Belén Esteban, de madre ejemplar a drogadicta

Belén Esteban se auto proclama princesa del pueblo y madre ejemplar, habiendo hecho famosa, su expresión "por mi hija mato", ¿pero qué hay detrás de todo esto?. Recientemente ha reconocido ser una drogadicta; incluso cuando participaba en el programa de Televisión "Mira quién baila" donde ganó sin ser la mejor y además con prepotencia sobre sus compañeros.

Pero lo más grave es lo que puede haber vivido su propia hija, de la que habla a menudo en los medios de comunicación y que puede haber visto desde muy cerca todas las depresiones y adicciones de su madre. ¿Qué vida ha tenido esa niña realmente?

Por otro lado hay que reconocerle que es una "máquina" de hacer dinero, pues tras haber hecho sus pinitos en el cine y ser la estrella mediática de Telecinco, ahora presenta su nuevo libro, donde reconoce su mala vida, que antes había negado rotundamente.

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Su falta de humildad le hace creer que su fama y dinero se deben a sus propios méritos, mientras que sólo vive de hablar de la vida de otros, en especial, de su ex marido Jesulín de Ubrique. Telecinco vio hace tiempo que habían encontrado una gallina de los huevos de oro; ¿pero qué precio tendrá que pagar Belén Esteban para seguir siendo uno de los personajes más rentables de la televisión? ¿Ella es un buen ejemplo? ¿Qué pensarán ahora sus seguidores tras conocer que los había engañado con un falso victimismo y mostrarse como una madre ejemplar?

Belén Esteban se confiesa

La copresentadora más famosa de la televisión, Belén Esteban, ha confesado este sabado algunos detalles sobre su vida antes de pasar por rehabilitación.

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Belen, entre otras muchas confesiones, ha reconocido que tomaba cocaina antes de salir a bailar en el programa 'mira quien baila' y que tras el baile de lo único que tenia ganas es de seguir tomando droga.

Belén Esteban

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¿Qué pasó con...?

Jesulín de Ubrique y Belén Esteban, juntos en la 1ª Comunión

En un día tan especial, la colaboradora y el torero hicieron lo posible por regalarle a su niña un día inolvidable, pero, una vez más, quedaron patentes las diferencias entre ambos