Esta semana el programa Desde la Sombra trató este asunto: "La idea que están promoviendo los "globalistas" del mundo es que las naciones-Estado constituyen una forma arcaica de gobierno. Según ellos, esa estructura en sí misma, así como la idea de bienestar general del pueblo, representan el principal obstáculo contra cualquier intento de saquear libremente el planeta, al tiempo que constituye el impedimento más importante para la creación de un imperio mundial, que Daniel Estulin caracteriza como la CORPORACIÓN o la EMPRESA MUNDIAL".
Necesitamos levantar la mirada, demasiado centrada en nuestros asuntos
internos cotidianos, para tratar de entender el contexto donde se están
desarrollando los acontecimientos a nivel mundial, porque este contexto
global guarda relación directa con las políticas que se están aplicando
en España y en otros muchos países utilizando como pretexto la actual
situación de "crisis económica".
La incesante pérdida de soberanía de los Estados-nación que se viene
produciendo en las últimas décadas y hoy continúa profundizándose en
favor de unos organismos internacionales carentes de cualquier control
democrático (FMI, BM, OMC, BPI, BCE, CE,...), supone un paso fundamental
para que un puñado de grandes corporaciones financieras y empresariales
controlen la economía, el comercio y los recursos a nivel mundial sin
que ningún obstáculo legal o democrático se interponga en su ambicioso
camino.
Los grandes capitales y estas grandes corporaciones se
mueven por el mundo con total libertad, sin regulaciones, sin barreras,
en función de sus intereses económicos privados. Todos los tratados
económicos (como el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza
europeo que nos obliga a reducir al máximo el déficit público en los
próximos años, lo que se traduce en más recortes sociales), los tratados
de Libre Comercio, los Tratados Bilaterales y Plurilaterales de
Inversiones, el Tratado de Maastrich, etc. a los que se ha adherido
España desde la Transición hasta la actualidad van dirigidos a reducir
la presencia del Estado en la economía en favor de las grandes
corporaciones financieras y empresariales mundiales. Este es el objetivo
principal de la llamada "globalización": la imposición de un único
gobierno mundial dirigido por las élites financieras.
En este contexto, no es posible la aplicación de ningún gobierno
un proyecto o programa político dirigido a democratizar la vida política
y económica en España. No es posible ni creíble ningún programa de
cambio profundo si dicho programa no lleva implícito la ruptura con el
actual orden político y económico europeo y mundial. La casta política
española guarda silencio por razones obvias; los grandes medios
corporativos guardan silencio por razones obvias también; pero, ¿por qué
guarda silencio "la izquierda" supuestamente transformadora?
¿por qué no le dicen la verdad a los ciudadanos? Aquellos partidos u
organizaciones "de izquierdas" en España (incluidos IU y PODEMOS, entre
otros) que propongan un programa que beneficie a las clases trabajadoras
dentro del Euro y la Unión Europea de Maastrich, y bajo los mismos
tratados económicos, comerciales y políticos actuales, sencillamente
están mintiendo.
El sistema capitalista bajo el que estamos sometidos
sólo permite ciertas políticas y reformas progresistas, como aquellas
que propone la socialdemocracia, porque éstas no minan ni cuestionan los
cimientos sobre los que se sostiene su injusta y desigual arquitectura.
Todo lo demás, cualquier cambio profundo hacia la democratización real
del país, no será permitida por quienes desde estos organismos
supranacionales dirigen nuestras economías. Y todo esto, tan esencial
para entender lo que ocurre y poder construir nuestro futuro, no quiere
ser afrontado por una izquierda cobarde, conformista, y cómplice en
muchos casos, que sigue sin querer afrontar la cruda realidad del orden
mundial en el que estamos.
¿Todavía no somos conscientes de que los últimos golpes de Estado o
"golpes suaves" que se están produciendo en Venezuela o en Ucrania, se
pondrían en marcha también en España contra un gobierno de izquierdas
que pretendiera realmente entregarle el poder y la soberanía a los
ciudadanos? ¿en qué consisten entonces las propuestas políticas de la
izquierda española si realmente piensan que ellos no serían víctimas del
imperialismo y los "mercados financieros" si llegaran al gobierno con
un programa de cambio radical? ¿por qué la izquierda no es capaz de
hilar un discurso en el que se relacionen estos y otros acontecimientos a
nivel mundial con los problemas y recortes que estamos sufriendo en
España y en el sur de Europa? ¿de qué sirve pedirle a las clases
populares que voten o que salgan a la calle si antes no se les dice y se
les explica quién es el enemigo contra el que hay que luchar?
Es mucho
más fácil decirles a los ciudadanos lo que quieren escuchar que decirles
la verdad. Pero eso no es lo que se espera de una "izquierda" que dice
aspirar a transformar nuestra injusta realidad social.
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