Del cubo al buey
Mucha gente se tira un
cubo de agua para recordarnos la enfermedad del ELA mientras los
negritos de África beben agua pútrida y no les da tiempo a contraer
aquella porque se mueren antes, pues bien: podría estar naciendo una
nueva moda entre la aristocracia y atractiva para la gente guapa: La
niña de los duques de Tarifa acude a misa a comulgar montada en un carro
tirado por bueyes, eso sí con musica y todo.
Una imagen del siglo XIX:
La pequeña Cecilia, hija
de Pablo Von Hohenlohe y de Medina y María del Prado y Mugiro, duques
de Tarifa, fue a hacer su primera comunión a la iglesia de Torés (As
Nogais) en un carro de vacas. La celebración contó con la asistencia de
numerosos miembros de la Casa de Medinaceli, que es la propietaria de
los restos de la torre que se conserva en esta parroquia.
Cuando el padre de la
niña anunció a unos vecinos de Torés que su hija haría allí la comunión,
en el pueblo comprendieron que esa decisión una buena promoción. Por
eso se pusieron manos a la obra para tenerlo todo a punto. Había que
llevar a la niña a comulgar en un carro de vacas, pero resulta que hace
años que no hay marelas dispuestas a prestarse al xugo. Echaron mano de
Campanera y Morada, dos ejemplares asturianos de Manuel Gómez. Durante
semanas hicieron prácticas con las esbeltas reses para que ayer el viaje
de la niña discurriese sin sobresaltos. Y así fue.
El carpintero Eladio
Fernández, además de prestar el carro, un vehículo con matrícula de
Triacastela del año 1961, se ocupó de hacerle una especie de trono de
madera para que la hija de los duques hiciese el recorrido alrededor de
la iglesia. Campanera y Morada, se portaron. Tiraron del carro
fachendosas. Finalmente una de ellas, ajena al relevante acontecimiento
social, hizo con tranquilidad sus necesidades lo que provocó gestos
expresivos, de innecesaria descripción, en la cara de alguna invitada.
La pequeña Cecilia entró
en el templo con música de gaiteiros, acompañada de sus familiares.
Entre ellos estaba el duque de Segorbe, conde de Ribadavia y presidente
de la Fundación Ducal Casa de Medinaceli, Ignacio de Medina y Fernández
de Córdoba; su esposa, la princesa imperial de Brasil, María da Gloria
de Orleans y Bragança. Asistió también la duquesa de Denia, Flavia de
Hohenlohe y el príncipe, Hubertus de Hohenlohe.
Entre los invitados sin
título nobiliario, pero con el cargo de alcalde, estuvo Jesús Núñez,
regidor de As Nogais. Se sumaron miembros de la asociación de vecinos de
Torés que desarrolla una destacada actividad y que fueron invitados por
la familia de la pequeña. El colectivo fue el que promovió la
recuperación de la torre, entre otras destacadas obras. Asimismo,
participó una mujer residente en Los Ángeles que buscaba un acta de
nacimiento de uno de sus antepasados.
Al iniciarse la misa,
una vecina agradeció a los Medinaceli el gesto con Torés e hizo votos
para que las relaciones continúan. «Teñen 12 pazos repartidos por toda
España e optaron por vira a nós. É moi de agradecer», dijo uno de los
vecinos. De hecho, los invitados estuvieron alojados en el Pazo de Oca
(Pontevedra) y alquilaron un Alsa para desplazarse a As Nogais. La
movilización del colectivo vecinal fue tal que incluso no se le escapó
el detalle de hacer un obsequio a la pequeña Cecilia. Niños de Torés
hicieron un libro con canciones de primera comunión para regalarle.
La celebración no acabó
tras una hora de misa porque hubo procesión con el Santísimo en una
custodia de 1667 y también con gaiteiros. Fue para agradecer que no
lloviese. Sobre las tres de la tarde comenzó la comida en una carpa
colocada en un prado al pie de la torre. La sirvió el hostelero lucense
Ramiro López que ofreció una selección de productos gallegos: empanada
de panceta y chorizo, también de bonito; lacón, pimientos de Mougán,
tortilla, pulpo y falda ó caldeiro. A los sesenta comensales les dieron
de postre milhojas de chocolate, tejas, maruxas de nata y cañas. El vino
fue de la Ribeira Sacra.
Entre los invitados
figuraban Ana Posada Luaces y su esposo Gerardo Pardo de Vera. Este, a
los postres, realizó una intervención en la que citó a Machado,
Cunqueiro, Valle Inclán, Pedro Salinas y recitó un poema de Uxío
Novoneyra. Además, recordó algunos aspectos históricos relacionados con
la torre como fue el hecho de la retirada de todos los bienes a Pedro de
Bolaño Ribadeneyra y Balboa por ser yerno del mariscal Pardo de Cela.
Pardo de Vera fue también quien hizo el desconxuro de la queimada.Tras
la misa , el duque de Segorbe, Ignacio de Medina, se interesó por el
retablo de la iglesia y otros elementos de gran valor que precisan
restauración.
Información y foto: La Voz de Galicia





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