Estado español. La mafia real Borbón S.A
“Los españoles tenemos una deuda eterna con quien durante 40 años ha
ocupado la jefatura del estado. España bajo el reinado de Juan Carlos I
ha alcanzado las más altas cotas de paz, progreso y prosperidad. La
presunción de inocencia es un derecho en toda democracia que se precie
de serlo” -Felipe González, expresidente de Gobierno.
Se impuso el mito del rey que trajo democracia (restauración
borbónica) “Juan Carlos es el artífice de la transición democrática”
“Negar la realidad es negarnos a nosotros mismos, y hacerlo con la
historia de España es negar nuestra democracia y libertad” “fue la
monarquía parlamentaria la que construyo nuestra democracia; fue la
Monarquía parlamentaria la que nos entregó la soberanía al pueblo
español” -Luis María Ansón, escritor monárquico.
La prensa aduladora y
la casta política fascista se encargaron de forjar en don Juan Carlos un
halo de divinidad. Y es que el caudillo el 31 de marzo de 1947 define a
España como un Estado Católico y social que se constituye en Reino.
Franco como rey regente o jefe de estado vitalicio se reservaba la
opción de nombrar su sucesor. Para legitimar “democráticamente” a la
dictadura la Ley de Sucesión fue sometida a referéndum el 6 de julio de
1947 obteniendo el 93% de los votos.
El rey Juan Carlos al comienzo de su mandato contó con la
complicidad de los poderes fácticos; banqueros, empresarios, cúpula del
ejército franquista, aristócratas, el clero más reaccionario, y
especialmente del falangista reconvertido en demócrata Adolfo Suarez.
Más adelante el líder del PSOE (falangista moderado) Felipe González, su
gran chambelán, lo elevó a los altares.
Los medios de comunicación
oficiales a base de una campaña de manipulación sin precedentes
impusieron el sublime dogma del rey salvador de España, el estadista
ejemplar, con una reina ejemplar, con una familia ejemplar, es decir, el
rey bueno, magnánimo y honesto. Que elegante y que porte mayestático,
si es la misma imagen del Cid Campeador. Los poetas palaciegos le
dedican loas épicas a tan ilustre prócer.
Al pueblo español ni se le
nombra, no tiene ningún protagonismo pues solo son los extras de una
vulgar farsa bufonesca. Dizque Juan Carlos I es un rey para todos los
españoles sin importar clases sociales, las inclinaciones políticas o
creencias religiosas.
Un rey que jamás condenó la dictadura franquista,
que jamás condenó sus crímenes de lesa humanidad, que jamás condenó los
asesinatos y torturas, que jamás condenó las penas de muerte, que jamás
condenó la represión, las desapariciones o el oprobioso destierro de
millones de personas. El miedo inducido por 40 años de franquismo ha
surtido el efecto deseado.
La transición tuvo tres pilares básicos: impedir la República, el
federalismo y el protagonismo de la izquierda que se había distinguido
por su tenaz lucha antifranquista. Todo ello obedecía a la voluntad de
los militares golpistas continuadores de una tradición que se remonta a
la época de los Reyes Católicos. “La democracia viene de la legitimidad
del franquismo” -Pio Moa, historiador ultra.
A don Juan Carlos I se le considera un héroe sacrosanto y por eso en
la pechera de su uniforme la lleva plagada de medallas y
condecoraciones que acreditan sus victorias en cruentas batallas contra
los enemigos de España. El rey emérito ha prestado grandes servicios à
España entre los que cabe destacar la entrega de la última colonia
española del Sáhara Occidental a Marruecos y el autogolpe de estado del
23 F de 1981.
Su reinado en lo sustancial no ha sido más que un inmenso fraude, un
decorado hollywoodiense diseñado por los grandes maestres de palacio en
entusiasta connivencia con los legatarios del régimen que fundó su
legitimidad en una rebelión militar nazi franquista y que consolidó el
caudillo al nombrarlo su sucesor.
El punto más álgido de su reinado llegó con el escándalo del safari
en Botswana. Ardiente aventura que se encargó de organizar -por la
módica suma de 50.000 euros- su examante la serenísima princesa Corinna
que trabajaba en la agencia Rann Safaris. Ella haciendo gala de su
extraordinario don de gentes captaba a los clientes de alto standing
para llevárselos de cacería a África.
Don Juan Carlos todavía guardaba
esperanzas de reeditar ese idilio apasionado que le partió el
corazón. Aunque eligieron el peor momento pues en ese año 2008 se
desató sobre el reino de España una desgarradora crisis económica.
Al terminar una cena en la que celebraba junto a nobles y
acaudalados hombres de negocios su magnífica puntería al abatir un
elefante de casi 4 toneladas, un desafortunado suceso lo iba a marcar
por el resto de su vida. Los excesos etílicos se le subieron a la cabeza
y cuando presuroso se dirigía a sus aposentos de la mano de la
serenísima princesa Corinna “accidentalmente” perdió el equilibrio y
cayó al suelo cuan largo es con tan mala fortuna que se partió la
cadera.
Inmediatamente se dispararon las alarmas ¡Alerta! el jefe del
estado ha caído mal herido en acto de servicio. ¿Cómo ocultar este
escándalo tan mayúsculo y maquillar unos acontecimientos tan
comprometedores? El CNI tomó cartas en el asunto pues la estabilidad de
la corona corría un alto riesgo.
No iba a ser fácil engañar a los medios
de comunicación “don Juan Carlos preocupado por la fauna africana en
peligro de extinción viajó hasta Botswana donde tuvo un pequeño percance
al intentar fotografiar a una manada de elefantes” El rey demostraba
así su pundonor y su enorme sacrificio por Dios y por España. Este
suceso destapó las aventuras del rey con Corinna que prudentemente tuvo
que desaparecer del mapa.
