Ese bloque surgirá más temprano que tarde
Es inevitable. Y en él se integrarán países de América Latina, siquiera por cuestiones subjetivas de supervivencia.
Rusia-China y la necesidad de engendrar una “OTAN” paralela
Por: Níkolas Stolpkin
Conforme el bloque
Occidental retrocede económicamente frente al avance Oriental, el bloque
Occidental no ha tenido más opción que ver aumentada su influencia
político-militar en los alrededores de grandes potencias como Rusia y
China para, de algún modo, frenar el avance del bloque Oriental. De esta
manera, como si se tratara de un tablero de ajedrez, el bloque
Occidental ha tomado progresivamente el control del centro del tablero
para que sus contrincantes tengan menos posibilidades de maniobra.
La denominada “Primavera
Árabe”, verdadero instrumento de ingeniería geopolítica llevado a cabo
en Oriente Medio y el Magreb, puede ser la manifestación o respuesta más
representativa y significativa del declive económico occidental,
después de las invasiones militares a Afganistán e Irak, para buscar
hacer frente a la creciente influencia oriental que ésta estaba
desarrollando en áreas de disminuida influencia occidental; quedando al
margen, curiosamente, aquellas áreas que comparten fuertes intereses con
el bloque Occidental, relacionado con las fuentes de energía o, bien,
llámese ExxonMobil o grandes compañías occidentales que han tenido una
significativa presencia económica.
El objetivo principal
para Occidente, queramos o no, es frenar el avance de China y para ello
Occidente tendrá que debilitar a su principal aliado: Rusia (el asunto
Siria y Ucrania han apuntado claramente en esa dirección).
No es ninguna casualidad
que la zona de influencia de la OTAN en los últimos años (finales del
siglo XX e inicios del siglo XXI) se haya extendido progresivamente a
zonas muy colindantes a Rusia, saliendo de su cause original para la
cual fue creada (1949).
China y Rusia, por
tanto, están en la obligación de hacer frente a toda esta ingeniería
geopolítica que las fuerzas de Occidente están llevando a cabo,
liderados por EEUU en conjunto con la obediente UE para hacerse del
control absoluto del principal alimento de toda gran potencia: las
fuentes de Energía. De no hacer frente ya, sus correspondientes
proyecciones económicas a futuro se podrían ver muy perjudicados. Es
cosa de ver algunos ejemplos como el retroceso en el cual han dejado
caer a Irak o Libia; y el freno económico desplegado sobre Siria o el
intento sobre Irán.
La razón por la cual no
retroceden o frenan directamente a China o Rusia no es más que por los
fuertes intereses económicos existentes entre Rusia y Europa en cuanto a
la energía; y el fuerte intercambio comercial existente entre China y
EEUU-UE.
Y una señal contundente y
lógica para buscar hacer frente a toda esa ingeniería geopolítica
occidental sería la creación de un órgano o estructura de
características similares a la OTAN para resguardar los intereses del
bloque Oriental y frenar, al mismo tiempo, los avances político-militar
que está teniendo hoy EEUU y la UE sobre sus áreas de competencia.
China y Rusia están
llamados a proceder en dicha senda si lo que desean es ampliarse tanto
económicamente o seguir satisfaciendo su creciente apetito por la
energía. Lo mismo para el caso con los países con gran movilidad
económica (países “emergentes”) que se puedan ver frenados u
obstaculizados por el bloque Occidental (ya sea agresiones militares o
bloqueos económicos).
La actuación en bloque
podría tener un mayor impacto a lo que podría ser la actuación aislada
de una sola potencia. China y Rusia necesitan dar más seguridad a sus
proyecciones y para eso deberán golpear la mesa con más ímpetu en
conjunto con sus aliados. Mal que mal estamos hablando de bloques
capitalistas que por su naturaleza ambicionan posiciones de privilegio
dentro del escenario económico. Por tanto, no estaría muy lejos de la
realidad tener respuestas en bloque a todo lo que afecte a sus intereses
como bloque.
La aparición de la
denominada “primavera árabe” en el Oriente Medio y el Magreb, no es por
otra cosa que por estar muy debilitadas sus propias estructuras
regionales y sus niveles de integración. La Liga Árabe, por ejemplo, hoy
se ha transformado es una marioneta al servicio de los intereses de los
EEUU y la UE, muy lejos de lo que antes representaba y para la cual fue
creada. Por lo tanto, es más fácil intervenir para Occidente en áreas
donde carecen de cohesión y de estructuras fuertes y con carácter.
El bloque Oriental
debería actuar más en bloque de la misma forma con la cual está
acostumbrado su contraparte; debería, además, apropiarse indirectamente
de los dos grandes caballos de batalla que tiene Occidente para
legitimar su actuar: la utilización del concepto “comunidad
internacional” (hoy EEUU y UE) y aumentar la penetración de medios de
información Orientales en Occidente.
Oriente está en el deber de empujar a Occidente a aceptar su declive económico frente al propio ascenso aún en progreso.
¿Hasta qué punto el
bloque Oriental deberá aceptar los avances político-militar del bloque
Occidental inmiscuyéndose en su propia órbita? ¿Cuál sería la reacción
natural de EEUU si el bloque Oriental el día de mañana instalara bases
de “defensa” en territorio latinoamericano cercanos a la frontera con
EEUU? ¿Sería lógico que China y Rusia sigan aceptando la injerencia del
bloque Occidental dentro de su propio terreno de juego en el tablero? ¿A
las amenazas hay que responder con “retirada”? ¿Hasta cuándo habremos
de ver a una Rusia muy diplomática y escuchar a una China un tanto muda?
¿Acaso Rusia y China no están conscientes del avance occidental en sus
propias narices y el obstáculo que representa para sus propios intereses
a largo plazo?
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