Rajoy tarda seis meses en elegir a un desconocido para * EL PRESIDENTE CONFÍA A SAÉNZ DE SANTAMARÍA LA POLÍTICA DE MEDIOS

Leopoldo González-Echenique (Efe).

“Parece una marianada”, aseguraba ayer un ejecutivo del sector mientras buscaba a todo correr en su blackberry el curriculum de Leopoldo González-Echenique, futuro presidente de RTVE. Nombrar nuevo capo para la Corporación era gratis. Sólo hacía falta decisión política y Rajoy lo tenía todo a favor tras un año de vacío de poder en la casa. El propio partido era un clamor para que tomara la decisión nada más entrar en el Palacio de La Moncloa. “Fran Llorente nos da más caña que El País”, se lamentaba entonces un alto dirigente popular. Y la parcialidad creciente de los telediarios sólo aumentaba la indignación de la militancia con las elecciones andaluzas a la vista. Pero Rajoy, según su costumbre, dejó que el asunto se pudriera. Y seis meses y unos comicios perdidos después, el Gobierno parió ayer un ratón.

Los apuros del Ejecutivo empezaron a vislumbrarse el pasado viernes. “Me consta que por la tarde estaban todavía buscando nombres”, aseguraba ayer una fuente de la casa al más alto nivel, bajo condición del anonimato. Fuentes internas del PP, sin embargo, niegan la mayor y puntualizan que el nombre estaba cerrado la semana pasada. No antes. En todo caso y si así fuera, resulta difícil justificar el sainete escenificado ayer por los populares en el Congreso. La presidencia de la Cámara Baja avanzaba a media mañana que la propuesta se demoraba un día, hasta las doce del martes. Apenas un cuarto de hora después, contraorden: a las dos de la tarde se diría si había o no fumata blanca. Alejada desde hace días la posibilidad de un acuerdo con el PSOE, daba la impresión de que el Ejecutivo está cerrando el contrato del agraciado reloj en mano.

Finalmente, el nombre se desvelaba quince minutos antes del deadline. Con todas las quinielas rotas. Ni Luis Blasco, responsable de Telefónica en Argentina, cuya presencia ayer en Madrid disparó por la mañana los rumores sobre su candidatura, ni Estanislao Rodríguez-Ponga, ex secretario de Estado de Hacienda y consejero del Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia. “No son demasiado accesibles para el Gobierno por entre 150.000 y 200.000 euros anuales”, explicaban ya el viernes fuentes del sector. Como publicó este diario, se abría la veda para los outsider.

Y apareció González-Echenique, compañero de promoción como abogado del Estado de Iván Rosa, marido de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. El Gobierno apostaba por el establishment puro y duro, un hombre con notable bagaje tanto en el sector público como privado, pero también por un advenedizo en el sector. Rajoy y Sáenz de Santamaría volvían a recurrir a la inagotable cantera de abogados del Estado. De hecho, no falta quien apunta como origen de la propuesta al subsecretario de Presidencia, Jaime Pérez Renovables, compañero de promoción de González-Echenique, con quien ya coincidió en la vicepresidencia económica de Rodrigo Rato. “Sorprende que no sea un hombre vinculado a los medios de comunicación”, concedían incluso fuentes próximas al PP como primera reacción.

“No sé si es improvisación o hermetismo –aseguraba por su parte una fuente interna de RTVE-. Pero ayer por la mañana había consejeros que no sabían que iban a ser consejeros. Y el nombramiento llama más si cabe la atención teniendo en cuenta los otros candidatos propuestos para el Consejo. José Manuel Peñalosa ha sido asesor de uno de los actuales consejeros y fue diputado del PP por Zamora. Si me dan lista con los cuatro y me dicen que uno va a ser el presidente, señalo su nombre sin dudar. El elegido es un desconocido y nos ha descolocado a todos”. Tras la deserción del PSOE, Fernando Navarrete, María Luisa Ciriza y Óscar Pier Prats, éste a propuesta de CiU, compartirán un Consejo que el PP controla por goleada.

Plenos poderes para Soraya

El Partido Popular también tiene sus razones. El presidente delegó la puesta en marcha de la operativa en Sáenz de Santamaría, que ha sido quien en las últimas semanas ha gestionado el proceso. Ninguna intervención de la secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez Castro, que sí tiene más que decir en la elección del director de Informativos. Lejos quedan también los tiempos en que María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, gestionaba los temas relacionados con RTVE. Llegó a coordinar grupos de trabajo dentro de la casa para planificar el desembarco del PP en la Corporación. Fuera de la pelea, tampoco ha estado al tanto del nombramiento. Las críticas suscitadas ayer por elegir un presidente ajeno al sector no sorprenden al Gobierno, que es precisamente lo que buscaba. Según comentan sotto voce fuentes del partido en el poder, Rajoy quería para el puesto a alguien no contaminado. Eso sí, la apuesta supone un arma de doble filo.

“RTVE es más difícil de gestionar que un ministerio. No sólo tiene la parte política, sino que deben administrarse derechos de antena, productoras, derechos deportivos… Hay que conocer bien la casa, sabiendo que vas a tener el foco permanente sobre ti. Una gestión concreta te puede marcar para siempre. Y González-Echenique no sabe de qué va la cosa”, aseguran fuentes internas de la Corporación. Un escenario que se agrava por el modelo presidencialista que ha impulsado el PP para la televisión pública. “La nueva ley limita la retribución de los consejeros a las dietas y no les requiere dedicación exclusiva. Se dedicarán a su trabajo, vendrán un día a la casa y sin tener demasiada idea de cómo están las cosas, votarán determinados asuntos. El modelo centraliza las decisiones, refuerza la figura del presidente y, de paso, el control gubernamental”, explican fuentes de la cadena.

González-Echenique deberá pasar ahora el trámite parlamentario. No tendrá problemas. El próximo día 19 el Congreso votará su nombramiento. Necesita dos tercios de la Cámara y no lo sacará adelante. Dos días después se repetirá la votación y le bastará con la mitad más uno de los diputados para acceder al cargo. A partir de entonces se abrirá la designación de los directores de TVE y RNE, con el director de Informativos como nombramiento más esperado. Rajoy tendrá resueltos los principales cambios para la televisión pública cuando más apriete el calor। Su llegada al Gobierno se produjo en plenas nieves. Siete meses y varios repuntes de la prima de riesgo después, el Ejecutivo cerrará un frente. Y al menos no tendrá que ver con el corazón encogido el sumario de cada telediario.

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