LOS PAPAS Y EL SEXO. ERIC FRATTINI HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES POLÍTICAS Y RELIGIOSAS EN EUROPA DESDE LA EDAD MEDIA HASTA NUESTROS DÍAS.

Cuadro del Greco, Dominico Teotocopoulus

 Tal día como hoy, el 9 de septiembre de 1560, bajo el pontificado de Antonio Michele Ghiselieri, alias san San Pío V, Luis pascal fue estrangulado y quemado en la plaza del castillo de Santo Ángel, Roma, en los Estados Pontificios. 

Este Papa asistió al espectáculo acompañado de muchos cardenales, frailes, inquisidores y gran multitud. Para mayor regocijo del clero se construyó un tablado para contemplar la muerte de un hombre y aspirar el olor su carne quemada. Podría ser que alrededor de ellos se quemase incienso para aliviar el olor de “un maldito hereje”.

 Esta víctima era un valdense de Sicilia, con el que se tomaron la molestia de llevarlo a Roma y servir de protagonista en el auto de fe como a la vez de deleita de los profesionales del Dios de los Estados pontificios todo según corresponde a un papa que ha pasado a la historia por sádico y santo.

LOS PAPAS Y EL SEXO. ERIC FRATTINI
HISTORIA DE LAS PERSECUCIONES POLÍTICAS Y RELIGIOSAS EN EUROPA DESDE LA EDAD MEDIA HASTA NUESTROS DÍAS. FERNANDO GARRIDO TORTOSA

EL 10 de noviembre de 1567, bajo el pontificado de Antonio Michele Ghislieri (San Pío V) Las tropas de Conté se enfrentaron a los católicos del rey francés Carlos, donde hubo un incontable número de muertos y heridos. Este Papa financiaba las guerras en Francia contra los hugonotes y sus subordinados predicaban con mucha intensidad la muerte contra los calvinistas franceses conocidos como hugonotes, sin olvidar el hacerse con sus bienes, lo que provocaba muchísimas muertes entre las distintas religiones. La Iglesia lo tiene como modelo ya que le dio el título de santo.



Bien ahora nos toca, pienso, el saber por qué este ensotanado es merecedor del título de santo como también discernir si santo es sinónimo de bueno, como se suele entender, incluso para más de un ateo, por eso de los posos de la cultura cristiana de tantos siglos, parasitismo cultural o introyección psicológica, impuesta por los curas, sus reyes, sus dictadores y sus personas con mucho dinero que saben que los clérigos son unos buenos aliados para eso de mantener el poder.


El suyo y el de aquellos que más le paguen.

 

Emblema de la Inquisición

Para empezar tenemos que decir que este Antonio Ghislieri, alias san Pío V, era un picha brava. Hasta aquí nada le impide ser buena persona. Incluso pienso que aquellos que se reprimen el instinto sexual, son más propensos a comportarse peor con los demás partiendo de la base de que si se maltratan a ellos mismo mucho más fácil será que maltraten a los demás.




Cuando andaba de inquisidor, el Verdugo de Bérgamo le llegaron a llamar, en Como y Bérgamo, Italia, tenía una amante y tres hijos. Ya lo de inquisidor impide ser buena persona  y otorga el título de hijo de puta. Y como veremos, este san Pío V alcanzó el título de hijo de la grandísima puta.



El que luego sería su santidad disfrutaba a raudales encarcelando a los bergamascos, gentilicio de los habitantes de Bérgamo, torturándolos con los instrumentos de tortura habituales, como también con la tortura y muerte de quemar a esos seres humanos vivos. Y no digamos nada, de cómo disfrutaría el santo robándoles a las victimas sus propiedades. “Santa pecuniam ad maior gloriam Dei habemus”. Tenemos dinero para mayor gloria de Dios.

Cuadro de la Matanza de san Bartolomé de Francois Dubois

A este excremento humano, le gustaba deleitar su pituitaria con el olor de carne humana chamuscada y agradar a oídos con los sones de los gritos aterradores de aquellas y aquellos quemados vivos por las “justas” llamas del Dios de los Estados pontificios, especialmente de aquellas por eso de mantener la misoginia cristiana que tanto le complace a los profesionales de esta religión: los curas.
Parece ser que el tipo cuando lo hacen papa se tomó muy en serio lo de la castidad. No sabemos si él se seguía colocándose entre las piernas de las mujeres o no, lo cual no sería de extrañar, como practicaba Hildebrando Aldrobrandineschi, alias san Gregorio VII, pues a la vez que se tiraba a Madilte de Canossa estaba matando curas porque no guardaban el celibato y consentía que el populacho le afanara sus propiedades.


