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jueves, 12 de julio de 2012

Periko Solabarria, con otros añejos exdirigentes batasunos

AUPA PERIKO

AUPA PERIKO
 
Todo lo que cuenta el  peridioco fascista ABC es una gran mentira

Un «duro» de Batasuna apoya la violencia que ejercen los mineros

El cofundador de Herri Batasuna Periko Solabarria, que recientemente cuestionó la presencia de Amaiur en el Congreso, se solidariza con su «lucha» en sus «diferentes expresiones»



El dirigente de Herri Batasuna en los «años de plomo» Periko Solabarría, que sigue atrincherado en las posiciones más recalcitrantes de la «izquierda abertzale», ha mostrado su apoyo con la lucha que llevan a cabo los mineros de Asturias, León y Aragón,. De esta manera, expresa su «total solidaridad con todos aquellos que la realizan con absoluta legitimidad en sus diferentes expresiones», incluido, al parecer, el lanzamiento de cohetes, piedras y demás objetos susceptibles de provocar daños personales.

El término «diferentes expresiones de lucha» ha sido utilizado tradicionalmente por ETA para referirse a sus distintos frentes abiertos en la actividad terrorista, como el institucional, el de masas y, también, el de la «lucha armada». Periko Solabarría parece así apoyar los métodos violentos que están empleando desde hace varios meses algunos de estos mineros. Como cuando han cortado carreteras con barricadas incendiadas o han lanzado cohetes, tornillería a modo de metralla, piedras, ladrillos, petardos y otros objetos contundentes contra las Fuerzas de Seguridad. Ello ha provocado ya numerosos heridos. «Si no nos dejan soñar, no les dejemos dormir», arenga el «duro entre los duros» de la «izquierda abertzale», asumiendo como propia una consigna que difundieron los «indignados» durante su acampada en Sol.

«¡Viva la muerte!»

El ex cura trabukoide que ahora se solidariza con la lucha minera «en sus diferentes expresiones», jaleó a los pistoleros de ETA en los «años de plomo» que se prolongaron hasta anteayer. Por ejemplo, en un mitin celebrado en el velódromo de Anoeta, en San Sebastián, el 24 de octubre de 1982, espetó: «Sabéis que nuestros terrenos están en manos de oligarcas vascos, y cuando ETA secuestra o ejecuta a los Ibarra o Lipperheide, limpia nuestras tierras de mafiosos». El primero fue asesinado y el segundo puesto en libertad después de que la banda cobrara un elevado rescate.



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