Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


viernes, 23 de agosto de 2013

Las previsiones erróneas del Gobierno cuestan al Estado 14.000 millones.

Las previsiones erróneas del Gobierno cuestan al Estado 14.000 millones.
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Su optimismo ante la recesión de 2013 obliga a echar mano de créditos y reservas. Sólo para asegurar el pago del paro se han necesitado casi 6.000 millones extra.
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Hay una gran diferencia entre que el PIB caiga un 0,5 por ciento o que lo haga un 1,3. En concreto equivale a cerca de 14.000 millones de euros con los que el Gobierno no contaba en los Presupuestos Generales de este año confiando en que la recesión no pasaría en 2013 del primero de los porcentajes citados.

Sí lo va a hacer, y con creces, de manera que el Ejecutivo se ha visto forzado a compensar el desfase acumulado en lo que va de año recurriendo a créditos excepcionales (que computan como deuda pública) y echando mano a las reservas de último recurso, como la hucha de las pensiones o el fondo de contingencia que prevén los propios presupuestos.

Especialmente en España, una recesión más profunda implica más paro y, a finales del año pasado, cuando se presentaron las cuentas de 2013, la mayoría de los expertos tenía claro que en este ejercicio el desempleo iba a batir marcas. En otras palabras, esperaban que el ejercicio comenzara con más de seis millones de personas sin trabajo y prosiguiera sin poder compensar ese deterioro.

El cuadro macroeconómico en el que se apoyan los Presupuestos, sin embargo, apostó por una tasa de paro moderada (para el estándar español en esta crisis) del 24,3 por ciento y el Gobierno se empecinó en mantenerla, hasta bien entrado el año, cuando asumió que era muy difícil que el total de desempleados quedara por debajo del 27,1.

No es de extrañar, en consecuencia, que uno de los primeros organismos que hicieron saltar las alarmas ante el agotamiento de sus recursos fueran los Servicios Públicos de Empleo. En otras palabras, ante la falta de fondos para garantizar que se puedan pagar todos los subsidios por paro de aquí a final de año, el Ejecutivo ha tenido que recurrir a un crédito de 5.850 millones de euros que también servirán para que la Seguridad Social pueda financiar las bonificaciones a la contratación.

Para pagar facturas
La vía de los créditos extraordinarios, en este caso de 877 millones, es también la que hará posible que el Ministerio de Defensa pueda pagar sus facturas a proveedores este año.

Del mismo modo, si no fuera por esta fuente de financiación no prevista resultaría imposible que el Ministerio de Industria pudiera poner en marcha la tercera parte del Plan PIVE, para estimular la compra de automóviles o dotar de recursos al Instituto de Diversificación y Ahorro de la Energía.

Cabe preguntarse si para afrontar todas estas obligaciones no habría sido suficiente con recurrir al fondo de contingencia que prevén los propios Presupuestos para imprevistos, este año dotado con más de 2.535 millones de euros.

Con todo, fuentes de Hacienda reconocen que el mencionado fondo, a estas alturas del año, no cuenta ya con suficientes recursos para hacer frente a esas nuevas obligaciones. No en vano casi cada mes el Consejo de Ministros ha autorizado la extracción de activos de él, para fines tan variados como proporcionar avales al Tesoro Público o dotar de recursos a las tropas españolas en el exterior o, una vez más, sufragar créditos extraordinarios para Ministerios.

En suma, la profundidad de la recesión en 2013 ha obligado a dejar casi seco el fondo de contingencia, de igual modo que también ha conducido a propinar pellizcos al Fondo de Reserva de la Seguridad Social, más conocido como la hucha de las pensiones.

Los ingresos previstos en los Presupuestos Generales se han quedado más que cortos, hasta el punto de que no hacían viable el pago de la paga extraordinaria de julio a los pensionistas sin volver a romper la hucha. Así lo ordenó el Gobierno el pasado junio cuando se extrajeron 3.500 millones de euros.

Dificultades 30 días después
Un mes después volvió a haber dificultades, ya que entonces tocaba liquidar las retenciones que hasta entonces se habían practicado en concepto de pagos del IRPF, y fue necesario retirar otros 1.000 millones más.

Son 4.500 millones en total los que han acudido al auxilio de unas cuentas públicas en apuros, al haber sido elaboradas con un exceso de optimismo hacia lo que cabía esperar de 2013, y que se suman a los casi 7.000 de los créditos extraordinarios y a los 2.536 del fondo de contingencia de los Presupuestos. En conjunto, el desfase se eleva a 13.883 millones de euros que podrían ser más a finales de año.

No en vano todavía queda casi un semestre para cerrar el ejercicio y el propio Gobierno ha dejado abierta la puerta a seguir tirando de las reservas, con objeto de continuar cerrando la brecha entre lo efectivamente presupuestado y lo que en realidad se necesitará.

En particular, el Ejecutivo no descarta recurrir de nuevo a la hucha de las pensiones, en previsión de que tenga dificultades para abonar la extraordinaria de navidad. De momento, el fondo contiene, hasta julio, 59.307 millones de euros. Dicho en otras palabras, se trata de su nivel más bajo desde 2008, después de que el Gobierno haya extraído en cuatro ocasiones recursos de él, la primera de ellas en septiembre de 2012.