San Pío V, el fanático despiadado, decidió que todas las profesionales del amor abandonaran la Ciudad eterna, Roma. Expulsó a muchas. Ni que decir tiene que seguiría habiendo hetairas pues ya se buscarían los clientes formas de mantenerlas. Sobre todos los poderosos y adinerados obispos y cardenales.



Las putas que se quedasen en Roma deberían casarse o si no se las expulsaba tras una tanda de latigazos por decreto de santo y casto varón fiel seguir de los “designios” del Dios del los cristiano, o más bien de los Estados pontificios, pues el papa quien lo interpreta. Por supuesto que este decreto les afectaría más a las putas pobres que a las ricas, normalmente a las que tenían un cuerpo menos favorecido que a las que lo tenían.



Algo curioso. Las habitantes de Roma y especialmente la nobleza recriminaron a su Santidad el que hubiera arrojado de la ciudad a las prostitutas, ya que la ausencia de éstas, mayormente demandadas por el clero, hacía correr peligro a las mujeres no prostitutas, pues podían ser acosados, molestadas e incluso violadas por la peste ensotanada, como ya había sucedido en anteriores ocasiones.

Pero ahí no para la cosa con respecto al sexo. Este cruel prelado -¿verdad que se va ganando el título de hijo de la grandísima puta?- la tomó también con los gays, a quienes consideraba herejes y a más de uno le dio el tratamiento eclesiástico. Les roba sus bienes, los tortura y finalmente los vuelve torturar y matar tras quemarlos vivo para “descansen en el seno del Señor” gracias al clemente y pío siervo de ese Señor, el papa, su Santidad. Es que al menda le salía la vena de inquisidor. Echaba de menos la hoguera con sus llamas, el potro, la carne abrasada, los gritos de dolor de los condenados…



El tipo persiguió el adulterio y a los hombres que los ensotanados decían que habían caído en este pecado se les deba de latigazos. A las mujeres se las mataba, -¡misoginia que no falte!- La Biblia dice que hay que matar a ambos adúlteros, pero el santo padre, infalible él, se pasa esto por el forro de los cojones. “²³ Si hubiere una muchacha virgen desposada con alguno, y alguno la hallare en la ciudad, y se acostare con ella; ²⁴ entonces los sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad, y los apedrearéis, y morirán; la joven porque no dio voces en la ciudad, y el hombre porque humilló a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti”. (Deuterenomio 22:23-24).



Bueno al menos alguien se salva aunque con la espalda marcada a latigazos y sufriendo un dolor casi tan bestial como el de perder la vida las mujeres que los curas llamaban adúlteras.




Para evitar tentaciones a la carne caprichosa, pecadora y amorosa, el elemento éste “iluminado por el Espíritu santo” decidió que los frailes en los conventos no podían poseer criadas y las monjas, por otro lado, en sus conventos fueron privadas de los animales machos para que no se metieran la verga de estos por su vagina que debería estar impoluta para dedicarse al “servicio de Dios”. Pero bien mirado, esto también era contraproducente, ya que mientras las monjas fornicasen con animales no se podían quedar preñadas y al no dar a luz las criaturas no serían asesinados y escondidos sus cuerpecitos en las paredes de los conventos o arrojados a los ríos y lagunas cercanas, como sucedía en más de una ocasión.



 

Monedas que mandó acuñar el papa Hugo Biemcampagni, alias Gregorio XIII, para conmerar la Matanza de san Bartolomé



También este fanático, cruel e hijo de la grandísima puta decidió seguir las tradiciones de los cristianos y les dio una ración de crueldad y malos tratos a los judíos de Roma, obligándoles a permanecer encerrados en un gueto, llevar distintivos en sus ropas que les discriminasen de los no judíos y no permitirles la salida del gueto sin autorización. Muchos ancianos y niños pagaron la “devoción” de este despiadado travestido, pues murieron de hambre y enfermedades. “Ad maior gloriam Dei”. Para mayor gloria de Dios.


Bueno. ¿Pensáis hermanos ateos que esta cosa inefable es apto para santo? Yo creo que sí. Reúne bastantes cualidades de pérfido y repugnante para llegar a la santidad. ¿Santo es sinónimo de bueno pregunto ahora? Pero aquí no acaban las andanzas de este ser desnaturalizado.





Cuadro de la Matanza de san Bartolomé de Edourd Debat-Posan. Catalina de Medici se pasea para ver su obra. Fue la principal instigadora



El elemento curil éste, además de los “méritos” mencionados condenó a Isabel I de Inglaterra a la que acusó de protestante y adúltera, apoyo a María Estuardo para que la destronara y creó un servicio secreto para espiarla: La Santa alianza a la que se le debe más de un asesinato, por no decir que muchos.



