Cola a las siete de la mañana para recoger alimentos de Cáritas, el reparto ha comenzado poco antes de las 10. Poco se habla de esta realidad que cada vez abarca a más y más familias en cada uno de nuestros pueblos y ciudades. A los políticos se les debería caer la cara de vergüenza, si la tuvieran, al ver que escenas así se repiten constantemente dentro de su propio país.
Hay mucha gente pasando hambre como para marear la perdiz hablando de seguridad ciudadana, prohibiciones de aborto, independencias y polladas semejantes, mientras en tantas casas se pasan hambre y penurias con una Navidad en ciernes que afrontarán gracias a la caridad de otros ciudadanos, y no a quienes se supone que están ahí para velar por nosotros y nuestro bienestar.
Estampas de este tipo no deberían sernos ajenas, quien sabe si el día de mañana nos tocará a alguno de los nuestros o a nosotros mismos vernos aguardando en una de estas colas.
« Ciudadano indignado en un pleno municipal: “Estáis gastando el dinero mientras yo estoy tirado en la calle con cinco menores”
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