Cronología de una premeditación evitable
Artículo de la revista PUNTO Y HORA nº97 (22-29 Julio de 1978) vía Sanfermines78
Como una traca mortífera la mecha, previamente ya
colocada, ardió con furor en Pamplona, suprimiéndose los Sanfermines,
hecho que solo logró la guerra civil en los años 1937 y 1938 que no se
celebraron encierros.
Solo el certero conocimiento de la psicología de
los pamploneses pudo hacer estallar el polvorín, buscando la
contestación, que pudo costar cientos de víctimas.
Ninguna ingenuidad al
planear la incursión de hombres armados en el ruedo. No menor la
complicidad de quien dio la orden de atacar, y de quienes no fueron ese
día a la plaza, como confesó el diputado ucedista señor Aizpún a varias
personas, «porque sabía que algo iba a pasar».
La ocupación por las armas antidisturbios y de fuego
duro setenta y dos horas, arreciando con la inclemente violencia la
larga noche del día 8 en que mataron a German Rodríguez y resultaron mas
de doscientos heridos contabilizados en centros sanitarios.
Otros
cientos fueron atendidos en casas particulares, o en sus puntos de
origen al abandonar la ciudad sitiada.
No
se respetaron ni a niños, ancianos e inválidos. incluso un miembro de
UCD que salía de la plaza con dos diplomáticos se identificó y fueron
agredidos igual y democráticamente que al resto de los ciudadanos. La
ciudad padeció los destrozos de la agresión.
A las cinco de la
madrugada, lruña parecía una ciudad diezmada después de una batalla,
oliendo a ruinas. Se tomaron los accesos y las gentes no pudieron llegar
a sus casas, hoteles, pensiones, campings ni jardín donde echar el saco
de dormir. Curiosamente el diputado del PSOE, Urralburu, no pudo llegar
a la suya y durmió en la del senador Jaime Ignacio del Burgo de UCD.
Las casas se llenaron de desconocidos, dominados por
el espanto, que recibieron acogida y atención por los pamploneses. Los
tiroteos y gases obligaron a cerrar ventanas y portales. La sensación de
invasión y desamparo fue total. Solo la policía municipal ayudo a la
población, arriesgando todo por prestar atención a las gentes sin rumbo,
heridas, perdidas, ofreciendo apoyo humano y protección.
A partir de esa noche, las peñas reunidas estarían
sin dormir dos días consecutivos. Sus condiciones: abandono delas FOP y
dimisión del Gobernador no se cumplirían. Las fiestas se suspendieron.
LOS «ERRORES» DE POCA MONTA
El domingo día 9, partidos, centrales, peñas,
parlamentarios, entidades ciudadanas trataban de zanjar la toma por la
fuerza de la ciudad. La respuesta fue la llegada de nuevas unidades de
reserva. El éxodo fue masivo. Las FOP lo llenaban todo.
Asolaron con
especial virulencia el casco viejo. Y las frecuencias moduladas pusieron
los pelos de punta a los oyentes al oír la contundente orden de: «Tirar
con todas las energías, no os importe matar». El día anterior, órdenes
similares que permitieron las armas de fuego acabaron con el aliento del
joven Germán.
Estos serian uno de los «errores» de poca monta al
buen decir del señor Martín Villa. Frase tan desgraciada como aquella
de: «dos a uno a nuestro favor». Tanteo goleador que explica las
agresiones intolerables de los tres días, teóricamente festivos.
La solidaridad de Guipúzcoa no tardo. Pasajes Antxo
decidió suspender sus fiestas patronales de San Fermín. En San Sebastián
comienzan las movilizaciones que son disueltas por los antidisturbios.
Se hospitaliza a un herido de pelotazo en la región costal, de
consideración. Rentería, Zarauz y Pasajes celebran manifestaciones de
protesta por los sucesos de Pamplona. Las carreteras generales se
festonean con barricadas.
LOS VASOS COMUNICANTES
Euskadi recibe las primeras noticias, a través de su
propia prensa, no la dirigida para intoxicar al estado Español de
antivasquismo. Madrid dice lo que quiere, y en la mayoría lo que le
mandan. Televisión, sigue siendo idéntica: nauseabunda.
Acusa el golpe
de denuncia por su tergiversación enviada por el Consejo General Vasco.
En el telediario de Maciá, famoso en sus retransmisiones de la plaza de
Oriente y otras, torpemente se defiende pasando la pelota a
las «agencias».
A partir de ese momento los noticiarios
matizan: «según la agencia tal». Y dicen algo mas, pero como siempre.
Euskadi, sabedora de los hechos, vibra en vasos
comunicantes. El lunes día diez, por la mañana, el funeral por Germán
Rodríguez es una gran manifestación de duelo, silenciosa. El cementerio
albergo a unas treinta mil personas.
Se sumaron hasta feriantes de las
barracas. Emoción contenida. La consternación y duelo se traslucía entre
el silencio, que se rompió al llegar los manifestantes al túmulo donde
se entonó el Eusko Gudariak. Las FOP no aparecieron, y se desvió el
recorrido para no encontrarlas donde estaban apostadas. En el mismo
silencio se marcharon, excepto grupos pequeños que fueron disueltos por
los antidisturbios.
