La organización Americans for Democracy & Human Rights in Bahrain le
ha vuelto a preguntar al Gobierno de España, a través del Portal de
Transparencia, sobre las relaciones entre el monarca del régimen de
Bahréin y Juan Carlos I
El Gobierno de España guarda silencio sobre la relación con el rey de
Bahréin, Hamad bin Isa bin Salman al Jalifa, quien cuenta con un
histórico de turbios intereses en nuestro país. El vínculo entre España y
el monarca árabe parece un secreto de Estado.
Al menos, en lo vinculado
a la venta de armas, la compra del equipo de fútbol del Córdoba CF
realizada por la familia real bahreiní para blanquear violaciones de los
derechos humanos en el país o a la sonada transferencia de 1,7 millones
de euros por parte del monarca bahreiní al rey emérito, en la misma
cuenta suiza donde recibió presuntamente la donación de 65 millones de
euros del rey saudí, Abdelaziz al Saud.
Juan Carlos I y el rey de Bahréin, Hamad bin Isa bin Salman al
Jalifa, mantienen una estrecha amistad desde que el Emérito comenzara a
viajar al país bahreiní en 2010, al mismo tiempo que se daban las
revueltas pacíficas por la democratización del reino contra la represión
perpetrada por los Jalifa. Desde entonces, el Estado soberano de
Bahréin, cuya forma de gobierno es la monarquía constitucional, ha
perseguido con dureza al movimiento prodemocrático y miles de activistas
de los derechos humanos han sido detenidos y reprimidos arbitrariamente
por ejercer su derecho a la libertad de expresión.
En vista de las últimas noticias sobre el rey emérito, la organización Americans for Democracy & Human Rights in Bahrein (ADHRB) presentó
tres solicitudes al Portal de Transparencia del Gobierno de España, que
versaban sobre las violaciones de los derechos humanos cometidas en
Bahréin y la todavía estrecha relación entre Juan Carlos I y el monarca
de Bahréin. Dichas solicitudes, a las que ha tenido acceso Diario16,
han sido contestadas por el subdirector de Oriente Medio del Ministerio
de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Pablo Barbará
Gómez.
Violaciones de derechos humanos
Sobre los abusos de los derechos humanos, Barbará declaró que “son
una prioridad de la política exterior española y por ello se siguen de
cerca los asuntos que afectan a la situación de los derechos humanos,
tanto en Bahréin como en el mundo”, matizando que “siempre desde el
pleno respeto al principio de no injerencia en los asuntos internos de
los terceros estados”.
Y recordó que España expresó su preocupación por
la pena capital aplicada en los años 2010 y 2017. ADHRB critica
la falta de explicación de la forma en que se manifestó dicha
preocupación “ni por qué España dejó de pronunciarse al respecto a
partir de 2017, cuando todavía la pena de muerte siguió estando
vigente”.
El diputado por Compromís, Joan Baldoví, presentó
por segunda vez, el 24 de mayo, una serie de preguntas al Gobierno
relativas al estado de los presos políticos y los informes sobre
violaciones de los derechos humanos cometidas por el reino de Bahréin.
Las respuestas del ejecutivo resultaron nuevamente “muy generales” y
aunque reconocieron la importancia de los derechos humanos, también
reseñaron el límite de implicación con los “asuntos internos de un
tercer país”.
Conviene destacar que Bahréin se ha convertido en los
últimos años en el país con más presos políticos per cápita, según
revelan diferentes organizaciones internacionales como Amnistía
Internacional, que ya informaba en 2011 del trato inhumano que estaban
dando las autoridades bahreiníes a los activistas pacíficos encarcelados
injustamente, llegando incluso a negarles la atención médica o el
contacto con sus familiares.
Ambigüedades en la relación con el emérito
Acerca de la solicitud de información detallada sobre la relación del
emérito con el rey de Bahréin, especialmente el año pasado, en la que
se pedían datos concretos sobre las reuniones y si estas se celebraron
en el marco de la Unión Europa, el Consejo de Cooperación del Golfo o la
Liga Árabe, o en el contexto de las relaciones bilaterales entre ambos
países, Barbará respondió que entre 2019 y 2020 se habían producido
siete reuniones entre las autoridades españoles y las bahreiníes.
Sin
embargo, no se pronunció en ningún momento sobre el ex jefe de
Estado de España, el cual huyó recientemente al país vecino, Emiratos
Árabes.
En este sentido, Husain Abdulla, director ejecutivo de la ONG Americans for Democracy and Human Rights in Bahrain (ADHRB), ha declarado a Diario16 que “es
desafortunado constatar que los escándalos de corrupción y soborno en
los que se han visto involucrados los reyes de España y de Bahréin han
terminado por afectar al sistema político en Madrid por completo.
A
pesar de formar parte del Consejo de los Derechos Humanos de las
Naciones Unidas, España ha decidido no abordar las graves y frecuentes
violaciones de derechos humanos en Bahréin, ya sea la tortura, la
imposición de la pena de muerte a activistas políticos, violaciones o
ataques sexuales a las defensoras de los derechos humanos u otras
violaciones de derechos humanos cometidas por el régimen de los Al
Jalifa en Bahréin”.
ADHRB ha facilitado información a Diario16
sobre la estrecha amistad del Juan Carlos I con Bahréin, más allá de la
supuesta donación millonaria hace diez años. La primera de ellas está
relacionada con las seis visitas en los últimos seis años, una cantidad
que consideran elevada, “pues Bahréin no es un país prioritario para la
política exterior española”. Por otro lado, ADHRB advierte que ninguna
visita se hizo durante el periodo de la Primavera Árabe, lo cual hace
pensar que “había conocimiento sobre las brutalidades dentro del país”.
Las visitas comenzaron en 2010, unos días antes de que Arturo Fasana
ingresara los 1,9 millones de dólares (1,7 en euros) en la cuenta del
banco Mirabaud en Suiza, cuando Juan Carlos I fue a Bahréin con motivo
de la celebración del Gran Premio de Bahréin de Formula 1. En 2014 pasó
una temporada en la capital Manama, un año después acudió de nuevo al
Gran Premio de Fórmula 1. Entre marzo y abril de 2016 viajó al país y en
2017 viajó dos veces “por motivos culturales”, informa ADHRB. Y hace
tan solo un año volvió para asistir al Gran Premio de Fórmula 1.
Todo esto lleva a la organización a tener sus sospechas, ya que al no
ser Bahréin un país prioritario en las políticas exteriores, “Juan
Carlos I no tenía la obligación de visitar tantas veces este país”.
Además de llamarle la atención que “el Rey no se haya pronunciado sobre
las violaciones de derechos humanos que existen en el país”.
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