Retrato de María Brey perteneciente a la biblioteca de Azaña
María Brey, prima de la madre de Rajoy, siempre fue la tía “roja” de la familia y una mujer olvidada, a pesar de su incansable trabajo a favor de la cultura. Su delito: ser republicana.
María Brey Mariño nació en Puebla de
Trives, Orense en 1910. Estudió en la Institución Libre de Enseñanza, y
cursó estudios de Filosofía y Letras en la Universidad Central de
Madrid. En 1931, cuando tenía tan sólo 21 años, aprobó la oposición
al cuerpo de Archivos y Bibliotecarios, y fue destinada a Santiago de
Compostela. Más tarde se encargó de la Biblioteca de la Presidencia del
Consejo de Ministros de la Segunda República a través de un concurso de
méritos, donde entabló una gran amistad con Manuel Azaña.Cuentan de ella
que era una mujer reservada, muy introvertida y sobre todo “muy
gallega”, con una voluntad de hierro. Le gustaba leer novelas
policiacas. Puso todo su empeño en llevar la cultura a cualquier rincón
de España, pero sin duda le tocó una época difícil.
María fue una mujer que desarrolló una
gran actividad de investigación literaria y publicó numerosos trabajos.
Tradujo a autores como Lacroix, Asselineau, y convirtió al
castellano actual el Libro de buen amor.Su amor por la cultura
y los libros la unió a Antonio Rodríguez-Moñino, con quien se casó en
1939. Antonio era además de republicano, un excelente bibliófilo y
bibliógrafo que durante la guerra civil salvó lo más importante del
patrimonio cultural escrito (Bibliotecas de Durán, Gayangos, Barbazán,
Lázaro Galdiano, Descalzas Reales, Escorial, etc.) Junto a María
Brey siguió trabajando incansablemente descubriendo en los insondables
fondos de las bibliotecas de todo el mundo y publicando el rico
patrimonio bibliográfico español. El matrimonio llegó a poseer la mayor
biblioteca privada de España con cerca de diecisiete mil volúmenes.
Durante la guerra civil, María Brey
siempre permaneció en el bando republicano y se ocupó de la Junta de
Adquisición de Libros, hasta que al finalizar la contienda las
autoridades franquistas iniciaron contra ella un proceso de depuración
por considerarla roja y ultraizquierdista. El informe emitido el 25 de
enero de 1940 detalla nueve acusaciones sin pruebas, la mayoría
procedentes de acusaciones de personas anónimas: “Es una
izquierdista y nada cordial con sus compañeros”, ”Era notorio que era
ultraizqueirdista, tenía amistades íntimas con los rojos e, incluso,
vivía en ‘república de rojos”. Estas son algunas de las que recoge el informe de depuración. El último testimonio corresponde al gobernador civil de Valencia.
María Brey nunca pudo
defenderse. Fue destinada a la biblioteca de la delegación de Hacienda
de Huelva, el peor destino de los posibles por aquel entonces. Se
trataba de un duro castigo que la inhabilitó durante cinco años para el
desempeño de cualquier puesto de mando o confianza.
Por su parte, su marido Antonio
Rodríguez-Moñino no quiso exiliarse y sufrió también un expediente de
depuración, siendo inhabilitado para la docencia durante más de veinte
años, condenándole a traslado forzoso fuera de la provincia de Madrid
por cinco años y siendo despojado de su cátedra; la resolución del
expediente se dilataría hasta 1966.
En 1943 pidió traslado a la Biblioteca
de Las Cortes, donde permaneció hasta 1961, fecha en la que junto a su
marido se traslada a Nueva York, comenzando a trabajar ambos para la Hispanic Society of America.
Finalmente regresaron a España y María comenzó a trabajar como
archivera en una institución cercana al régimen, la Fundación Lázaro
Galdiano.
La tía roja de Rajoy falleció en 1995.
El legado Rodríguez-Moñino–María Brey, una de las bibliotecas privadas
de y sobre literatura española más importantes del mundo, fue cedido a
la RAE por disposición testamentaria de María Brey.
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