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martes, 21 de octubre de 2014

El ronroneo de los gatos: efectos terapéuticos y sus beneficios para nuestra salud

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El ronroneo terapéutico

 

El ronronear de los gatos despierta en nuestra psiquis mecanismos que tranquilizan nuestro cuerpo, haciendo que nuestra presión disminuya, nos relajemos o durmamos profundamente.


El cuerpo humano dispone de unos canales o meridianos, por donde circula la energía que nos llega del Cosmos y del Centro de la Tierra, por lo tanto, cuando nuestras emociones no están equilibradas, estas corrientes energéticas se distorsionan, atacando a los órganos y vísceras de nuestro organismo.



El gato es una animal especialmente intuitivo y a través de su gran intuición, se coloca donde ellos sienten que la energía del ser humano no está equilibrada, es decir, donde puede que haya un exceso o déficit de energía, o un estancamiento, y con su ronroneo vibratorio ayudan a movilizar estas energías estancadas.



Según Véronique Aïache, periodista de salud y autora de “La ronron thérapie”, el gato es capaz de regular nuestras pulsaciones, el ritmo cardíaco, el estrés y aumentar las defensas inmunitarias.


 Todo eso, y sin que él mismo lo perciba.




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Los estudios llevados a cabo intentan demostrar que el ronroneo del gato emite unas vibraciones sonoras tranquilizadoras en unas ondas muy similares a las que utiliza la música. Su caja torácica actúa como la caja de resonancia de cualquier instrumento de cuerda, como puede ser por ejemplo un violonchelo.



Las terminaciones nerviosas de nuestra piel son receptores idóneos de la terapia ondulatoria (con frecuencias bajas entre los 20 y 50 hertz) que nos ofrecen estos ágiles animalitos, similar al ultrasonido usado por kinesiólogos y ortopedistas.


Un estudio realizado por Elizabeth Von Muggenthaler, especialista en Bioacústica en el Instituto de Investigación de la Fauna de Comunicaciones de la Universidad de Carolina del Norte – captó el ronroneo de un gato midiéndolo en un rango de frecuencia de 25 a 40 hercios por segundo (Hz).


 La exposición a frecuencias de 20 a 50 Hz aumenta la densidad ósea, alivia el dolor, los músculos y sana. Otro estudio también reveló que el ronroneo de los gatos tenía un rango de frecuencias entre 20 Hz y 200 Hz, en particular 25 Hz, 100 Hz, 125 Hz y 150 Hz. Los resultados indicaron que a pesar del tamaño y la genética diferentes, todos los gatos tenían frecuencias de ronroneo muy fuertes que caían dentro del rango de una multitud de frecuencias terapéuticas.




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El ronroneo de nuestros felinos tiene una finalidad única. El sonido proviene de su laringe e intentan con ello ofrecer tranquilidad para sí mismos y los suyos, el paso previo antes de quedarse sumido en un sueño relajado. Esos sueños que les duran varias horas seguidas.


Con el ronroneo tranquilizan a sus crías, un sonido que nosotros percibimos a través de los corpúsculos de Pacini, terminaciones nerviosas situadas en nuestra piel, y que llegan al cerebro para ofrecernos pensamientos positivos y de bienestar.

Frecuencias cerebrales

La amígdala hipocampo, ubicada en nuestro cerebro, es estimulada por el ronroneo produciendo serotonina, un neurotransmisor del sistema nervioso central que se cree tiene relación con la ira, la agresión, la temperatura del cuerpo, el sueño y el humor. Esta hormona, cuando es producida por medios naturales, genera un profundo bienestar que facilita que nuestro organismo encuentre un ritmo más calmo y se recupere por medio de la relajación.


Ligado a la psicoterapia del inconsciente de la escuela de Karl Jung, por medio de los sueños resolvemos conflictos de nuestra psiquis consciente. La amígdala hipocampo también está en estrecha relación con nuestros miedos irracionales, y el ronroneo de los gatos estimula un coraje sutil que nos permite, al menos en sueños, enfrentar nuestros más temibles fantasmas. Este pequeño campo de batalla controlado que despiertan los ronroneos es la puerta grande para resolver problemas más estructurales.


Los japoneses, aficionados habitualmente a este tipo de corrientes de reflexoterapia y espiritualidad, tienen la figura del gato en muy alta estima, de ahí que en los últimos años hayan proliferado los centros especializados en unir a personas con felinos. Seguramente te extrañe, pero las grandes urbes niponas obligan a sus trabajadores a llevar una vida muy activa y con altas dosis de responsabilidades donde es común el estrés y la ansiedad.


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Para aliviarlo, se han abierto muchas salas donde las personas pueden pasar una hora en compañía de un grupo de elegantes y rechonchos felinos, a los que pueden acariciar, alimentar, abrazar o jugar con ellos. El tenerlos en brazos y dejar que éstos empiecen a ronronear, es sin duda lo más esperado y apreciado. Solo una hora con un gato y vuelven más descansados a sus responsabilidades.




Son muchos los países que empiezan a revalorizar al gato como elemento terapéutico y curativo: desde centros de ancianos donde los acogen como mascotas capaces de mejorar cognitivamente a enfermos de Alzheimer y otras demencias, hasta sencillos bares que ya incluyen a los felinos como un elemento más del ambiente donde acoger, distraer y relajar a los visitantes.


 http://shar.es/1mQk5F




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