El
prestigioso diario estadounidense dedica un artículo a la querella
argentina y a los testimonios de las víctimas de la dictadura. Para la
Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica, “esto es ‘marca
España’”.
La decisión de la justicia argentina de
enfrentarse a los crímenes de la dictadura continúa traspasando
fronteras, en este caso las de EEUU, de la mano de The New York Times.
En un artículo firmado por Yim Yardley publicado este domingo, el
rotativo establece un paralelismo entre el encuentro de la víctima José
María Galante con su torturador, Billy el Niño, y el encuentro del
Estado español con su pasado: “Facing his Torturer as Spain Confronts its Past”.
La querella argentina es para las
víctimas de la dictadura una posible solución a la impunidad. Una
solución articulada gracias a la justicia universal -que el Partido
Popular intenta vetar en nuestro país-, en un proceso judicial que,
según el diario, “está reabriendo el doloroso pasado franquista yamenazando el pacto político que motivó la transición de la dictadura a la democracia”,“despertando viejos demonios en España”.
“Hoy en día, la política, los negocios y
la ley en España están salpicados de personas con vínculos directos o
indirectos con el régimen de Franco”
Viejos demonios que, tal y como narra el
diario mediante un recorrido por la Fundación Nacional Francisco Franco
-descrita como una de las vigilantes del legado del dictador- y por el
Valle de los Caídos, no estaban enterrados a la profundidad necesaria,
si es que yacían bajo tierra.
“Hoy en día, la política, los negocios y
la ley en España están salpicados de personas con vínculos directos o
indirectos con el régimen de Franco”, denuncia el artículo, antes de
pasar a describir las partes enfrentadas por esta querella: “Los
críticos dicen que España debe enfrentarse a su pasado y apartar la Ley
de Amnistía. Otros advierten que hacerlo puede desembocar en persecuciones que podrían alcanzar a la élite del país”.
Para Emilio Silva, presidente de la
Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, “esto es una
descripción, no una opinión. Las ramas del régimen franquista van desde
el Ibex-35 al poder judicial, con miembros de Tribunal Supremo que
juraron su fidelidad al régimen… y el Partido Popular es un partido
fundado por un ministro de la dictadura, lo fundó Manuel Fraga”, asegura
a Público, en referencia a la vinculación de varios miembros de la élite económica, política y legal con el régimen de Franco.
Las mismas élites que, como denuncian
las víctimas, han evitado que los crímenes franquistas sean juzgados,
los culpables condenados y los represaliados resarcidos. “Los tribunales españoles han rechazado oír estos casos {de las víctimas} durante cuarenta años, esgrimiendo la Ley de Amnistía} ,
afirma el artículo, sazonado con los comentarios y testimonios del
portavoz de la Fundación Francisco Franco, Jaime Alonso -el mismo que
mantiene que el régimen del general gallego no fue una dictadura-, o el
exministro y diputado socialista Ramón Jauregui, que considera que
imputar a cinco ministros franquistas, como pidió uno de los abogados de
las víctimas “no sería bueno para el país.”
“Desde que nosotros empezamos con las
exhumaciones en el año 2000, la primera en interesarse fue la prensa
extranjera”, asegura Silva, afirmando que en nuestro país “se ha tratado
el tema como algo descriptivo, del pasado, no algo que haya que
afrontar ahora”, a pesar de que “a los corresponsales extranjeros les sorprende que no se hable de este tema, que un país de la Unión Europea tenga este gravísimo problema de derechos humanos. “Esto es presión, es marca España. Si el Gobierno quiere que deje de serlo tendrá que arreglarlo”, asegura.
Para el presidente de la Asociación para
la Recuperación de la Memoria Histórica, otro de los problemas es “cómo
las élites han vendido la maravilla de la Transición sin sangre”. La
misma Transición que The New York Times describe como “una
especie de orgullo nacional, un periodo en el que los rivales políticos
adoptaron compromisos para permitir emerger a un nuevo país”, antes de
recordar que “la pérdida de ese espíritu político se hizo evidente el
pasado mes, con la muerte de Adolfo Suárez”.
A. LÓPEZ DE MIGUEL


No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR TU OPINION-THANKS FOR YOUR OPINION