Tras recibir el alta en el hospital USP San José su majestad como
todo un caballero español se disculpó en público ante sus súbditos con
el famoso “lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir”
Sentidas palabras que algunos medios monárquicos comentarían: “un gesto
sin precedentes” “la figura del rey se ha engrandecido”
¿Pero acaso a su majestad le va a quitar el sueño los ataques de esa
chusma izquierdista y antiespañola? Él es un titán invencible capaz de
batirse a pecho descubierto contra sus enemigos más aguerridos. ¿quién
se atreve a exigirle responsabilidades al rey de España y Jerusalén, a
su católica majestad, al capitán general de los ejércitos? Atacar al
rey es atacar a la Constitución y los principios fundamentales de la
democracia.
Abu Dabi y Dubai son ciudades artificiales y futuristas que nos
deslumbran con sus grandes rascacielos y espectaculares obras de
ingeniería, ciudades levantadas en medio del desierto por miles de
emigrantes esclavos inmisericordemente explotados por los jeques
déspotas.
EAU es el paraíso del capitalismo, libre de impuestos, uno de
los santuarios más seguros del capital global y guarida de advenedizos,
corruptos evasores que vienen a lavar el dinero negro, capos de la
delincuencia internacional, mafias de la droga o la prostitución tanto
del primer mundo y del tercer mundo.
Los jeques y príncipes hacen los
que les viene en gana gracias a la extraordinaria riqueza generada por
los pozos de petróleo o de gas. El 90% del ingreso de las reservas de
petróleo y gas de los EUA es propiedad de solo el 0,2% de la población
local. La riqueza personal del jeque Jalifa asciende a más de 15.000
millones de dólares.
Es una vergüenza que el fiscal suizo Bertossa obligue a la Fiscalía
del Tribunal Supremo de España a investigar a Don Juan Carlos I por
cobro de comisiones ilegales del contrato millonario de la construcción
del AVE a la Meca. Además, de maniobras de lavado de dinero y evasión
fiscal. Delitos por los cuales el rey emérito podría acabar sentado en
el banquillo de los acusados.
Poder político, poder económico se alían para contribuir al éxito de
esta lucrativa empresa familiar Borbón S.A. El Real Instituto Elcano,
el Ibex 35, las multinacionales, los empresarios, los banqueros,
terratenientes. La camarilla palaciega más parecida a esas mafias de Al
Capone, Lucky Luciano y Vito Corleone.
Esto sólo el principio y si se
sigue tirando de la madeja seguro que nos deparara muchas sorpresas.
Ahora caemos en cuenta que la jefatura del estado estaba a cargo de un
empresario y no de un rey.
Corinna residió durante bastantes años como invitada de honor de don
Juan Carlos en la finca Angorrilla en el Pardo, muy cerca del palacio
de la Zarzuela. El rey emérito le tenía tal confianza a su novia que la
nombró su “administradora adjunta” para que se hiciera cargo del cobro
de comisiones.
Además, le encomendó la suprema misión de encontrarle un
trabajo digno a su yerno Urdangarin ya que no tenía una gran experiencia
en el mundo de las finanzas. Podríamos afirmar que ella fue la
planificadora del Instituto “sin ánimo de lucro” Noos que estaba bajo la
supervisión de su majestad el rey. Corinna en sus delirios de grandeza
exigió ser reconocida socialmente como la mujer de don Juan Carlos I.
Juan Carlos I se había tomado muy en serio su relación con Corina y
la pasión se acrecentó irrefrenablemente hasta el punto de que le
prometió casarse con ella. ¡¡¡Corinna reina de España!!!
Y así se lo
comunicó el rey emérito a sus hijos en una cena en el restaurante El
Landó del Rey que pretendía divorciarse pues se había enamorado de una
princesa alemana. Lo que no les dijo es que además la utilizaba como
testaferro para sus negocios privados.
Las comisiones reales las
autorizó Franco para que se le pagara un porcentaje a don Juan Carlos
por cada barril de crudo procedente de Arabia Saudita. Sus estrechas
relaciones con las monarquías del golfo permitieron sortear a España la
crisis petrolífera del año 1973. Luego este acuerdo o prebenda lo
siguieron respetando Suárez y Felipe González.
Según su amante (que es la que mejor lo conoce pues por algo
compartió el lecho nupcial) la ambición del rey no tiene límites y
padece una irrefrenable adicción al dinero más propia de un avaro y
mezquino usurero “No hay nada de amor, toda gira en torno al dinero”.
Euros, dólares, lingotes de oro, perlas, diamantes, zafiros o
esmeraldas.
La clásica trilogía, dinero, lujo y fornicación. Si cada vez
que iba al Golfo Pérsico volvía con las valijas cargadas de
petrodólares que pasaban sin ningún control por la base aérea de
Torrejón. ¿A ver quién se atreve a revisarle las maletas al rey en un
aeropuerto? Entre las innumerables donaciones y regalos que ha recibido
don Juan Carlos por parte de sus hermanos jeques, reyes y príncipes
árabes hay que reseñar un yate, un palacete, dos ferraris, caballos pura
sangre, joyas o maletines con premios sorpresas.
A partir de los episodios de sus infidelidades con Corinna y el caso
Urdangarin provocó que en el 2014 tuviera que abdicar. El se negaba de
lleno a renunciar a tan alta investidura que había jurado ocupar hasta
la muerte. Pero a sus propios consejeros y los líderes de partidos
políticos constitucionalistas le advirtieron que si no lo hacia la
monarquía podría naufragar.
En su discurso de abdicación don Juan Carlos se refirió a su hijo de
la siguiente manera: “tiene la madurez, la preparación y el sentido de
responsabilidad necesarios para asumir con plenas garantías la Jefatura
del Estado y abrir una nueva etapa de esperanza” a renglón seguido
añadió: “Además contará con el apoyo incondicional de la princesa
Letizia” “Es el momento del relevo que tomará una generación más joven
que traiga esperanzas en estos momentos de crisis
Los más
fundamentalistas le reclamaron: “Un Borbón sigue siendo rey hasta que
muere en la cama” algo que coincide con el consejo que le dio en su día
su pariente lejano la reina Isabel de Inglaterra.
