Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


miércoles, 28 de diciembre de 2011

Lo barato que sale tener rey. * El Rey, obligado a dar ejemplo


Isaac Rosa




Con todos los días que tiene el año, el rey elige el de los Inocentes para publicar sus cuentas. No sé si es otra muestra de su campechanía o hay mensaje oculto, pero dará para mucha broma.
Tras treinta y tantos años de opacidad, ha tenido que corrompérseles un familiar para que de repente la monarquía se lance a una cruzada por la transparencia. Tras la transparencia de corazón –que llevó al rey a compartir su pesar por la poca ejemplaridad del yerno-, ahora viene la transparencia de bolsillo, y no sabemos si lo próximo será una jornada de puertas abiertas en palacio, o la participación en un docu-reality tipo “24 horas en la vida de un rey”.

Eso sí, transparencia, pero sin pasarse: más bien un esmerilado, pues la Casa Real no entrará en detalles al desglosar su presupuesto, sino por partidas generales, de modo que olvídense los morbosos de conocer minucias domésticas. Pero sobre todo será un destape muy parcial, de enseñar el tobillo y poco más, ya que, como contó este periódico el lunes, el grueso del gasto lo soportan otras partidas presupuestarias: palacios, viajes, seguridad o aquella lujosa cinta de correr que se cargó a la cuenta de Patrimonio Nacional.

Con el destape parcial y esmerilado de hoy los monárquicos volverán a la carga con la tabarra habitual: hay que ver lo barato que nos sale el rey comparado con los carísimos presidentes de República de otros países. 19 céntimos por cabeza, dijo un columnista cortesano días atrás, tomando los casi 9 millones de asignación directa, en vez de los 60 millones que suman todas las partidas.

Contando todo, los 19 céntimos se pondrían en un euro y pico por barba, o más si se incluye en la factura lo que presuntamente levantó Urdangarín a varias administraciones. Con todo, sigue pareciendo barato, como barato parece cualquier gasto millonario si se recurre al tramposo truco de dividirlo entre todos los españoles. Pero a quienes pretenden convencernos con tretas contables, hay que recordarles una vez más que aunque el rey fuese barato (que no lo es), muchos seguiríamos prefiriendo una república.




Juan Carlos Escudier



En vista de que muchos niños dudan entre pedir sus juguetes a los Reyes o a su yerno, que va sobrado, Zarzuela tiene previsto hoy dar cuenta de cómo se distribuye la asignación al jefe del Estado y a su familia que se incluye en los Presupuestos del Estado. El desglose sólo afectará a una pequeña partida de cerca de 8,5 millones de euros, ya que la Corona se financia indirectamente desde el Ministerio de la Presidencia y el de Exteriores, además de las contribuciones que Interior, Defensa y Hacienda realizan para el sostenimiento del Cuarto Militar del Rey, la Guardia Real y para cubrir los gastos de seguridad y coches oficiales. Su cuantía exacta se desconoce.

Se trata, en cualquier caso, de un pequeño gesto de transparencia que hasta los sectores más monárquicos han aplaudido, lamentando, eso sí, que pueda vincularse al escándalo que protagoniza Iñaki Urdangarín, aunque es más que probable que sin sus andanzas se habría mantenido la reserva que ha velado esta información durante más de 30 años. Desde estos mismos sectores se asegura que tenemos una de las jefaturas del Estado más baratas de los países de nuestro entorno, una afirmación que al resto le gustaría compartir con datos objetivos y no como un dogma de fe.

Reducir a estrictos términos de rentabilidad económica la pervivencia de esta institución medieval quizás nos pondría a todos de acuerdo, ya que es evidente que un Rey y su atrezzo visten mucho, y las bodas, comuniones, bautizos, devaneos y hasta los ceses temporales de convivencia habidos en su familia, salpimentados de gasas, tules y escotes palabra de honor en las revistas del corazón, son excelentes campañas de promoción para el turismo amante de lo retro.

Para llegar a ese consenso no es bastante con publicar los sueldos y las pagas extras. Desnudarse no consiste en quitarse las gafas. Son necesarias las mismas declaraciones de bienes que se exigen a cualquier alto cargo. Los contribuyentes, que no súbditos, han de conocer el patrimonio de los miembros de la Casa Real, su procedencia y sus variaciones año a año. No asusta la riqueza sino la inmoralidad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

GRACIAS POR TU OPINION-THANKS FOR YOUR OPINION