Comenzaron en pleno
austericidio arrasando por la sanidad pública, entregándola a las empresas
privadas del corrupto negocio de la enfermedad y la muerte. Personajes
vinculados/as al poder, al chollo de los sobres, se han visto y se ven
beneficiados/as por constantes privatizaciones, hasta el marido de la jefaza
del diferido y las mentiras compulsivas, que en menos de 3 años ha multiplicado
sus multimillonarios ingresos por 14.
Un gobierno de una
supuesta “democracia", que en su salvaje y vergonzosa deriva neoliberal, decidió
hace pocas semanas implantar el cobro en las medicinas para las personas
enfermas de cáncer, generando el comienzo de una masacre humanitaria entre las
millones de familias que no tienen medios económicos, que ya están viendo morir
a sus seres queridos al no poder pagar estos costosos medicamentos.
La nueva “genial
idea” de esta banda del negocio fácil siempre a costa del pueblo trabajador, es
recortar en los cuidados paliativos de todos los hospitales del estado español,
donde cientos de miles de enfermos/as oncológicos necesitan este tipo de
equipos especializados, al presentar fuertes dolores en la fase terminal de sus
patologías, junto al desanimo, la angustia, el miedo a la muerte, que necesita
el constante apoyo de profesionales, que tratan a los/as pacientes y a las
familias que también precisan de la atención de terapeutas y psicólogos/as.
Distintos
hospitales del estado están despidiendo a especialistas de estas unidades,
alegando no tener suficientes medios en la sanidad pública, como si este tipo
de atención médica fuese un lujo innecesario, una frivolité morirse de dolor y
sufrimiento extremo. Dando una idea cercana del perfil siniestro de los/as jerarcas
que manejan los hilos de la sanidad española, encabezada por una ministra, una
impresentable, una millonaria, presuntamente implicada en distintos
escándalos vinculados a la mafiosa “trama Gürtel”.
En la Comunidad de
Madrid el consejero Lasquetti ha decidido cortar por lo sano en el presupuesto
de estas unidades, disminuyendo el número de personal que conforman estos
equipos, cerrando las puertas a los cuidados paliativos en los nuevos hospitales
públicos, que están siendo “regalados” a las empresas “amigas” de la sanidad
privada.
Cuatrocientas son en todo el estado español las unidades especializadas en cuidados
paliativos, que según distintos expertos, son apenas la mitad de las que serían
necesarias para poder fallecer sin dolor.
Pero el gobierno
del PP no se plantea potenciarlas, sacar dinero de donde sea para que al menos no
desaparezcan las que ya existen, condenándonos también a morir resquebrajados
de sufrimiento. En cambio ellos y su prole con sus millones, sus repletas
cuentas corrientes, tienen donde irse o llevar a sus familiares si se enferman.
Les sobran los medios, la morfina no es problema, para que en el momento de la
muerte el sufrimiento sea algo inexistente.
Vamos camino de una
sociedad de beneficencia donde las damas de la putrefacta burguesía se acerquen
a nuestras humildes casas con sus limosnas, los nuevos “santos inocentes” que
bien describió Delibes en su genial obra literaria. El terreno perfecto para la
delincuencia institucionalizada de guante blanco.
Una situación que
ya estamos viviendo cada triste día que pasa, en las nuevas tramas, pelotazos,
robos a manos llenas, privatizaciones corruptas y otras perlas de una casta que
nos conduce de forma inexorable al abismo, a la barbarie, a una sociedad de
esclavos/as, donde hasta para morir dignamente existan diferencias y clasismos.
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