Don Juan Carlos I y Corinna se conocieron en un torneo de tiro en la
finca La Garganta en Ciudad Real (lugar de encuentro de poderosos para
hacer negocios e intercambiar información importante) donde su majestad
tenía problemas con su arma pues no disparaba y ella amablemente le
explicó el correcto funcionamiento del mecanismo de percusión. Lo
cautivó con su belleza, su clase e inteligencia. Fue amor a primera
vista -más tarde confesaría ella.
La despampanante serenísima princesa
Corinna con sus malas artes hechizó a su majestad ¿quién puede
sustraerse a la tentación de esa bomba sexual con un cuerpo de ensueño y
esos labios lúbricos que quitan el sentido? don Juan Carlos ya bien
entrado en su edad madura no podía renunciar a cobrarse este trofeo de
caza mayor.
Aquí se aplican muy bien los versos de esa famosa canción
“Caballo Viejo”: “caballo le dan sabana porque esta viejo y cansao,
pero no se dan de cuenta que un corazón amarrao cuando le sueltan la
rienda es caballo desbocao” Corinna enloqueció a su majestad que perdió
por completo la cabeza hasta el punto que la llamaba más de diez veces
al día por teléfono.
Sus consejeros inútilmente trataron de hacerlo
entrar en razón, pero él estaba tan poseído por su novia (como solía
presentarla entre sus conocidos) que ni el exorcismo más poderoso
hubiera podido liberarlo. En máximo secreto Juan Carlos convivió con
Corinna en su apartamento de Villars-sur-Ollon aunque lo encontraba un
poco estrecho (tenía 300 metros cuadrados) y en el 2009 le transfirió
dos millones de euros al testaferro Fasana para la compra de un dúplex
de lujo en los Alpes suizos (que se convertiría en su “nidito de amor”)
A Juan Carlos y Corinna los unía la pasión por los viajes exóticos,
la fina gastronomía, los costosos regalos y los negocios
millonarios. La pareja se dedicó a los viajes oficiales y privados en
los que visitaron enclaves como Tahití, Bora Bora, República Dominicana,
Barbados, los Ángeles, Abu Dabi, Botswana o Suiza. Y a disfrutar de la
dolce vita en los guateques, las fiestas y torneos de caza, estaciones
de esquí, los grandes eventos gastronómicos regados por los mejores
vinos y champanes.
Y los fines de semana de shopping en Paris o
Londres. Todo este tejemaneje lo sabía desde un principio la policía
española (UAI) y el CNI (servicios secretos) pero callaron, lo
escondieron para proteger la “honra y el honor” de la corona. La casta
política ha encubierto los actos delictivos con el maquiavélico sofisma
de distracción de que “es inocente mientras no se demuestre lo
contrario”
Además, son acontecimientos del pasado concernientes a su
vida privada por lo tanto antes de 2014 cuando aún detentaba la Jefatura
del Estado en la que primaba la inviolabilidad. Su reinado en lo
sustancial no ha sido más que un inmenso fraude, un decorado
hollywoodiense diseñado por los grandes maestres de palacio en
entusiasta connivencia con los legatarios del régimen que fundó su
legitimidad en una rebelión militar nazi-franquista y que consolidó el
caudillo Francisco Franco al nombrarlo su sucesor.
La reina Sofía siempre se mantuvo en guardia tras la pista de las
amantes del rey prohibiendo que se colaran en los actos oficiales o las
reuniones a la Casa Real. Corinna se dedicaba a frecuentar el selecto
club de la jet set y la nobleza europea y a pesar de divorciarse en el
2005 de su esposo el príncipe alemán Casimir zu Sayn-Wittgenstein,
siguió presentándose como princesa su Sayn-Wittgenstein. De ahí que la
familia su Sayn-Wittgenstein la haya demandado por la usurpación de un
título que legalmente ya no posee. En todo caso le sobraba clase y
atractivos físicos para conquistar las más altas cimas del poder.
Las revistas de corazón han creado la imagen de la reina emérita
víctima de un monarca mujeriego y vividor. Pero desde un principio la
pareja real pactó que su relación iba a ser meramente “institucional”.
Ambos duermen en habitaciones separadas desde el año 1976 tras un
incidente extramarital. Su cometido no era otro que engendrar al
príncipe heredero a la corona. Doña Sofia es una santa que ha tenido
que aguantar las “travesuras” de su marido. “Como sufre esta pobre
mujer, es tan buena que se ha ganado el cielo” -comenta el beaterio de
la prensa rosa.
Pero la reina emérita, de rígidas convicciones morales y
más próxima al ideario derechista, ha sabido disimular su dolor y su
rabia ya que su augusto marido le ha puesto los cuernos en múltiples
ocasiones. La procesión va por dentro. Una humillación indecorosa que
está dispuesta a perdonar sí don Juan Carlos arrepentido se rinde a sus
pies. Por conveniencia no ha querido separarse del rey adultero pues se
niega a perder los incontables privilegios que le ofrece el estatus de
reina madre.
El rey emérito recibió una comisión secreta de Arabia Saudita de 100
millones de dólares (que según la tradición saudí entrega a otras
monarquías en prueba de amistad) por la construcción del AVE a la
Meca. Monto que se transfirió a la fundación panameña Lucum manejada
por un gestor Fasana y el abogado Canónica. Los testaferros del rey
emérito intentaron blanquearla a través del sistema financiero helvético
(banco suizo Mirabaud).
