por Mirna Larios
Este
es un ejercicio muy importante que se debe repetir cada siete meses, o
cada vez que se considere necesario. Es conveniente desprenderse de todo
los utensilios o artefactos que no funcionan o que no se utilizan en la
casa.
No es bueno conservar ropa que
no se va usar, libros o revistas que no se van a leer u otros objetos
que no cumplan una función útil.
Se puede vender, donar o regalar aquello que uno no necesita más.
Es importante dejar lugar para lo nuevo.
Tiene
que haber cierto espacio vacío en la casa porque, de lo contrario, lo
nuevo no puede entrar. Si se acumulan muchas cosas viejas en la casa
significa que se vive atado al pasado, a los recuerdos, y eso no permite
el cambio.
Se debe conservar solamente aquello que es útil, positivo y necesario.
Hay
objetos antiguos que pueden ser muy útiles; no interpretes que lo viejo
es malo porque, definitivamente, no es así. Solamente aquello que ya no
te sirve puede llegar a ser malo. Despídete de todo lo que ya no usas
con amor. Bendícelo y hazlo circular.
De
acuerdo con lo que llevamos por dentro, atraemos a personas y
situaciones. Esto significa que todo lo que nos ocurre, bueno o malo,
está reflejando pautas de pensamientos guardadas en nuestra mente.
Las
personas buenas, que nos quieren y ayudan, reflejan la parte más
favorable de nuestra conciencia, mientras que aquellos que nos generan
problemas, nos envidian o nos pelean están reflejando la parte más
oscura de nuestra propia conciencia.
Dicho
de otra manera, las personas que son más negativas solamente vienen a
nuestra vida para “hacernos el favor” de recordarnos que tenemos ciertas
pautas mentales que sanar.
Si una
persona tiene una pareja que la maltrata, le miente, la engaña y demás,
esa pareja está reflejando lo que la otra persona cree del amor o asocia
a la idea del amor.
La solución en
este caso no es cambiar de pareja, sino cambiar de idea. Si el cambio no
se produce por dentro, entonces la persona volverá a elegir otra pareja
que volverá a maltratarla.
Esta idea
es difícil de asimilar porque es más fácil encontrar al “culpable”
fuera de nosotros. Cada uno tiene al perfecto culpable de su propia
infelicidad: su pareja, alguno de sus padres, sus hijos, su jefe, sus
amigos, sus vecinos; si eso no alcanza, se culpa al presidente, al mal
tiempo, a la economía, o a la mala suerte.
Para crecer, primero debes aceptar la responsabilidad de tu propia vida.
De
esta manera, evitarás encontrar un culpable externo a tus propios
problemas. Tampoco es necesario que te sientas culpable por lo que te
sucede. Sólo tienes que sentirte responsable, saber que algunas pautas
de pensamiento erróneas te están llevando a elegir mal. Una vez que
cambies tus pensamientos, cambiarás tu vida.
A
partir de ahora, cada vez que surja algún problema es conveniente que
te preguntes a ti mismo: “¿Qué significa esto en mi vida? ¿Por qué o
cómo estoy creando esta situación?”. De esta manera, descubrirás la
creencia que te ha llevado a vivir tal situación. Para cambiar dicha
creencia deberás poner en práctica todo lo aprendido en el principio del
mentalismo. Cuando una creencia nueva y positiva se afirme en tu
conciencia, aparecerán las personas o las situaciones externas que te lo
confirmarán. En síntesis, puedes considerar tu situación actual como un
espejo de tu estado interno.
TIENES LO QUE TE CORRESPONDE
Según
el principio de correspondencia, cada uno de nosotros tiene lo que le “
corresponde”. Cuando veas a alguien que posea una fortuna, tienes que
saber que esa fortuna le corresponde, lo entiendas o no. También es
cierto lo contrario: cuando veas a alguien que vive en la pobreza, esa
pobreza le “corresponde”. Esto no significa que exista una selectividad
en la mente de Dios. El no ha seleccionado quien va ser rico y quien va a
ser pobre. La selectividad existe solamente en las mentes de los
humanos; cada uno ha elegido ser rico o ser pobre.
