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martes, 14 de mayo de 2013

Historia de un aficionado del Mallorca y su padre de 77 años que visitaron San Mamés por primera vez


«Sois grandes. Emocionasteis a mi padre con vuestros aplausos.

 El pobre no aguantó las lágrimas»

GRC
Los aficionados del Mallorca que se desplazaron a San Mamés vieron como su equipo caía derrotado y se asomaba de cabeza al pozo de la segunda división. Los cerca de 400 seguidores mallorquines desplazados hasta la Catedral animaron a su equipo, respetaron a su rival y finalmente acabaron recibiendo el reconocimiento del público de la Catedral que les tributó un caluroso aplauso. Este hecho no ha pasado desapercibido y varios de los aficionados insulares desplazados hasta la Catedral nos describen las sensaciones recibidas.

A continuación se muestra un mensaje en nuestro foro de un seguidor mallorquín:





Buenos días.


Me he registrado solo para agradecer a los bilbaínos en general y a la afición del Athletic Club en particular el fantástico trato dispensado durante las horas que estuvimos en Bilbo mi padre y yo con ocasión del partido Athletic Club – RCD Mallorca.




Ya sé que estamos bastante mal vistos por ahí (los mallorquinistas, me refiero). No os faltan razones. Es más, nos lo hemos ganado a pulso. No las voy a recordar porque para eso basta echar con un vistazo al foro. No estamos orgullosos de ello (muchos mallorquinistas nos avergonzamos de aquello de “somos morosos y estamos orgullosos”) pero eso no quita el que sea de bien nacidos ser agradecidos, y es lo único que pretendo con este comentario.


Tengo que reconocer que tanto mi padre como yo nunca nos desplazamos con el equipo a ver los partidos como visitantes (tan solo en ocasiones muy puntuales: ascensos, alguna final, etc.), por eso me sorprendió mucho cuando mi padre (77 años) me pidió que buscara vuelos y entradas para asistir este sábado pasado al partido. Le pregunté a cuento de qué venía ahora asistir a ese partido si ya erámos carne de segunda, incluso antes de jugarlo.


Su repuesta me dejó sin réplica posible: “mira, hijo, es igual lo que haga nuestro Mallorqueta. Tengo 77 años, es muy posible que no vuelva a ver jugar al Mallorca en primera, y no he estado nunca en San Mamés, La Catedral, y he leído en prensa que lo van a derribar, y yo quiero ver un partido ahí sí o sí, así que o voy ahora o nunca. Y si no me lo organizas tu, ya lo haré yo por mi cuenta”.

  La verdad, es que no tuve que esforzarme mucho para organizar el viaje porque lo hizo el club por mí. Por 100 euros: viaje, desplazamiento y entradas. Así que vinimos los dos.



Nunca se lo agradeceré lo suficiente a mi padre. Tan solo estuvimos unas horas en Bilbo, pero qué gozada: qué ambiente de fútbol, qué estadio, qué trato, qué fantástica la visita al museo y a San Mamés, qué chuletón (porqué no decirlo) que nos zampamos en el Rte. USB de la calle Indautxu (cerca de San Mamés), qué pintxos.


Y lo mejor al final: emocionasteis a mi padre con vuestros aplausos (no sé si a nuestro equipo o a los que estábamos en la grada). El pobre no aguantó las lágrimas.


En fin, una experiencia fantástica y que, dada la edad de mi padre y del propio San Mamés, será irrepetible


  Desde el sábado por la tarde, guardo la entrada como un tesoro. Si algún día regresamos a primera división, volveré con mis hijos (vistas las circunstancias actuales de nuestro equipo no creo que mi padre esté ya en situación de acompañarnos, al menos en 1ª) y podré decirles, orgulloso, yo sí estuve en el viejo San Mamés, en LA CATEDRAL.

Perdón por el tocho y eskerrik asko.


Sois grandes.







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