Comisiones, por supuesto, fuera del alcance de
la Hacienda española. Lo cierto es que los empresarios españoles
tuvieron que desembolsar 220 millones de dólares para conseguir el
contrato de la línea férrea de alta velocidad Medina-Meca.
¿Y quién ha sido el artífice de este milagro? nada menos y nada más
que don Juan Carlos I gracias a sus contactos y buenas relaciones con
los presidentes, primeros, ministros, reyes y príncipes, jeques o
emires. Su majestad ha fungido como exitoso lobista de la marca España
obteniendo jugosos contratos en el área del gas, el petróleo, armamento,
la construcción, las infraestructuras, electricidad, abastecimiento
hídrico o energías renovables.
Recordemos que el primo del rey don Álvaro de Orleans se embolsó en
las 2003 jugosas comisiones por la venta del banco Zaragozano al
Barclays tasadas en 50.000.000 de francos suizos. (Desde luego tuvo un
padrino que le echó una mano) El fondo de la fundación Zagatka tiene
como primer beneficiario era Álvaro de Orleans-Borbón, como segundo
Andrés de Orleans-Borbón y San Martino y como tercero Juan Carlos de
Borbón y Borbón. Con estos fondos el rey emérito financiaba, por
ejemplo, el alquiler de jets privados y los hoteles de lujo.
También en
el 2009 cobró las comisiones de la constructora OHL como intermediario
de la venta de unos terrenos en Playa del Carmen en México por un monto
de 4,2 millones de euros. Álvaro de Orleans ha ejercido el papel
testaferro del monarca usando varias cuentas suizas a su nombre para
esconder su onerosa fortuna y, claro, recoger los rentables intereses y
dividendos del “mejor embajador de España en el mundo”.
Da la
casualidad que las cuentas de su padre, su alteza don Juan de Borbón,
también estaban domiciliadas en Suiza donde sus hijos recibieron su
herencia millonaria que tampoco tributó en España. El supremacismo
borbónico desprecia cualquier atisbo de legalidad.
Corinna confesó que Juan Carlos I “en agradecimiento a los servicios
prestados a la corona” le regaló 65 millones de euros que ella recibió
en la cuenta de un banco suizo en Bahamas. “Fue por amor y gratitud”
-conmovedor argumento que zanja cualquier duda mal intencionada. La
serenísima princesa aduce que cuidó del rey emérito en sus peores
momentos cuando convalecía de una importante operación que le extirpó en
el 2010 un nódulo pulmonar.
Su majestad en correspondencia por sus
desvelos y para asegurar el futuro de sus hijos le transfirió tan
exorbitante cantidad de euros. Parte de esta suma la utilizó para
comparase una casa de campo señorial en el oeste de Inglaterra valorada
de 6.7 millones de euros.
El peligro número uno para la estabilidad del régimen del 78 no es
ETA, ni los terroristas islámicos o los separatistas vascos o catalanes
sino la bella examante del rey emérito Corinna Larsen. Ella posee
secretos capaces de desestabilizar la monarquía borbónica y quién sabe
si hundirla en lo más profundo del océano.
De ahí que el máximo objetivo
del CNI sea neutralizarla, es decir, callarle la boca para que no siga
manchando el buen nombre del rey emérito y su hijo el rey Felipe VI,
beneficiario de las fundaciones Lucum y Zagatka (si falleciera su padre)
investigadas por blanqueo de capitales.
El director del CNI (hasta
julio del 2019) Sanz Roldán, general inescrupuloso de corte franquista,
personalmente le “recomendó” a Corinna que rompiera con el rey pues
“comprometía la seguridad nacional”. Si no obedecía su consejo, que se
atuviera a las consecuencias. Traducido del lenguaje gansteril “que
podría pasarle algo muy malo” a ella y a sus hijos.
Acto seguido comenzó
a recibir amenazas de muerte por email o por teléfono. Sanz Roldan sabe
utilizar muy bien las tácticas de terrorismo de estado que aprendió
durante los años más sangrientos de la lucha contra ETA. Ella denunció
que un grupo de mercenarios saquearon su apartamento de Mónaco
(operación “Mónaco”) buscando documentos comprometedores (múltiples e
ilegales negocios internacionales) que al parecer obraban en su poder, Y
toda esta campaña de acoso se lanzó por órdenes del despechado rey Juan
Carlos I. Luego le escribiría a ella el director del CNI a modo de
disculpa: “estamos completamente comprometidos con tu seguridad física”
Los agentes secretos españoles imbuidos en el patriótico espíritu de
por Dios, la patria y el rey van tras la pista de Corinna; la persiguen
y la amenazan para que cese sus ataques contra la monarquía. Incluso
le advirtieron que a ella y sus hijos podía pasarle algún “inoportuno
accidente” como el que le ocurrió en su día a Lady Di.
Felipe VI en una jugada maestra –planificada por el cerebro de la
Casa Real Jaime Alfonsín- aprovechando el confinamiento del coronavirus
anunció que renunciaba a su hipotética parte en la herencia de su padre y
le retiraba la asignación económica que percibe de los presupuestos de
la Casa Real. En un intento por capear el temporal y que las aguas
vuelvan a su cauce. “En consonancia con la honestidad, rectitud e
integridad que rige su actividad institucional y privada y trasparencia”
Radical medida que fue saludada con beneplácito por el PSOE, PP, VOX y
Cs.
“Una decisión valiente y ejemplar”. ¿Pero quién puede creerse esta
comedia de que su hijo va a repudiar a su padre al que debe sumisión y
respeto? ¿Acaso Felipe VI no ha encubierto sus fechorías? ¿su amado
primogénito va a traicionar al patriarca? En el fondo el rey emérito
sigue reinando. Lo paradójico del caso es que don Juan Carlos I en sus
mensajes de navidad adoctrinaba a sus súbditos con sermones sobre el
espíritu de sacrificio, la austeridad y la rectitud moral por el que
debían encauzar sus vidas.
