La inspección detecta castigos como duchas frías o aplazamiento de
comidas, zonas de juego junto a calderas o provisión de comida caducada
en el recinto de Segorbe (Castellón) gestionado por las Hermanas
Terciarias.
La Generalitat ha cerrado un
centro de acogida de menores ubicado en Segorbe (Castellón) por los
“indicios de maltrato” y “abuso de poder” a los niños y las deficiencias
detectadas por los inspectores: zonas nobles dedicadas exclusivamente a
los adultos, áreas de juego junto a calderas de combustible, provisión
de comida caducada o abastecimiento de víveres en mal estado procedentes
de supermercados de la zona que eran recogidos por los propios
internos.
El centro, La Resurrección,
gestionado por la congregación de las Hermanas Terciarias, también
carecía, en el caso de las chicas, del registro donde es obligatorio
recoger todas las incidencias. Y algunos menores denunciaron castigos
impropios o desproporcionados: desplazar la hora de la comida o la
merienda o “duchas frías” en pleno enero.
Dadas las deficiencias de la
gestión, el emplazamiento y las denuncias de los usuarios -registrados
en el preceptivo informe de inspección- la Generalitat decidió trasladar
el 9 de mayo a los 18 menores a otros centros de Castellón antes del
fin del contrato, el 30 de junio. Técnicamente, la Conselleria de
Políticas Inclusivas solo puede cerrar centros de su propiedad. Ésta es
una entidad privada sostenida con fondos públicos.
Revolución en las políticas de menores
Ni el Ayuntamiento de Segorbe ni el centro, según recogió Levante-EMV,
eran conscientes de los motivos del traslado. El trato a los menores,
sin embargo, ha sido explicado este lunes por la vicepresidenta
valenciana, como epítome de la política de menores del gobierno
valenciano del PP. “Al conocerla en profundidad, quedé en estado de
shock”, ha dicho Mónica Oltra.
La también consellera ha
puesto otros ejemplos de centros con gestión mala o instalaciones
tercermundistas – Por ejemplo, el de Monteolivete (Valencia), de
titularidad pública, cuya foto encabeza esta noticia- y ha dado varios
datos sobre la, en su opinión, deficiente gestión del PP en la materia.
Ausencia casi total de
inspecciones -la última en La Resurrección databa de 2005-; hacinamiento
en centros -Monteolivete, con capacidad para 56 internos, llegó a tener
120- o prórroga de contratos a empresas quebradas, caso de Emaús.
La
entidad de Alicante atiende a varios colectivos vulnerables pese a que
está en concurso de acreedores y los trabajadores llevan varios meses
sin cobrar, situación que también ha salpicado al actual Consell.
Oltra asegura que no se
podía “creer” la herencia recibida del PP con respecto a los menores.
Por ello, su conselleria ha trazado un plan con el que, dice, se
cambiará radicalmente el trato a los casi 4.000 niños -sin familias o de
familias desestructuradas- bajo tutela de la Generalitat.
Ya se ha comenzado con el
traslado de los menores a los mejores centros, vaciando aquellos con
deficiencias. Se incrementarán las inspecciones -solo seis entre 2012 y
2015, dos por año- y se volcarán recursos en “desinstitucionalizar” el
sistema.
Es decir, la Generalitat quiere que los niños vivan con
familias y no en centros. De cumplirse el plan, los niños hasta seis
años serán los primeros en vivir en casas de acogida.
Además, se aumentará el
personal -de 1,05 profesionales por niño a 1,70-, se actualizará el
perfil de los profesionales, se priorizará la gestión pública -los
centros privados serán dirigidos por un profesional de la Generalitat-
y, dentro de las estrecheces económicas de la administración autonómica,
se mejora el presupuesto, un 40% más.
Oltra, sin embargo, ha
reconocido el retraso en el pago a los centros por la mala financiación
de la Generalitat.
Voro Maroto | El Diario | 15/05/2017
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