De los abusos de los curas...
En San Martín los curas abusaban de casi todos los chiquillos, solo nos
salvábamos algunas veces los más feos, ellos querían a los rubios con
ojos azules o verdes, aunque cuando no había "de ese material", como
decía don Carlos Marrero Umpierrez, cura nacido en Juncalillo de Gáldar,
se conformaban con lo que tenían delante, en esos casos los esperábamos
con mucho miedo en nuestros camastros con colchones de paja, se
acercaban en silencio en la oscuridad, parecían fantasmas con sus
ropajes negros y las sotanas, se nos sentaban al lado y comenzaban los
tocamientos, metían las manos bajo las sabanas, recorrían nuestra frágil
piel atravesando los pijamas.
Nunca he sentido tanto miedo, si los
rechazábamos o decíamos algo nos pegaban o nos levantaban en peso por
las orejas, a mi me las despegaron varias veces.
Había noches que venían
borrachos de las casas de putas de la calle 18 de julio en el Lugo, era
terrible, porque entonces encendían las luces y se dejaban ver, elegían
a unos cuantos y nos llevaban a sus habitaciones para hacernos de todo,
mejor no te cuento el resto, no entiendo como todo esto no se ha
castigado y muchos de esos curas siguen dando la comunión en parroquias
de toda la isla..."
Testimonio de Antonio
Amador Trujillo, hijo de un desaparecido en la isla de Gran Canaria tras
el golpe de estado fascista del 36. Entrevista realizada el 19 de julio
de 1991.
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