A partir de ahora vivirá de sus ahorros pues
no tiene derecho a subsidio de jubilación por sus años como príncipe o
monarca ya que nunca ha cotizado a la seguridad social y no está
cubierto por la sanidad pública al no contar con tarjeta sanitaria.
¿Cómo es posible que se atente contra la dignidad de un venerable
anciano en una clara violación a los derechos humanos?
El día 3 de agosto del 2020 el rey emérito le envió a su hijo Felipe
VI la siguiente carta: “ante la repercusión pública que están causando
algunos asuntos del pasado relacionados de mi vida privada deseo
manifestarte mi más absoluta disponibilidad para contribuir a facilitar
el ejercicio de tus funciones, desde la tranquilidad y el sosiego que
requiere tu alta responsabilidad mi legado y mi propia dignidad como
persona, así me lo exigen.
Ahora guiado por el convencimiento de prestar
el mejor servicio a los españoles y a sus instituciones y a ti como
rey, te comunico mi meditada decisión de, trasladarme, en estos
momentos, fuera de España” “La institución monárquica está por encima de
las personas que la encarnan” -expresó el Ministro de Justicia Juan
Carlos Campo. El rey Felipe VI es una persona serena, tranquila,
recatada y equidistante al comportamiento de su augusto padre y más
próximo al de su madre la reina Sofia que es ejemplo de castidad,
prudencia y discreción.
Es
increíble que grupos republicanos, o anarquistas no hayan salido a
celebrar la huida del cobarde monarca y reclamar en las plazas públicas
la caída del régimen. Pero la desmovilización a causa de la pandemia del
coronavirus y el fantasma de la bancarrota económica jugó a favor de
las huestes realistas. Cuando su abuelo el rey Alfonso XIII llorando
como Boabdil se escapó de España el día 14 de abril de 1931 tras el
triunfo en las candidaturas republicanas en las elecciones municipales
(plebiscitarias) el pueblo presa de una indescriptible algarabía se echó
a las calles a celebrar el advenimiento de la República.
El 26 de
noviembre de 1931 el rey fue depuesto y acusado de alta traición por las
Cortes republicanas. El soberano corrupto y corruptor abandonó deprisa y
corriendo España con un millonario botín de oro, piedras preciosas y
valiosísimas obras de arte. Aunque en los bancos extranjeros, igual que
su nieto, puso a buen recaudo una fortuna valorada en más de 140
millones de euros (que habría que multiplicar por cinco para
actualizarla)
Corinna que hoy reside en Londres se encuentra bajo el foco de
atención mediática y vive asediada no solo por los servicios secretos
españoles sino también por los medios periodísticos ingleses. Tanto la
BBC, Daily Telegraph, Daily Mail investigan a fondo y pugnan por una
exclusiva sobre la trama que ha estremecido los cimientos de la
monarquía borbónica. La prensa española, por el contrario, salvo
contadas excepciones, sigue adulando al rey emérito y blanqueando sus
tropelías.
Es una reacción de orgullo patrio ante los maliciosos ataques
de los “enemigos de España”. Don Juan Carlos I es una figura histórica
que ha dejado un valioso legado para las futuras generaciones. Ética y
moralmente el rey es un techado de virtudes. Lo poetas palaciegos entona
loas épicas en homenaje al supremo Capitán General de los ejércitos que
aún conserva su porte de guerrero indómito contra el que quiso atentar
ETA. El culto a la personalidad, tradición más propia de los regímenes
dictatoriales, ha sido su seña de identidad de la monarquía.
Como
homenaje a los soberanos por decreto ley deben exhibirse sus retratos en
los edificios públicos, ministerios, alcaldías y embajadas y para que
no quede la más mínima duda de su santidad se han de bautizar con sus
benditos nombres hospitales, estadios, calles, avenidas o plazas. Y como
si fuera poco los billetes, monedas o sellos de correos grabados con la
esfinge del monarca les recuerda a sus súbditos a quien deben rendirle
pleitesía.
Juan Carlos I anunció su decisión de abandonar España para
“preservar la institución monárquica” Una decisión pactada con su hijo
para exiliarse en Abu Dabi, un país que conoce muy bien y donde es
recibido con los brazos abiertos por sus hermanos árabes.
Allí estuvo en
varias ocasiones junto a Corinna que es bastante famosa entre la prensa
árabe pues se creían que era su segunda esposa. EAU es el único sitio
en el mundo que le puede garantizar privacidad y discreción pues cuenta
con servicios de seguridad muy sofisticados y herméticos.
El rey Juan
Carlos es invitado de honor de la familia real emiratí eternamente
agradecida por sus servicios prestados al país que presenta como un
paradigma del desarrollo y el crecimiento económico. Sus hermanos del
Golfo Pérsico, con la proverbial generosidad que los distingue, están
decididos a complacerlo y le han reservado una suite real de super lujo
en el Emirate Palace (cuyo precio es de 11.000 euros la noche) donde
solo se alojan grandes magnates y miembros de la realeza.
Estamos hablando de monarquías absolutas donde ni por asomo existe
una pizca de democracia, ni oposición ni instituciones independientes.
Hasta tal punto llega la injerencia de EEUU que con la intermediación de
Donald Trump al príncipe heredero de Abu Mohamed bin Zayed de EAU el
pasado 22 de agosto reconoció diplomáticamente a Israel.
El palacio de Marivent en Palma de Mallorca es la residencia de
verano de los reyes. Con sus 9.155 metros cuadrados de extensión y en
medio de esplendorosos jardines la Familia Real tradicionalmente pasa
sus “merecidas vacaciones tras un año de duro trabajo y entrega”.
Pero
este año 2020 el ambiente no es ni sombra de lo fue y por eso la reina
Sofia se siente muy sola pues su “juanito” ha partido al exilio y ella
guardaba aún esperanzas de una posible reconciliación.
