Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


viernes, 18 de enero de 2013

LA CORRUPCIÓN Y EL ASALTO AL PODER EN EL PP: RAJOY CON EL AGUA AL CUELLO Y ESPERANZA ABRIENDO MÁS EL GRIFO


Mariano Rajoy ha ido perdiendo su credibilidad política a medida que ha ido incumpliendo sus promesas electorales. El balance económico después de un año en el gobierno no puede ser peor y las previsiones anuncian un panorama futuro desolador. A pesar de todo, su mayoría absoluta en el parlamento y el apoyo de los medios de comunicación de la caverna le permiten seguir hacia adelante a pesar de la gran oposición ciudadana a sus políticas de recortes. Pero ahora el llamado caso Bárcenas pone en peligro el liderazgo de Rajoy dentro del PP y le debilita aún más como presidente del gobierno.

En realidad no es "el caso Bárcenas", como quieren hacernos creer, sino el caso de la financiación ilegal del Partido Popular, que no es lo mismo. La investigación del caso Gürtel ha descubierto que Luis Bárcenas, gerente y tesorero nacional del PP durante 28 años, acumuló 22 millones de euros en varias cuentas en Suiza, un dinero que en parte pudo blanquear gracias a la reciente amnistía fiscal que el gobierno Rajoy aprobó. Ahora hemos conocido que Bárcenas pagaba con dinero negro los sueldos de varios dirigentes y miembros del Partido Popular, y además recibía dinero de empresarios que le pagaban comisiones por la adjudicación de contratos públicos u obras y servicios relacionados con el PP.


 Todo esto extiende la responsabilidad hasta la cúpula del partido; no es sólo el caso de una "oveja negra" que ha aparecido dentro del partido, como pretenden hacernos creer ahora desde la dirección del PP. Luis Bárcenas no era un señor que pasaba por allí, sino quien dirigía la financiación y las cuentas del PP desde los tiempos de Manuel Fragra, hasta los de Aznar y el propio Rajoy. La corrupción habita en el corazón mismo del Partido Popular.

Mariano Rajoy, que en 2008 nombró a Bárcenas tesorero del PP, está con el agua al cuello. Parece imposible - aunque en el régimen español todo es posible - que Rajoy y la dirección del PP puedan ventilar este asunto de la misma forma que ventilaron el caso de los trajes de Francisco Camps. Ya no puede mirar para otro lado, dejándose llevar por la marea hasta tocar tierra firme, como hace siempre Rajoy. El problema no es de un tal Bárcenas, el problema es de Rajoy, del Partido Popular nacional.




El principal problema ahora de Mariano Rajoy se llama Esperanza Aguirre. Es cierto que los ciudadanos están hartos de tanta corrupción y que presionarán al PP. Pero también es cierto que muchos de estos ciudadanos seguirán votando a los corruptos. Y además Rajoy es impermeable a lo que digan los ciudadanos y, por el momento, cuenta con el apoyo de algunos medios de comunicación (estoy pensando en su amigo Marhuenda de La Razón, sobretodo). Pero esto no será suficiente para frenar el huracán de demagogia y populismo que ha iniciado Esperanza Aguirre en su estrategia de conquistar la presidencia del Partido Popular primero, y la presidencia del gobierno de España después. Siempre lo ha deseado, siempre ha soñado con ser la Margaret Thatcher en versión cañí, y ahora, por el efecto desgaste de la crisis y los casos de corrupción dentro del partido, ha visto con claridad que ha llegado su momento.



Cuando Aguirre anunció hace unos meses que abandonaba su cargo como presidenta de la Comunidad de Madrid para "dedicarle más tiempo a su familia", mentía. Lo que ha hecho Esperanza Aguirre es quitarse de en medio para que la erosión política que producen los recortes, las reformas, y las impopulares políticas del gobierno, unido a los casos de corrupción, no afecten a su imagen y su popularidad dentro de la extrema derecha española. Esperanza se ha apartado amablemente para Mariano Rajoy se queme en sus propias políticas, tal y como le ocurrió a Zapatero anteriormente. Los efectos de las políticas neoliberales que ella misma defiende, le harán el trabajo sucio, ella sólo tiene que sentarse a esperar.


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 En lo que va de 2013 Aguirre ha aparecido más veces en los medios de comunicación que el presidente del gobierno.


 Su campaña de propaganda y populismo burgués no tiene límites. Su enorme cinismo le permite presentarse como una recién llegada a la política, como una persona que nada tiene que ver con el PP, ni con Rajoy, ni con Bárcenas, ni con las privatizaciones de la Sanidad madrileña, ni con nada que pueda perjudicarla. Sus últimas declaraciones públicas en los diversos medios de "desinformación" son antológicas. Se presenta como una indignada más con la situación política y económica del país, indignada con la corrupción, incluso la de su propio partido, como si ella fuera una recién llegada y no tuviera nada que ver con el PP y la situación actual que atraviesa el país. Es el colmo del cinismo, la caradura, y de un populismo burgués que resulta insoportable.




Al igual que le ocurrió a Zapatero y a otras líderes en Europa, Mariano Rajoy se cuece a fuego lento en sus propios recortes, avivados por una corrupción que le ha estallado en la cara. Esperanza Aguirre se ha echado a un lado para que la onda expansiva no le alcance. Aguirre representa a la derecha más reaccionaria, clasista, ultracatólica y neoliberal de su querida España. Cuenta con el apoyo de los empresarios y las castas del país, y de los medios de su propiedad (aquellos que ahora tratan de salvar a Rajoy le abandonarán cuando éste se hunda).


Aguirre ha comenzado su campaña de propaganda y de erosión al gobierno Rajoy. Su asalto al poder no tiene marcha atrás. El sufrimiento causado a la población por un capitalismo en crisis y la políticas neoliberales impuestas por los gobiernos, están propiciando el crecimiento del fascismo en Europa. España no iba a ser una excepción. 







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