destinado en
el Centro de Observación de Satélites ubicado en la base aérea de
Torrejón de Ardoz, en Madrid y no había formado parte de la operación
Balmis de lucha contra el coronavirus».
A medida que se conocen los casos de los militares que participaron
en los juegos mundiales militares de Wuhan, se genera más interés en
conocer si pudieran haber sido infectados y cuál ha sido su estado de
salud. Información que por el momento, desde el ministerio de Defensa no
se ha facilitado.
Beatriz Talegón
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