Porque el rey
emérito en el ocaso de su existencia estaba resuelto a regresar con la
tierna princesa que se casó por conveniencia en el año 1962. El premio
de consolación para este viejo decrépito y achacoso que se apoya en un
bastón para no caer de bruces. Menos mal que para sobrellevar sus cuitas
sentimentales tiene a su disposición más de 50 pajes, criadas y
mayordomos, limusinas, yates, veleros, helicópteros o aviones privados.
Pero lo que realmente le importa a la reina emérita no son los
huerfanitos o niños hambrientos del mundo sino salir de compras a
exclusivos centros comerciales que es algo que la relaja y le devuelve
el alma al cuerpo. Doña Sofía se niega a hablar español ya que es una
lengua chabacana a la que le tiene mucha fobia y prefiere utilizar el
inglés que es más glamuroso.
La familia real borbónica es el sumun de la hipocresía, de la doble
faz, las apariencias y las sonrisas forzadas que fingen simpatía y
amabilidad. El carácter soberbio y ególatra de don Juna Carlos se
manifiesta en una depravada vida privada, dedicado a las corruptelas,
coleccionando amantes y traicionando la lealtad de sus súbditos.
Las
queridas y meretrices, por supuesto, pagadas con fondos reservados. “Una
monarquía se mantiene en la medida en que sus monarcas son personas
ejemplares, y tienen que serlo”
La reina Sofía princesa de Grecia y Dinamarca (casa de
Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glucksburg) ha sido una destacada miembro
del club Bilderberg en el que participan las élites financieras, los
poderes políticos y económicos. Sus directrices son velar por el nuevo
orden mundial y su irrevocable compromiso con el neoliberalismo
triunfante. Ahora la reina Letizia reemplazará a doña Sofía en el club
Bilderberg y asumirá la responsabilidad de representar al reino de
España en esta exclusiva secta de multimillonarios.
La reina doña Sofia es una filántropa consumada pues en ella
prevalece ese espíritu de cristiana caridad y entrega desinteresada a
los demás. Defensora a ultranza de la infanta Cristina y de Iñaki
Urdangarín, cerebros de la mafia corrupta del Instituto sin ánimo de
lucro Noos. Ella tiene una fe inquebrantable en que la infanta y el
duque de Palma son inocentes. “han sido engañados por los que eran sus
socios”
Tras el levantamiento militar mejor conocido como “el Golpe de los
Coroneles” en 1967 el rey Constantino de Grecia que reinaba en ese
entonces se mostró complaciente y se negó a condenarlo. Una actitud que
le acarreó perder el trono al quedarse sin la protección de EE.UU. La
familia real griega “apóstata y traidora” tuvo que asilarse en Londres.
Los Borbones los protegieron brindándoles “ayuda humanitaria” en forma
de cuantiosas transferencias bancarias.
Las casas reales europeas tienen
un pacto de sangre en el que se cubren las espaldas en los momentos más
álgidos ¿alguien se ha preguntado por el patrimonio de la reina Sofía?
este es otro tabú, un asunto imposible de investigar. Seguro que el
capital que comparte con su amado hermano Constantino y su serenísima
hermana la princesa Irene (patrona junto a su esposo de florecientes
negocios inmobiliarios) lo tiene a buen recaudo en cuentas secretas
manejadas igualmente por testaferros en algún paraíso fiscal.
Definitivamente han aprendido muy bien la lección del “padrino” don Juan
Carlos I. La familia real griega y la casa real española son siamesas.
Don Juan Carlos se ha tomado un paréntesis pues ha sido sometido a
un inclemente linchamiento por parte de los medios de comunicación y las
redes sociales. Su círculo más cercano dice que está muy agobiado por
el estrés que le provoca el vulgar chismorreo de sus súbditos. ¿dónde
queda la presunción de inocencia? Todas estas tensiones han puesto en
peligro su salud física y mental. No es posible que cuando disfrutaba de
una jubilación dorada, el merecido descanso del guerrero ahora tenga
que lidiar con una confabulación bolchevique igual a lo que aconteciera
con el zar de Rusia.
Don Juan Carlos sencillamente está cumpliendo con
sus funciones de representación de la marca España en EAU, misión
diplomática que asume desinteresadamente y de la que con toda seguridad
saldrán grandes contratos que beneficiarán a un sinfín empresas
españolas. “Siempre he querido lo mejor para España y los españoles”
-alegato de los editorialistas del diario pro monárquico ABC.
Las causas contra el rey emérito las tienen que decidir los jueces y
esto es algo que de antemano jamás sucederá pues vamos a ver quién se
atreve -por lo menos en España- a sentarlo en el banquillo de los
acusados. Por ahora ni siquiera está imputado y el Tribunal Supremo ha
rechazado tomar medidas cautelares en su contra. Es inimputable por
actos acaecidos antes de su abdicación.
La sangre azul cuenta.
Seguramente todas las causas se archivarán por falta de pruebas ya que
en ningún papel sale su nombre o su firma y la declaración de los
testigos no tienen la más mínima credibilidad. 75 altos cargos del PP y
el PSOE, exdelegados de Gobierno, fiscales y otros personajes del mundo
de la política, la economía y la justicia han publicado una carta
defendiendo la “presunción de inocencia” de don Juan Carlos I, “pilar
básico de nuestra democracia y valedor de la unidad de España”. El rey
jamás dará explicaciones por sus actos del pasado, del presente ni del
futuro.
Las tradiciones más vernáculas obligan a los súbditos y lacayos a
honrar la jerarquía, respeto a la autoridad y obediencia incondicional a
un líder infalible. Se ha puesto en marcha a toda la maquinaria de
propaganda mediática para limpiar su buen nombre y censurar la más
mínima critica. El lobista y comisionista Juan Carlos I está por encima
del bien y del mal.