Las previsiones erróneas del Gobierno cuestan al Estado 14.000 millones.
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Su optimismo ante la recesión de 2013 obliga a echar mano de créditos y reservas. Sólo para asegurar el pago del paro se han necesitado casi 6.000 millones extra.
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Hay una gran diferencia entre que el PIB caiga un 0,5 por ciento o que lo haga un 1,3. En concreto equivale a cerca de 14.000 millones de euros con los que el Gobierno no contaba en los Presupuestos Generales de este año confiando en que la recesión no pasaría en 2013 del primero de los porcentajes citados.

Sí lo va a hacer, y con creces, de manera que el Ejecutivo se ha visto forzado a compensar el desfase acumulado en lo que va de año recurriendo a créditos excepcionales (que computan como deuda pública) y echando mano a las reservas de último recurso, como la hucha de las pensiones o el fondo de contingencia que prevén los propios presupuestos.

Especialmente en España, una recesión más profunda implica más paro y, a finales del año pasado, cuando se presentaron las cuentas de 2013, la mayoría de los expertos tenía claro que en este ejercicio el desempleo iba a batir marcas. En otras palabras, esperaban que el ejercicio comenzara con más de seis millones de personas sin trabajo y prosiguiera sin poder compensar ese deterioro.

El cuadro macroeconómico en el que se apoyan los Presupuestos, sin embargo, apostó por una tasa de paro moderada (para el estándar español en esta crisis) del 24,3 por ciento y el Gobierno se empecinó en mantenerla, hasta bien entrado el año, cuando asumió que era muy difícil que el total de desempleados quedara por debajo del 27,1.

No es de extrañar, en consecuencia, que uno de los primeros organismos que hicieron saltar las alarmas ante el agotamiento de sus recursos fueran los Servicios Públicos de Empleo. En otras palabras, ante la falta de fondos para garantizar que se puedan pagar todos los subsidios por paro de aquí a final de año, el Ejecutivo ha tenido que recurrir a un crédito de 5.850 millones de euros que también servirán para que la Seguridad Social pueda financiar las bonificaciones a la contratación.

Para pagar facturas
La vía de los créditos extraordinarios, en este caso de 877 millones, es también la que hará posible que el Ministerio de Defensa pueda pagar sus facturas a proveedores este año.

Del mismo modo, si no fuera por esta fuente de financiación no prevista resultaría imposible que el Ministerio de Industria pudiera poner en marcha la tercera parte del Plan PIVE, para estimular la compra de automóviles o dotar de recursos al Instituto de Diversificación y Ahorro de la Energía.

Cabe preguntarse si para afrontar todas estas obligaciones no habría sido suficiente con recurrir al fondo de contingencia que prevén los propios Presupuestos para imprevistos, este año dotado con más de 2.535 millones de euros.

Con todo, fuentes de Hacienda reconocen que el mencionado fondo, a estas alturas del año, no cuenta ya con suficientes recursos para hacer frente a esas nuevas obligaciones. No en vano casi cada mes el Consejo de Ministros ha autorizado la extracción de activos de él, para fines tan variados como proporcionar avales al Tesoro Público o dotar de recursos a las tropas españolas en el exterior o, una vez más, sufragar créditos extraordinarios para Ministerios.

En suma, la profundidad de la recesión en 2013 ha obligado a dejar casi seco el fondo de contingencia, de igual modo que también ha conducido a propinar pellizcos al Fondo de Reserva de la Seguridad Social, más conocido como la hucha de las pensiones.

Los ingresos previstos en los Presupuestos Generales se han quedado más que cortos, hasta el punto de que no hacían viable el pago de la paga extraordinaria de julio a los pensionistas sin volver a romper la hucha. Así lo ordenó el Gobierno el pasado junio cuando se extrajeron 3.500 millones de euros.

Dificultades 30 días después
Un mes después volvió a haber dificultades, ya que entonces tocaba liquidar las retenciones que hasta entonces se habían practicado en concepto de pagos del IRPF, y fue necesario retirar otros 1.000 millones más.

Son 4.500 millones en total los que han acudido al auxilio de unas cuentas públicas en apuros, al haber sido elaboradas con un exceso de optimismo hacia lo que cabía esperar de 2013, y que se suman a los casi 7.000 de los créditos extraordinarios y a los 2.536 del fondo de contingencia de los Presupuestos. En conjunto, el desfase se eleva a 13.883 millones de euros que podrían ser más a finales de año.

No en vano todavía queda casi un semestre para cerrar el ejercicio y el propio Gobierno ha dejado abierta la puerta a seguir tirando de las reservas, con objeto de continuar cerrando la brecha entre lo efectivamente presupuestado y lo que en realidad se necesitará.

En particular, el Ejecutivo no descarta recurrir de nuevo a la hucha de las pensiones, en previsión de que tenga dificultades para abonar la extraordinaria de navidad. De momento, el fondo contiene, hasta julio, 59.307 millones de euros. Dicho en otras palabras, se trata de su nivel más bajo desde 2008, después de que el Gobierno haya extraído en cuatro ocasiones recursos de él, la primera de ellas en septiembre de 2012.




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