En la concentración del pasado viernes ante la sede del PP, los manifestantes gritaban a los policías: “En los sobres está vuestra paga extra”.
Y no es un juego de palabras, no es un golpe de ingenio. Diría que es un cálculo matemático: en los sobres, en los que repartía Bárcenas y en muchos otros que han circulado por este país, iba la extra de los policías. Y la de los funcionarios. Y la de tantos trabajadores que ya la han perdido o la ven amenazada. Y la bajada salarial generalizada, esa que llaman “devaluación competitiva”. Y la caída de tarifas para los trabajadores sin nómina. Todo el dinero que hemos perdido, que nos han quitado, se ha ensobrado durante años.
La crisis, lo que llaman crisis, no es ya ni siquiera una estafa: es un saqueo, una transferencia masiva de riqueza desde los trabajadores a las rentas altas, a las grandes empresas y al sector financiero. Y también a los corruptos, que no se quedan sin tajada en el saqueo.
Esa transferencia de riqueza (robo, para entendernos) se produce de varias maneras: desmantelando lo público, privatizando, recortando, quitándonos derechos, haciéndonos más “productivos”. Y, por supuesto, bajándonos los sueldos. Que levante la mano quien no gane hoy menos que hace un par de años. Salarios congelados, horas extra que ya no se pagan, eliminación de complementos, aumento de jornada, vinculación a resultados o, directamente, reducción del salario base. Por algo será que las empresas de confección que se deslocalizaron a países asiáticos empiezan a regresar.
En la bajada de sueldos entra también la pérdida de la paga extra. La que han sufrido los funcionarios, y la que irá alcanzando al resto de asalariados, como ya se ve en las propuestas de las empresas cuando se sientan a renegociar convenios colectivos. Ayer supimos del convenio de grandes almacenes, donde la patronal de las grandes superficies quiere ligar el salario a la evolución del consumo, eliminar complementos por domingos y festivos, y por supuesto eliminar una paga extra.
Lo llaman (y lo llamamos) paga extra, como si fuese un regalo, un extraordinario, una gracia, algo que se mete en un sobre y te lo dan en el despacho. Y no lo es: en la mayoría de casos la paga extra existe porque el salario anual se divide en catorce o quince pagos, en vez de doce mensualidades. Pero todo es salario. Parece increíble, pero hay trabajadores que no lo saben, recuérdenselo.
La bajada de salarios no es para todos, ya lo sabemos. Mientras la mayoría nos empobrecemos, por arriba las retribuciones de los directivos se alejan cada vez más, y consejeros delegados con bonus millonarios ordenan EREs para que la fiesta no decaiga. La nueva ley de Cajas, por ejemplo, no pondrá límite a las retribuciones de los directivos, pese a estar tan recientes los pelotazos de quienes arruinaron las entidades que dirigían.
Tampoco en la Casa Real saben de recortes salariales: el rey y el príncipe recuperan su paga extra (y en este caso yo sí hablaría de “extra”), y por sus cuentas sabemos que el 70% de la partida de “gastos de personal” se dedica a “incentivos al rendimiento”, que según la Casa Real, están “destinados a retribuir el excepcional rendimiento, la actividad y dedicación extraordinaria, el interés o iniciativa con que desempeñen sus funciones, o bien servicios prestados fuera de la jornada normal de trabajo”. Es decir, todo aquello que a los demás ya no nos pagan, por mucho que pongamos interés, dedicación y horas de más.
Como decía al principio, en los sobres está nuestro sueldo. En los de Bárcenas, y en los muchos sobres que se han repartido en este país, a golpe de comisiones, sobornos, contabilidades B, trucos, maquillajes y pagos bajo cuerda de todo tipo. A veces pensamos que tenemos dos problemas: la crisis y la corrupción.
Pero son el mismo problema, nuestra crisis se llama también corrupción; a nosotros nos han golpeado a la vez la basura financiera, la burbuja inmobiliaria, el fraude fiscal a gran escala y la corrupción, a menudo entrelazadas unas con otras.
El dinero que hoy nos falta en la nómina, en la cuenta corriente, en el bolsillo, no se ha evaporado, solo ha cambiado de mano. O de sobre.
Ekaizer sobre el 'Bárcenasgate' en Al rojo vivo:
El Partido Popular ha puesto en marcha dos auditorías: una interna y otra externa, sobre las cuentas del partido. Según Ernesto Ekaizer, una auditoría no puede analizar lo que no le consta. Para Ekaizer, el problema de fondo es la actitud y las actuaciones que el Gobierno está adoptando.
"La actitud del Gobierno está dando una imagen de culpabilidad"
El Partido Popular ha puesto en marcha dos auditorías: una interna y otra externa, sobre las cuentas del partido. Carmen Navarro, actual tesorera del PP, se hará cargo de la investigación interna. Para muchos esta medida es una cortina de humo, ya que creen que el PP no se atreverá a auditar el dinero de la caja B.
Según Ernesto Ekaizer, una auditoría no puede analizar lo que no le consta. "La auditoría externa vendrá a confirmar los datos de la auditoría interna, ya que sería absurdo que ambas se contradijeran". Para Ekaizer, el problema de fondo es que la actitud del Gobierno está dando una imagen de culpabilidad, pese a la ausencia de pruebas. "No está comprobado que se hayan cobrado sobresueldos, ya que las declaraciones de Trias no tienen carácter probatorio".
Manuel Rico sostiene que la auditoría es una broma y "una forma de tomarle el pelo a los ciudadanos". Se trata de una auditoría en la que, según han anunciado, no se va a interrogar a Bárcenas. "El extesorero del PP es el único que conoce a los receptores de los sobresueldos".
El juez Ruz viajará a Suiza para revisar la cuentas de Luis Bárcenas. Además, el ministro de Hacienda comparecerá en el Congreso para aclarar si el extesorero del PP ha podido regularizar el dinero que tenía en cuentas bancarias en Suiza.
[VÍDEO] http://ow.ly/h1fYh
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