Aun no se ha roto el vínculo de servidumbre y sigue
vigente el lema de ¡Vivan las Caenas! Faltar el respeto al rey, la
patria, el himno y la bandera constituye un delito tipificado en el
artículo 491 del código penal español. Las injurias a la corona se pagan
con multas y cárcel.
Su majestad el rey estaba muy obsesionado con Corinna y tras su
distanciamiento -según fuentes de la Zarzuela “esta aventura romántica
de amor platónico estaba cancelada”- insistía en verla y le rogó que
volviera a su regazo. Pero ella soberbia lo desobedeció pues supo que la
había engañado con otra damisela de alta alcurnia.
Don Juan Carlos
rabioso por la negativa de Corinna de recomenzar el idilio le exigió que
le devolviera los 65 millones de euros (de la comisión por el AVE a la
Meca que le donó el rey de Arabia Saudita) Pero ella no obedeció
aduciendo que seguramente la iban a acusar de delitos financieros. “´Él
me los dio por gratitud y por amor” Juan Carlos contraatacó acusándola
de habérselos robado. “Corinna descaradamente se quedó con parte de la
jugosa herencia aunque se nos haga creer lo contrario”
Tras la publicación de una carta remitida por Corinna a Felipe VI en
la que le advertía que entre 2008 y 2012 había figurado como segundo
beneficiario de una cuenta en Suiza por un monto de 100 millones de
dólares. Don Juan Carlos I se trasladó en secreto a Londres en marzo del
2019 para intentar firmar con Corinna un pacto de no agresión.
Pero no
se llegó a ningún acuerdo entre ambas partes porque el rey emérito no
quiso reconocer la campaña de abusos instigada por la Corona, ni mucho
menos se tomaron medidas para remediarla.
Durante el tiempo en que los
dos convivieron Corinna acumuló abundante información comprometedora
sobre las empresas, fundaciones, cuentas secretas y testaferros que
esconden su patrimonio millonario.
La Conferencia Episcopal española ni siquiera se ha pronunciado
sobre el pecaminoso comportamiento de su “católica majestad” (título que
aún conserva). Un rey adultero que se ha dejado arrastrar por los
siete pecados capitales y que hipócritamente comulgaba con la hostia
santa.
Históricamente la dinastía borbónica se ha distinguido por su
carácter patriarcal y misógino, pero ahora con la derogación de la ley
Sálica les permite sacarse un as de la manga al presentar en sociedad a
la princesa Leonor que se proyecta como una reina “revolucionaria” capaz
de devolverle su esplendor perdido.
Como en la época de la inquisición la culpable de todo este embrollo
no es otro que una arpía pérfida y libidinosa símbolo de la tentación y
la lujuria. Corinna, según sus detractores, corresponde al clásico
prototipo de la mujer aprovechada que gracias a sus atributos físicos va
provocando a los hombres hasta que inocentemente caen en sus garras.
Podemos, el PNV, Bildu JXCAT, ERC o Mas País pretendía abrir una
comisión de investigación en las Cortes pero los partidos monárquicos el
PSOE, PP, Vox o Cs se han negado a investigar las “presuntas
irregularidades” cometidas por don Juan Carlos I. Argumentan que es una
oprobiosa ofensa contra el soberano poner en duda su legado
Las
facciones reaccionarias neofranquistas jamás van a permitir que se
humille al “adalid de la transición democrática” De ahí que la Agencia
Tributaria no haya investigado absolutamente nada sobre sus cuentas
personales donde solo consta los emolumentos que percibe de la Casa
Real.
¿Quiénes son los que se levantan a las seis de la mañana a
laborar para que el rey don Juan Carlos I disfrute de aventuras amorosas
y viajes a paraísos perdidos? Ha mentido y defraudado su juramento de
“desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la
Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de
las comunidades autónomas”
¿Cuál es el origen de su fortuna? la Audiencia Nacional y el
Tribunal Supremo ante las contundentes pruebas presentadas por la
fiscalía Suiza por las comisiones del AVE a la Meca, no le ha quedado
más remedio que “analizar” las cuentas de Juan Carlos I. ¿Quizás pudo
cometer fraude fiscal y blanqueo de capitales al haber ocultado
presuntamente una importante fortuna al fisco español?
Pero esto no es
más que puro teatro porque el rey sigue protegido por el aparato del
estado, desde los jueces, el antiguo Cesid, las fuerzas de orden público
(Policía, Guardia Civil) FF. AA o el CNI.
Durante sus 40 años de reinado no solo han sido las comisiones por
millonarios contratos sino también los fondos reservados, fideicomisos,
negocios inmobiliarios, inversiones financieras. subastas eléctricas,
subvenciones cruzadas, fondos excepcionales de la Casa Real, ayudas
europeas etc, etc. Demasiado éxtasis y frenesí en esta pestilente
ciénaga de corruptelas y desfalcos.
Seguramente hay más cuentas secretas
y dinero negro repartidas por los paraísos fiscales de medio mundo.
Mientras la Agencia Tributaria advierte a los ciudadanos del común que
si evaden impuestos les pueden caer penas de 1 a 5 años y multas que
oscilan entre el 50% o el 150% de la cantidad no declarada. El coro
tardío de los arrepentidos empieza a entonar sus lamentos de perdón por
el silencio cómplice que jaleaba la campechanía de su majestad.
Los partidos políticos de la izquierda radical, antisistema y
separatista (Frente Popular) reclaman desde hace años que se convoque un
referéndum entre monarquía o república. Aducen que es un anacronismo
medieval el que en pleno siglo XXI exista una monarquía hereditaria que
elige al jefe de estado mediante un acto sexual. ¿acaso la soberanía no
recae en el pueblo español?
Por el momento la Constitución del 78 es un
dogma de fe intocable e imposible de reformarla hasta que no se cuente
con la mayoría de votos suficientes. “Para la Ley de Memoria Histórica
la monarquía es ilegitima.
