Un total de veintisiete carros blindados
y más de un centenar de piezas ligeras de artillería podrían comenzar a
arrojar fuego cruzado sobre la mesa del despacho del juez Castro en la
próximas horas. La nueva maniobra de la defensa de la Infanta Cristina
viene a reforzar los continuados e intensos recursos que los abogados
están lanzando desde el portaaviones Juan Carlos I sobre la isla de
Mallorca y más concretamente sobre el edificio de la Audiencia
Provincial situado en la capital mallorquina.
Al parecer, el juez Castro podría haber
resistido las escaramuzas relámpago de la Fiscalía Anticorrupción y
acaba de imputar a la Infanta Cristina por su implicación en el caso
Nóos. “El grave problema que tenemos con los jueces decentes”, reconoce
Miquel Roca i Junyent, abogado de la Infanta, “es que les da
exactamente igual a quien estén juzgando”.
El propio Rey Juan Carlos ha pedido que
le preparen su uniforme de capitán general del Regimiento de Esquiadores
de Montaña para avanzar sobre Castro desde Suiza. “Daremos un rodeo
pero contamos con el factor sorpresa”, ha señalado el monarca.
Por otra parte, la Casa Real ha
confirmado que la Infanta Cristina acaba de hacer añicos una tacita de
porcelana de Limoges, tal es su indignación. “Nunca la había visto así”,
ha declarado el teniente coronel conservador de las tacitas de Limoges
de la Zarzuela.
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