El instructor del caso enmienda un grave error que podría haber costado la nulidad del asunto por defecto de forma
El juez Escalonilla ha accedido finalmente a entregar a Unidas Podemos la copia íntegra de la declaración de José Manuel Calvente, el abogado despedido de la formación morada que ha puesto en manos de la Justicia las cuentas de su expartido. Con su decisión, el magistrado enmienda un error injustificable que fue denunciado días atrás por Diario16
y que podría haber dado al traste con todo el procedimiento por grave
defecto de forma.
No tenía ningún sentido que el instructor pusiera a
disposición de Unidas Podemos solo 41 minutos del interrogatorio
judicial de Calvente cuando el acto se prolongó durante casi tres horas.
Y mucho más sorprendente y extraño resultaba todo si se tiene en cuenta
que el audio incompleto que el juzgado remitió a los abogados de Pablo Iglesias al parecer era tan inaudible como la psicofonía de un programa de Íker Jiménez. Mal empezaba la investigación que puede acabar tambaleando el Gobierno de España con semejante presunta chapuza judicial.
Las acusaciones de Calvente contra Unidas Podemos son suficientemente
complejas y graves como para que su declaración al menos se entregue a
las partes con un mínimo de claridad y garantías.
No era de recibo que
los abogados defensores podemitas tuvieran que andar pegando la oreja al
ordenador, adivinando o intuyendo si el denunciante decía esto o
aquello y dándole al play y al pause cada minuto. La Justicia española merece unos medios algo más dignos.
Hoy mismo el Juzgado de Instrucción número 42 de Madrid
ha decidido solucionar el entuerto.
De entrada, ha ordenado que se
facilite a Unidas Podemos un cedé con la declaración íntegra de
Calvente. “De esa forma asume que inicialmente no se le había
proporcionado [al partido de Iglesias] la grabación completa”, según
informan las agencias de noticias.
Ahora que el material probatorio ya
se ha facilitado a las partes empieza de verdad la enésima batalla
judicial emprendida por las derechas españolas para intentar
desacreditar a los peligrosos bolivarianos y meterlos a todos entre
rejas.
Es tal el fervor anticomunista de los letrados de Vox, están tan perfeccionadas sus tácticas y técnicas de montajismo, caza de brujas y politización judicial, que Edgar Hoover al lado de esta gente era un simple aficionado.
Ya se sabe que el que fuera primer director del FBI
perseguía y acosaba a disidentes y activistas políticos con una
precisión espantosa, totalitaria, terrorífica. Comunista que encontraba a
su paso, comunista que podía darse por muerto civil.
Pues al igual que
el siniestro comisario yanqui acumulaba dosieres secretos,
investigaciones policiales y material reservado y comprometedor contra
sus víctimas a defenestrar, Vox ha recuperado esa especie de macartismo
judicial a la española para limpiar el país de rojos.
Los abogados ultraderechistas ya tienen en su poder las tres horas de
declaración íntegra de Calvente, así como el resto del sumario, que
están examinando con lupa para prepararse bien la moción de censura que Santi Abascal pretende
lanzar en su “otoño caliente”.
La extrema derecha se examina en
septiembre sobre la asignatura “Financiación de Podemos”, que no es
ninguna maría, de ahí que a los letrados ultras les hayan pasado ya
todos los apuntes y estén puntualmente informados de cada paso que va
dando el juez instructor.
De esa manera, lo que dicta a primera hora el
magistrado de primera instancia sale a media mañana en los papeles de Inda, de tal forma que Pablo Casado
pueda poner algún tuit ingenioso a mediodía.
Y en ese plan. Así se va
completando la operación de acoso y derribo, así se va escribiendo la
historia de la limpieza ideológica que la nueva CEDA ha puesto en marcha para impedir como sea la llegada de la Tercera República.
Vox es el ojito derecho (y también el izquierdo) de cierto sector reaccionario de la Justicia española que nunca hizo la Transición.
Trabajando en equipo jueces y falangistas, codo con codo y en turnos de
guardia de veinticuatro horas al día, se garantiza que todo en España
siga atado y bien atado.
En este país siempre han gobernado los mismos y
si los socialistas y republicanos pretenden alguna maniobra traicionera
contra la monarquía se les monta un pleito de corrupción que les haga
perder veinte puntos en las encuestas (por deserción de las masas
obreras arruinadas e indignadas con la izquierda vegana y ciclista de
nuevo cuño) y problema resuelto.
En menos de un año, PP y Vox han llevado a cabo media docena de operaciones de desprestigio contra UP, todas ellas fallidas.
Asesoramientos en Venezuela, dinero de Irán, chalé de Galapagar, líos de faldas, manifestaciones feministas supuestamente supercontagiosas como el 8M, escuchas de Villarejo,
cloacas más o menos enfangadas…
De momento ningún alto cargo de Unidas
Podemos ha sido procesado por nada mientras las cárceles se han tenido
que ampliar a tope para acoger a las nutridas tribus de púnicos,
gurtelianos y otros clanes corruptos del Partido Popular.
A Pablo Iglesias
le han investigado hasta el último pelo de la coleta y ahí sigue el
hombre, aguantando estoicamente el chaparrón y que lo llamen corrupto en
infames escraches a la puerta de su casa.
Sea como fuere, la operación Demonio Rojo
va a seguir adelante hasta que las derechas encuentren algo, un
indicio, lo que sea, cualquier cosa aunque haya que inventarla.
Cree el
ladrón que todos son de su condición.
José Antequera
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