Haga
el lector un pequeño ejercicio, elija al azar a cualquiera de los
ministros de Rajoy y comprobará cuan fácil le es imaginarlo en un
gabinete de la dictadura de Franco sin desentonar lo mas mínimo. ¿A que
sí?
A
base de mentiras, el Partido Popular accedió al poder en una
situación en la que nadie sensato habría deseado gobernar dada la penosa
situación que España (como Grecia, Portugal o Italia) atravesaba en
noviembre
de 2011, a no ser por sus ansias de enriquecerse desmantelando lo
público como
botín de una nación llevada a forzosa quiebra, a golpe de
externalizaciones, de
concesiones multimillonarias a empresarios afines, y como premio final,
rescatando a la banca que contemplaba debacle sin dejar de percibir
beneficios mientras a los españoles se les desvanecía su estado de
bienestar.
Rajoy es hoy presidente por obra y gracia de Dios y de un puñado
de mentiras que sus valedores se empeñan en justificar como contradicciones (“la herencia socialista
recibida fue mucho peor de lo que se esperaba”). Pero no han sido
contradicciones lo que ha motivado que los populares
apliquen salvajes recortes y
privatizaciones selectivas. Todo parece obedecer a un plan oculto y paralelo (ese sería el verdadero programa electoral que nunca
dieron a conocer) a las falsas promesas electorales que les han otorgado cuatro
años para poder actuar a sus anchas, en el mas puro estilo
de las cortes franquistas. Haga el lector un pequeño ejercicio, elija al azar a
cualquiera de los ministros de Rajoy y comprobará cuan fácil le es imaginarlo en un gabinete
de la dictadura de Franco sin desentonar lo mas mínimo. ¿A que sí?
Utilizando mil y una mentiras como lenguaje vehicular, el Partido Popular ha conducido a la inopia
a una legión de proletarios que,incomprensiblemente les votan aunque la
corrupción impere en sus filas y aunque centenares de empresarios y amigos del
alma se hayan enriquecido a costa de restar prestaciones sociales a una
ciudadanía que es tratada como chusma y a una clase media peligrosa e incómoda que ya sufre los efectos de una solución final
para hacerla desaparecer.
Hay una cuestión que no resuelve ningún análisis; consiste en averiguar
el motivo por el que los españoles no le pasan factura a los políticos que les mienten
descaradamente (la pasada semana Rajoy aseguró que crearía un millón de puestos
de trabajo antes de dos años) mientras se ríen de ellos y desmantelan el estado
de bienestar que tanto les costó conseguir. ¿Por qué los mismos ciudadanos que en un restaurante no toleran
que se les sirva un solomillo cuando han pedido una lubina, agachan la cabeza y
repagan en centros de salud, hospitales y farmacias unos servicios que ya
financiaron con sus impuestos? La cabizbaja sumisión de decenas de millones de ciudadanos ante quienes les
gobiernan a golpe de decretos (como ocurre en las dictaduras), sería un asunto digno
de ser tratado en un diván psicoanalítico colectivo.
Cada
vez parece mas obvio que la
derecha neoliberal actúa según un plan de desmantelamiento (y
consecuentes privatizaciones) de todos los
organismos públicos que se les pongan a tiro. Todo ello sin atender a
las
protestas de la ciudadanía y aplicando una nueva regulación prevista
para el derecho a la
huelga y las manifestaciones callejeras, no vaya a ser que los tontainas
currantes que votan a la derecha despierten de su letargo por no haber
recibido a tiempo una buena ración de porra y calabozo.
Hago una llamada de atención (incluso de socorro) a los
verdaderos demócratas y a los militantes decentes (que los hay y muchos) del Partido
Popular y sobre todo a quienes ocupan cargos de relevancia en el gobierno, para
que se rebelen contra quienes muestran ansias de retroceder a una España en
blanco y negro.
Es terrorífico pensar que a muchos políticos de peineta y luto procesionario así como nostalgias franquistas varias, les queden dos largos años de impunidad mientras cada vez
ocultan menos sus ansias por desmantelar
el sistema democrático y su ambición de controlar los poderes del Estado al
amparo de un “estamos legitimados por las urnas para actuar”, cuando sólo lo
están para llevar a cabo lo que prometieron y no lo que, con letra chica y a
mano, anotaron en los papeles de su contabilidad B ideológica, esa que nunca
enseñaron en los mítines.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR TU OPINION-THANKS FOR YOUR OPINION