Uno
los factores que más repercute en la dependencia energética de un país
es la cantidad de petróleo y gas que debe importar para la industria y
transporte, estando la media europea en el 52% y al ser Rusia el
principal abastecedor de gas , petróleo y carbón de la UE ( con un 42%,
33% y 26% respectivamente), se deduce que la UE sufre de rusodependencia
energética severa que le hace extremadamente vulnerable al chantaje
energético de Putin.
Así,
acuciada por la elevada dependencia energética (más del 50%), la alta
volatilidad de los precios del gas y petróleo debido a factores
geopolíticos desestabilizadores y la imperiosa necesidad de la garantía
de un aprovisionamiento seguro de energía, la UE implmentó una
estrategia energética basada en los acuerdos preferenciales con Rusia y
Argelia para el suministro de gas, en la utilización de obsoletas
centrales nucleares en lugar de reactores atómicos de nueva generación
EPR (European Pressurized Water Reactor)y en el extraordinario impulso
de las energías renovables (1º productor mundial), con el objetivo
inequívoco de lograr el Autoabastecimiento energético y de recursos
hídricos en el horizonte del 2.020.
Asimismo,
se aprobó el ambicioso Programa Europeo sobre el Cambio Climático en el
horizonte del 2020 ( el Triple 20), con el compromiso de recortar las
emisiones de dióxido de carbono en un 20%, mejorar la eficiencia
energética en otro 20% y lograr que el 20% de la energía consumida
proceda de fuentes renovables aunado con la Reorientación del Transporte
de mercancías terrestres por las nuevas Autopistas del Mar y Vías
férreas de Alta Velocidad mediante la imposición de tasas ecológicas al
transporte por carretera y a los vehículos sin etiqueta ECO.
Sin
embargo, según Marie-Helene Fandel, analista del European Policy
Centre, “la política energética de la UE adolece de una elevada
dependencia del exterior debido a su escasez de recursos y su limitada
capacidad de almacenamiento” lo que aunado con la incapacidad de los
Veintisiete para desarrollar una verdadera política energética común,
ralentizará todo el proceso y hará inviable la utopía de la
Autodependencia energética europea en el horizonte del 2.020.
La rusodepencia energética europea
El
proyecto del gasoducto conocido como Nabucco West proyectado por EEUU
para transportar el gas azerí a Europa a través de Turquía, Bulgaria,
Rumania y Hungría y así evitar el chantaje energético ruso, fracasó al
haberse inclinado Turkmenistán, Uzbekistán y Kazajistán por el proyecto
ruso del gasoducto South Stream y tras retirarse finalmente Azerbaiyán
del proyecto en junio de 2013, siendo elegida la vía alternativa del
gasoducto transadriático, (TAP, Trans Adriatic Pipeline), mediante el
cual Azerbaiyán exportará su gas hacia Europa a través de Grecia,
Albania e Italia pero que sólo puede transportar un tercio del proyecto
Nabucco, por lo que no supone ninguna amenaza para los intereses de
Rusia.
Por
parte rusa, en el 2007 presentó el proyecto del gasoducto South Stream,
gasoducto de 39.000 millones de dólares que recorrerá Rusia, Bulgaria,
Serbia, Hungría, Eslovenia e Italia y que debería comenzar a construirse
en Junio del 2014 garantizará el suministro de gas ruso a la UE
evitando el paso por la inestable Ucrania tras la crisis del gas del
invierno del 2.006 y los recortes de suministro producidos en
incontables países de la UE.
Recordar
que el 80% del total del gas que la UE importa de Rusia pasa por
Ucrania y abastece en más de un 70% a países como los Países
bálticos,Finlandia, Eslovaquia, Bulgaria, Grecia, Austria, Hungría y
República Checa y que en el 2009 se volvió a reeditar dicha crisis
ruso-ucraniana pero dicho proyecto dormirá en el limbo de los sueños
tras la negativa de Bulgaria a participar en dicho proyecto debido a las
presiones recibidas por parte de EEUU, cuyo objetivo inequívoco
es sustituir la rusodependencia energética europea (30% del gas que
importa la UE procede de Rusa) por la frackingdependencia, inundando el
mercado europeo con el GNL (gas natural frackeado en EEUU y transportado
mediante buques gaseros) para hundir los precios del gas ruso así como
impulsar la utilización de la técnica del fracking en todos los países
de la Europa Oriental, el llamado “arco del fracking europeo” que se
extendería desde los Países Bálticos hasta la Ucrania europea, pasando
por Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Rumanía y Bulgaria y
que dependerá de la tecnología de empresas estadounidenses como Chevron o
Shell.
Por
último, la coalición de intereses ruso-alemanes ideó el proyecto Nord
Stream que conectará Rusia con Alemania por el mar Báltico, con una
capacidad máxima de transporte de 55.000 millones de metros cúbicos
(bcm) de gas al año y con una vigencia de 50 años.
Dicha ruta se estima
vital para Alemania y los Países Nórdicos, por lo que ha sido declarado
de “interés europeo” por el Parlamento Europeo, nefasta para la
geopolítica de EEUU y crucial para la geoestrategia energética rusa pues
con dicha ruta se cerraría la pinza energética rusa al descartar a las
Repúblicas Bálticas y Polonia como territorio de tránsito, descartado
asimismo el oleoducto BTC de filiación clintoniana. Rusia conseguirá así
su doble objetivo geoestratégico de asegurar un flujo ininterrumpido de
gas hacia Europa por dos vías alternativas y convertir de paso en
“islas energéticas” tanto a Ucrania como a las Repúblicas Bálticas, por
lo que no sería descartable un posterior intento ruso de fagocitar a
dichas ex-repúblicas soviéticas utilizando el chantaje energético para
resquebrajar la unidad comunitaria, en la certeza de que Alemania y
Francia no dudarán en sacrificar a dichos países en aras de asegurar su
abastecimiento energético.
¿Argelia como alternativa?
Según onemagazine.es,
el gas argelino podría ser la alternativa a la rusodependencia
energética europea. En la actualidad, Argelia exporta su gas a través de
tres gasoductos: dos Argelia-España (uno de ellos pasando por
Marruecos) que no están conectados a la red europea y un tercero
Argelia-Túnez-Italia y tras la crisis de ucrania, los dirigentes de la
UE habrían establecido como prioridad la necesidad de mejorar la
conexión gasista con la Península Ibérica mediante un gasoducto que
conecte a España con Francia a través de Cataluña (gasoducto Midcat) por
el que España haría llegar a la red energética europea el gas de
Argelia,(equivalente a la mitad del que llega desde Rusia a través de
Ucrania), no siendo descartable la intensificación de las acciones
armadas de los grupos yihadistas en Argelia teledirigidos por EEUU con
el objetivo inequívoco de sabotear los citados gasoductos que abastecen a
la Unión Europea.
Ello tendrá como efectos colaterales una psicosis de
desabastecimiento y un aumento estratosférico de los precios, lo que
aunado con la actual situación anémica del euro respecto al dólar,
imposibilitará a los países periféricos europeos asumir el coste añadido
y les obligará a la explotación de obsoletas minas de carbón así como a
la reapertura de centrales nucleares cadavéricas (Garoña), para junto
con las energías renovables satisfacer una demanda energética
minimalista.
GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ-Analista
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