Para aclarar como fueron los hechos, el juez federal Walter Bento, que interviene en la causa, explicó: “Se trató de un hombre de 82 años, con problemas cardíacos, que cuando la azafata trató de acomodarle la mochila en uno de los compartimentos para el equipaje, éste le manifestó 'cuidado que tengo una bomba'".


Fue un comentario desafortunado en un lugar indebido y lógicamente de acuerdo a los protocolos de seguridad se tuvo que aplicar inmediatamente todo lo que éstos indican”, informó el magistrado.
No conozco el tono que empleó este hombre, pero la secretaria letrada del juzgado se hizo presente en el aeropuerto ante el llamado de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, se le tomaron los datos y lo vamos a citar a sede judicial para que preste declaración, pero no ha quedado detenido”, confirmó el juez Bento.


Tras el comentario del hombre, la azafata le dio aviso al comandante, quien decidió cancelar el vuelo, en tanto que personal de seguridad demoró al hombre e hizo descender a los 74 pasajeros y los 6 tripulantes.


A partir de ese momento se articularon los procedimientos de seguridad preestablecidos, moviendo la aeronave a un punto más distante de la terminal aeroportuaria mientras que efectivos de Bomberos revisaron minuciosamente el aparato sin encontrar explosivo alguno.


El aeropuerto recién fue reabierto a las 11.24, y se tuvieron que reprogramar algunos vuelos mientras que otros quedaron cancelados.


Una broma


Todo hace pensar que el anciano le quiso hacer una broma a la azafata, pero no era ni el lugar ni el momento indicado. Lo cierto es que por este hecho muchos pasajeros tuvieron inconvenientes en sus vuelos.


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