El cardenal británico Keith O'Brien renunció como arzobispo de St. Andrews y Edimburgo tras haber sido acusado de "comportamiento inapropiado" hacia otros religiosos en la década de los ochentas.
Si bien el Vaticano aceptó esta renuncia por "motivos de edad", resultan curioso que O'Brien haya renunciado con 74 años de edad, cuando la dimisión obligatoria de los prelados es al cumplir los 75 años. Lo que es ha levantado sospechas de que la verdadera razón son las acusación por actos indebidos con otros sacerdotes.
Las acusaciones en contra de O'Brien se basan en el testimonio de cuatro religiosos. Uno de ellos señala que el clérigo fue su "director espiritual" cuando era seminarista con 20 años de edad y que O'Brien realizó acercamientos "inapropiados" contra él mientras practicaban oraciones nocturnas, lo que le produjo depresión, cambios de personalidad. Al final el denunciante renunció al sacerdocio cuando supo que O'Brien fue nombrado Obispo.
Con la renuncia de O'Brien, y la inasistencia del cardenal de Indonesia, Julius Riyadi Darmaatmadja, arzobispo emérito de Yakarta, por problemas de salud, serán 115 cardenales los que elegirán al nuevo Pontífice, de los 117 que tenían derecho al voto.
CARDENAL MAHONY SÍ ASISTIRÁ A CÓNCLAVE
Otra polémica relacionada con la asistencia al próximo cónclave es la del cardenal estadounidense, Roger Mahony, acusado de haber encubierto 129 casos de abusos sexuales contra menores, cometidos por algunos sacerdotes confirmó su participación en el próximo cónclave que elegirá al sucesor de Benedicto XVI.
BENEDICTO XVI REZÓ SU ÚLTIMO ÁNGELUS
El Papa Benedicto XVI rezó este domingo 24 su último Angelus. El Sumo Pontífice dijo frente a los más de 200 mil fieles que abarrotaron la Plaza de San Pedro, que continuará siviendo a la Iglesia Católica y que se dedicará todavía más a la oración y a la meditación, lo que hará "de un modo más adecuado a mi edad y fuerzas".
Benedicto XVI, que en dos meses cumplirá 86 años, se refirió a su retirada “al monte” (Tabor) pero quiso aclarar que esto “no significa abandonar la Iglesia, es más, si Dios me pide esto es porque yo podré continuar sirviendo con las mismas condiciones y el mismo amor con el que lo he hecho hasta ahora, pero de un modo más adecuado a mi edad y a mis fuerzas”.
El próximo miércoles, el Papa Ratzinger celebrará su última audiencia general en la Plaza de San Pedro y no en el Aula Pablo VI esto para dar cabida a los cerca de 200.000 peregrinos que se espera asistan.
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