El también fanático y cruel como el que más, Felipe II de España, montó la Armada invencible para derrotar por mar a los ingleses, pero la acción acabó en fracaso total. Esto por cierto es un peligro que proviene de los papas. Como digan que un país o región es hereje significa una llamada a los vecinos para que invadan tal país o región, como pasó en este caso y como sucedió en el Medio día francés con los cátaros y esta región acabó repartida entre los vecinos, especialmente para el rey francés Felipe Augusto.


El papa se llevó su tajada pues consiguió Aviñón y el condado de este enclave. Y esto es una explicación del porqué los reinos dan dinero a los peste ensotanada, pues de lo contrario, siempre se está en el peligro potencial de que el papa busque invasores para el que no le pague tildándolo de hereje. Esto es algo así como las empresas que pagaban a la mafia por su protección, cuando en realidad es que los mafiosos no ataquen a las empresa si ésta les da dinero, sólo que en el caso de los clérigos no atacan ellos, sino los vecinos del país caído en desgracia por no ser pagador de la codicia ensotanada.



Como ya he apuntado al principio este sicario ensotanado financió las guerras de los católicos contra los protestantes, los hugonotes franceses. Normalmente se las llama guerras de religión. A mí no me gusta esta denominación, pues siempre hay motivos económicos y de poder más importantes que cualquier religión tras esas luchas en las que esta sangrienta religión sirve de excusa. ¡Cómo iba el papa a consentir que hubiera una religión que le haga la competencia perdiendo él y toda su grey diezmos y el famoso óbolo de san Pedro!







El cura de la Inquisición rodeado del brazo secular que era quienes robaban, torturaban y mataban cuando el cura se l0 ordenaba



También nuestro “héroe” pasa por ser un sádico, sobre todo por su ceño cuando estuvo de inquisidor. La muerte se llevó a este putrefacto personaje el 1 de mayo de 1572. No llegó a la Matanza de san Bartolomé, que tanto deseaba dentro de masacrar a sus competidores por diezmos, primicias y expolios, los hugonotes franceses. El sadismo de esta acción quedó marcado para la posteridad en monedas y cuadros que mandó acuñar y pintar respectivamente sobre el exterminio de esta famosa noche, el siguiente papa, Hugo Buencompagni, alias Gregorio XIII, otro tipo cruel y despiadado.



 Nada más enterarse de los asesinatos mando celebrar una ceremonia de hechizos, o acción de gracias como la llaman los cristianos,  un “Te Deum”. Pero no cabe duda que a san Pío V le habría encantado disfrutar del evento de la matanza plasmado en las monedas y el cuadro de la Matanza de la Noche de san Bartolomé en Francia que entra dentro de las guerras que esta sacra basura de su santidad ayudó a financiar, como acabo de apuntar. Guerras organizadas contra la competencia cristiana, los hugonotes franceses, con las consecuencias del exterminio de cerca de tres mil hugonotes en París y la extensión de la matanza a otras zonas de Francia. El nuevo papa que era otro que tal baila, debió de eyacular patas abajo cuando se enteró de la masacre en París y de las masacres posteriores.




Otra guerra que financió la liga santa donde los Estados pontificios estaban implicados, junto con Venecia, España, los monjes guerreros de la orden de Malta, Génova, el ducado de Toscana y ducados de Saboya fue la campaña contra los turcos en el Mediterráneo, que acabó en la batalla de Lepanto, en 1571, donde los turcos sufrieron un parón en expandirse por este mar, pero la lucha no fue definitiva. Los turcos seguirían dando qué hacer.

Así, con estas aportaciones se puede afirmar que Antonio Ghislieri, alias san Pío V, si reúne los requisitos para ser un hijo de la grandísima puta, santo y modelo de cristiano, como corresponde a cualquier príncipe de la Iglesia. Sacra institución que el Quinto jinete del Apocalipsis. Sólo queda colocar a tal jinete entre los otros jinetes: el Hambre, la Muerte, la Peste y la Guerra, quienes suelen llevar siempre beneficios a la Iglesia. Entre vosotros que me leéis  ésta es vuestra opción. ¿Consigo explicar por qué llamo a los travestidos curiles la peste ensotanada?

 

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-HISTORIA SEXUAL DEL CRISTIANISMO. DESCHNER
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-La Europa dividida. J.H. Elliott
-La Saint-Barthélemy: Les mystères d’un crime d’État, 24 août 1572, París, Gallimard. Arlette Jouanna
-La civilización del Renacimiento en Europa. John Hale
-Historia moderna. A. Corvisier
-Los siglos XVI y XVII. R. Mousnier

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