El Arzobispado de Madrid pide precaución y serenidad
Los agentes que
custodian todo el material del guiñol incautado a los titiriteros que
actuaron la semana pasada en el Carnaval de Madrid no saben qué hacer
con el títere de la monja violada durante la función, que insiste en
continuar su embarazo, a pesar de no recordar exactamente qué títere es
el padre ni en qué momento decidió entregar su vida a Dios.
“Ni siquiera sabemos si las
marionetas recién nacidas tienen cordón umbilical”, han dicho desde la
comisaría de Policía para justificar su falta de preparación y escasez
de medios ante el posible parto de la monja.
Por su parte, el arzobispo de
Madrid, a pesar de que condena el execrable acto, ha pedido comprensión
y templanza para el títere, y recomienda no tomar ninguna decisión
hasta que el Vaticano se pronuncie.
“No se trata de que estemos ante un
embarazo particularmente complejo”, ha declarado, “pues no olvidemos que
una preciosa paloma fecundó a la Virgen y ni siquiera tuvo que quitarle
las bragas”.
“¿Qué sería de nosotros si Jesús no hubiera llegado a
nacer?”, añadió. “Tendríamos que estar trabajando”, apostilló su
secretario personal.
Los ginecólogos jurados del
Vaticano ya han adelantado que la gestación de un títere puede durar
entre quince y veintitrés días, por lo que urgen a los policías a que
dispongan de toallas y agua caliente en abundancia.
La posibilidad de arrestar
inmediatamente al títere que dé a luz la marioneta monja está
descartada, por el momento, aunque el ministro del Interior, Fernández
Díaz, cree que ETA está esperando con ansiedad ese alumbramiento.
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