Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


jueves, 18 de abril de 2013

El escrache de Marta


MarkUs

 qaesar

Hola, Carmen

No sé cómo decírtelo para hacerte el menor daño posible. Pero ya sabes que no me gusta andar con rodeos... ¿Has visto cómo pega tu marido? Está en un vídeo que me envió Ana hace dos días y no me lo podía creer. Lo he visto una docena de veces, y es Juan el que sale, seguro, con esos brazos larguísimos que tiene y su forma de andar... Se le ve aporreando a un grupo de esos de los escraches o de las mareas, no sé. Pero como un poseso, con saña, con toda su fuerza...


Lo peor es que no es un cabreo de un mal día o una reacción porque le hayan atacado. Es que hay más. Llevo todo el día buscando en Youtube, horrorizada, y hay otros vídeos en los que también sale dando porrazos sin ningún motivo aparente.

Carmen, te iba a llamar ayer, pero he preferido enviarte el vídeo y contártelo por escrito para que lo veas con tus propios ojos. Ahora entiendo lo que me decías de que nunca te cuenta nada de su trabajo, de lo que hace... Que se lo prohíben por seguridad, que son cosas internas... ¡Mierda!

Ana identificó a Juan porque se lo dijo su marido. Él no sale a la calle, ya sabes, está en oficinas. También me dijo que siempre busca por Youtube cuando oye que ha habido cargas para asegurarse de ello. Pero no se había fijado en Juan, hasta que su marido le dijo quién era. Ana me lo ha dicho para que te lo cuente si quería, porque ella no se atreve.

Ya sabes que nunca me ha caído bien Juan. Te lo dije cuando lo conocimos en el gimnasio. Tan chulo, tan simple, tan vulgar... Era un macarra guapo. No nos hemos tragado nunca, solo nos soportamos, ya lo sabes. Pero esto es demasiado.

Me duele muchísimo esta situación, Carmen. El calzonazos de mi marido le quita importancia y ha bromeado con que si le voy a hacer un escrache. No, no le voy a decir nada. Lo mío es más sencillo: no quiero saber nada de Juan, no quiero volver a verlo. No podría tomar una caña con un matón en la misma mesa.

Tenía que decírtelo porque tienes derecho a saberlo y porque eres mi mejor amiga. No sabes lo jodida que estoy. Tienes un mostruo en casa. Te imagino con él en la cama y me asoman las lágrimas. Carmen, ahora comprendo muchos de tus silencios...

Me llamas o te llamo y quedamos mañana a tomar un café. Uno largo, como hacíamos antes. Te quiero un montón. Bsss

Marta



 

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