La
pobreza no es un problema de dinero sino de conciencia. Si tienes
problemas de dinero, debes saber que hasta que no cambies tu mentalidad
de “pobre” la riqueza no podrá manifestarse en tu vida. Se sugiere que
no preste dinero a aquellos que tienen problemas económicos. Si prestas
dinero a alguien que tiene una deuda, lo mas probable es que solamente
lo ayudes a agrandar su deuda original. La solución es ayudarlo a
cambiar su pensamiento, enseñarle a pensar en términos de prosperidad y
no de carencias. Las deudas se generan por culpas y son una forma de
autocastigo. Si quieres salirte de tus propias deudas o ayudar a otro a
hacerlo, deberás aprender a perdonar.
La
mayoría de las deudas se generan por querer acceder a cosas que todavía
no están ganadas en conciencia. Esto significa que estas apurando el
proceso e internamente aun no has aceptado aquello que estas adquiriendo
en el plano físico. Las tarjetas de crédito te “ayudan” a endeudarte
porque te permiten acceder con rapidez a tu deseo. Cuando el deseo y la
conciencia están de acuerdo, puedes acceder a lo que quieres sin
endeudarte.
Recuerda que la mente es
como un terreno fértil donde siembras tus “semillas” o deseos. Cuando
una planta nace, es muy débil y pequeña; pero si la riegas y la cuidas,
entonces crecerá como un árbol y te dará flores y frutos. Es imposible
que una planta te de sus frutos apenas nace. Lo mismo ocurre con tus
pensamientos. Si los repites, cuidas, visualizas, y los mantienes en el
tiempo, se materializan y te dan sus frutos. Si tu deseo es adquirir una
casa con cinco habitaciones y actualmente vives en una casa con una
sola habitación, tendrás que “trabajar” esa idea, darle tiempo a que
madure en tu conciencia hasta que la sientas posible y verdaderamente
tuya. Entonces, aparecerá la posibilidad mas cómoda de acceder a ella.
Cuando aceleras el proceso porque tu ego te dice que se te pasa el
tiempo, contraes deudas.
Además, de
acuerdo con este principio, el cuerpo físico nos envía señales muy
concretas acerca de si lo que estamos viviendo será bueno o malo para
nosotros. Estas señales son muy simples y fáciles de entender. Cuando
estas frente a algo que será bueno para ti, el cuerpo te envía una señal
de comodidad. Te sientes tranquilo, en armonía, en paz y con
entusiasmo.
Por el contrario, cuando
estas frente a algo que te puede perjudicar, la señal es de incomodidad.
En este caso el cuerpo se pone tenso, los músculos parecen estar listos
para actuar y defenderte de algún peligro, no puedes descansar ni
disfrutar. Si te guías por esas señales básicas de tu cuerpo jamás te
equivocaras.
Además de tener un
cuerpo físico, cuentas con lo que se llama “cuerpo emocional”. Este
cuerpo tiene la habilidad de reconocer en el primer instante en que
entras en contacto con alguien si esa persona te hará bien o mal; la
mezcla de energías produce una reacción química inmediata, muy clara y
acertada.
Por eso, siempre debes prestar atención a tus “primeras
impresiones”. Desde el primer momento, podrás saber si tu actual pareja,
amigo, jefe, vecino, o una persona que frecuentes serán una influencia
positiva o negativa para ti.
Esto también es cierto con la energía de ciertos lugares.
Hay
lugares en los cuales te sentirás muy cómodo; hay otros que querrás
abandonar inmediatamente después de haber llegado. Hazle siempre caso a
la sensación que recibas. Es probable que tu lógica te señale un montón
de razones en contra de lo que estas sintiendo; sin embargo, tu ser
interno va mas allá de la lógica y puede ayudarte a evitar problemas
futuros.
Quizás al leer esto ultimo
recuerdes alguna situación en la que sentiste de antemano que cierta
persona o lugar no eran adecuados para ti; sin embargo, no le hiciste
caso a esa percepción y mas tarde sufriste las consecuencias. Si ya has
vivido la experiencia, tómala a tu favor y prométete a ti mismo
escucharte mas..
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