Y ese decreto lo rubricó de puño y letra el
mismísimo Juan Carlos I. Una decisión completamente autodestructiva pues
no hace más que deslegitimar el proceso que le llevó al trono y
aniquilar así el nuevo orden de libertades pactado en la Constitución
del 78”- Pío Moa, escritor neofranquista.
Los grandes apóstoles de la derecha predican a los cuatro vientos
las “bondades del régimen del 78”: “La monarquía constitucional es una
forma moderna de gobierno como lo demuestra el hecho de que los países
más avanzados del mundo se rigen por este exitoso sistema. Es imposible
regresar a un modelo de república que desgraciadamente fracasó tras el
estallido de la guerra civil en 1936. Una república no garantiza que no
haya corrupción sino todo lo contrario.
La sociedad española no está
madura para afrontar los retos del futuro y necesita tutores que la
guíen por el camino recto”
Faltan pruebas para imputar al rey emérito, es preciso demostrar que
tiene esas cuentas con ese dinero y, por supuesto, los bancos en
paraísos fiscales negarán la existencia de dichas cuentas y sociedades
fachada. Las únicas pruebas que existen son las de una amante despechada
y del policía delincuente Villarejo. ¿Qué credibilidad pueden tener
estos dos caraduras? “Verdaderamente estamos asistiendo a un magnicidio
mediático”-portavoz de Vox, Espinosa de los Monteros.
El palacio de la Zarzuela es como un castillo medieval protegido por
un foso por el que solo se puede acceder a través de puente
levadizo. En esa fortaleza inexpugnable moran sus majestades los reyes
protegidos celosamente por una compañía de la Guardia Real que les
garantiza su seguridad y tranquilidad. Desde luego que sus vidas valen
más que la de 46 millones de españoles.
Hay que reconocer que aún
estamos sumidos en el oscurantismo del medievo dominados por un sistema
de castas y de privilegios en el que la cúspide de la pirámide la ocupa
la aristocracia, los grandes de España, la burguesía y los ilustres
cortesanos de rancio abolengo, la casta endogámica, mientras que en los
arrabales se hacina la chusma de plebeyos, súbditos, lacayos y vasallos
siempre tan fieles y leales.
La Familia Real es una carga parasitaria
que el estado debe asumir sin dilaciones, y para complacer todos sus
caprichos y vanidades se ha destinado un presupuesto de 7.887.150 euros
(cifra que se refiere a la asignación directa luego existen otras
partidas desde diferentes Ministerios que la elevan a 561.654.350 euros)
En la historia líquida de la actual sociedad postmoderna ya no
tienen cabida esos cuentos de hadas de reyes y príncipes de origen
divino. Las cosas no son fijas, ni eternas pues estamos inmersos en un
mundo vertiginoso de la revolución tecnológica en la que todo cambia de
un día para otro.
No es casualidad que el mito del monarca decente y
campechano se haya derrumbado con dos imágenes: un elefante abatido en
un recóndito paraje de la selva africana y una vulgar máquina de contar
dinero (en la que Juan Carlos I contaba las sacas dinero negro que le
remitían sus hermanos árabes desde el Golfo Pérsico)
La revista Forbes,
especializada en negocios y finanzas, calcula que el patrimonio de la
familia real española o mejor dicho, la empresa familiar Borbón S.A,
asciende a unos de 2.000 millones de dólares.
¿Es posible comprobarlo? Sus acólitos de la prensa servil y los
cipayos del poder siempre lo negarán; son mentiras de los enemigos,
falsos rumores, especulaciones que no tienen el más mínimo fundamento.
La lacra de la impunidad sigue reinando desde hace siglos y no hay
manera de combatirla con eficacia.
El pueblo español cautivo y
desarmado sufre de amnesia crónica, la alienación digital televisiva,
los computadores, teléfonos móviles, o las redes sociales lo tiene
completamente esclavizado. Solo un golpe de suerte podrá redimirnos así
que a apostar a los cupones de la ONCE, la lotería de Navidad, casinos
online, los Euromillones, las quinielas o la lotería primitiva.
El rey emérito estuvo cenando con sus amigos de regatas de Sanxenxo
en la víspera de abordar un avión privado que lo trasladaría desde el
aeropuerto de Vigo hasta al Golfo Pérsico. “nos vemos en septiembre”
-fueron sus últimas palabras. Y es que el caso Corinna se había
convertido en una verdadera pesadilla y no le quedó más remedio que
exiliarse para calmar la ira del populacho indignado con sus tropelías.
Es un sin sentido que cuando la recesión económica arrecia con mayor
enjundia el rey emérito se vaya de vacaciones al Golfo Pérsico a
disfrutar de las mil y una noches en compañía de un harén de odaliscas y
concubinas.
Muchos piensan que todos estos casos de corrupción que ha salido a
la luz pública serán la tumba de la monarquía. Pero desgraciadamente si
hoy se hiciera un referéndum entre monarquía o república, con toda
seguridad ganaría la monarquía (con excepción del País Vasco y Cataluña)
porque sus valedores el PSOE, PP, Cs o Vox, representan el 80% de los
votos.
Una victoria de la corona borbónica significaría legitimarla para
los próximos 500 años. Y si por si acaso existiera algún conato de
insurrección popular actuarían de inmediato las Fuerzas Armadas que son
las garantes del orden constitucional y el estado de derecho.
Tal y como lo expresara el exvicepresidente del gobierno Alfonso
Guerra: “España es más bien una república coronada. El rey es la
garantía de paz, estabilidad, bienestar y unidad”
Hay que concluir que será el relevo generacional quien tumbe la
monarquía, no una revolución o una proclama mesiánica de un grupo de
ilustrados o un anhelo utópico o vanguardia iluminada de los
desheredados. La breva caerá por su propio peso.
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