La Iglesia advierte de la alarmante pérdida de fe en los bancos

“Los banqueros también son hijos de Dios”, recuerda el Vaticano


El progresivo deterioro de la fe de los ciudadanos españoles en los bancos empieza a preocupar a la Iglesia, y más concretamente al presidente de la Conferencia Episcopal, Rouco Varela, quien cree que esa desafección podría acarrear llanto y crujir de dientes a los descreídos, además de virulentos brotes de peste bubónica en el salón comedor de sus respectivos domicilios.


 Rouco advierte además, de que la prima de riesgo está íntimamente relacionada con la comunión y el ayuno, y que son los creyentes, quienes cumpliendo con estos preceptos y con su confianza en las entidades financieras, los que frenan el ascenso de ese “endiablado índice económico que a todos nos atormenta”, según sus propias palabras.



Para luchar contra este galopante desencanto de los ciudadanos ante los bancos, la Iglesia acaba de llegar a un singular acuerdo con la Asociación Española de Banca que, con toda seguridad, causará admiración entre los fieles pero también una gran estupefacción a los científicos y a los brokers. Los plazos fijos a cinco años ya no regalarán un juego de sartenes sino que perdonarán cuatro pecados mortales, y la domiciliación de nómina eximirá de ir a misa durante catorce domingos consecutivos.


Los productos tóxicos, como las preferentes, los depósitos estructurados o los bonos convertibles en acciones, podrían llegar a ofrecer sustanciosos privilegios para la vida eterna, tales como una habitación individual en el caso de ir al infierno, con lamparita de noche y cocina americana, o un automóvil descapotable para aquellos clientes que finalmente vayan al cielo.