Paros en Pamplona, incluidos bares, comercios, salas
de fiestas. También en Estella, Tudela, Tafalla, Barranca, Burunda,
Leiza, Irurzun. En Guipúzcoa crecía la tensión. Barricadas y
enfrentamientos en Donostia durante la noche. Laboralmente se para en
Rentería, Pasajes, Hernani, Lasarte, Eibar, Tolosa… En Vizcaya y Alava
se iniciaron los primeros paros y manifestaciones. Las emisoras de
radios, Popular y Requeté transmiten las informaciones desde la
realidad. La conexión esta en marcha. El País Vasco enlaza sus manos.
EL «OTRO ERROR»: JOSEBA BARANDIARAN, MUERTO
El martes día once, los paros y manifestaciones se producen e todo Euskadi.
En
la cuesta de Aldapeta, calle de San Bartolomé, las FOP disuelven a los
manifestantes en solidaridad contra los sucesos de lruña. Joseba
Barandiaran, diecinueve años, recibe la bala mortal que paralizó su
corazón. Cae la segunda víctima. El gobierno civil de Guipúzcoa divulga
el infundio de que algunos manifestantes iban armados.
Se pretende hacer
pasar al joven muerto por delincuente común. Los testigos acuden a
informar. Se les entretiene impúdicamente. Su testimonio sólo es
escuchado en la prensa de casa. La tergiversación oficial no cuajara y
el CGV sale al paso, con energía y contradice los hechos, además de
urgir medidas políticas y transferencias de poderes.
Pero el gobernador
no cederá hasta que estalle el vandalismo de Rentería a los dos días.
Entre tanto, la conmoción alcanza cotas de angustia. Astigarraga sufre
por la víctima de su hijo Joseba, El CGV afirma que fue muerto por un
policía con arma de fuego, según los testigos que acuden a la consejería
del interior. Este sería el otro simple error de Martín Villa quien
aceleradamente acude al consejo a decir que informará.
Todos aplauden. A
todos les parece de perlas. Excepto a Julio García, Diputado tudelano
por Navarra, del PSOE, que firme y en pie se queda solo, como dicen, en
el hemiciclo. Se salta la disciplina de voto, pero ante el pueblo
aparece como el único que ha tenido agallas de no tragar la píldora, y
que ni le va ni le viene si se había pactado decir «si».
El caso es que
se veía épicamente que «no».
Guipúzcoa registra ya un paro general.
En Astigarraga
se celebra, a las seis de la tarde, una asamblea en la plaza del
Ayuntamiento. Se pide que Euskadi secunde el paro general. San Sebastián
ya estaba tomada por las FOP. En Pamplona las peñas mantienen su
postura irrenunciable de que se retiren los venidos a provocar. Se
suspende la corrida y posteriormente las fiestas sanfermineras
definitivamente. Vitoria celebra una gran manifestación y paros
parciales, sin intervención de las fuerzas.
En Vizcaya, la concentración
en el Arenal culmina con barricadas, incendios, disparos. La traca
mortífera se expande en todo el País Vasco, siendo la diana de las iras
Guipúzcoa. Mientras que en Navarra decrece, aunque continúan los paros.
EL «HELICÓPTERO» DE DON ERRORES
Marejada entre parlamentarios. Todos quieren decir
que no querían votar «sí» a la información gubernativa, que el asunto
era otro, que si responsabilidades, y aquello de «nosotros fuimos los
primeros» en pedir responsabilidades. Así es que don «errores» cogió el
helicóptero y vino a Pamplona y a San Sebastián para enterarse
concienzudamente, tal cual, luego informaría por televisión en rueda de
prensa de «a cuatro amigos» que le preguntaran lo que él quería que le
preguntaran o preguntasen.
Se entrevista con altos mandos militares.
Abel Hernández del diario «Informaciones» suelta ya la liebre contenida y
escribe que el ejército estaría preparado para tomar militarmente
Euskadi, por lo menos «en ciertos puntos».
Benegas, que sabia tanto o más que Abel Hernández,
se reúne con representantes de partidos y centrales y con el señor
Martín Villa se negocia el permiso para el funeral de Joseba y una
manifestación sin FOP. A cambio, se acuerda hacer un llamamiento al
pueblo de Euskadi para volver a la normalidad.
Bandrés encabeza la manifestación matinal. Durante
todo el día continúan los enfrentamientos y tensiones. A la tarde, se
celebra el funeral por Joseba en su pueblo, Astigarraga. A las ocho de
la tarde los partidos encabezan una manifestación y a la vez las FOP
disparaban a los manifestantes en Eguia y Amara. Estos acuden a los
otros manifestantes para comunicarles que la policía no había cumplido
lo pactado y que no se había contado con los barrios para tomar la
decisión con el gobernador. Tensión entre los manifestantes.
Llega la noticia de dos heridos de bala en Rentería.
La gravedad va «in crescendo». Los paros parciales se producen en las
cuatro provincias y en Navarra es noticia la Diputación Foral que se
adhiere a la nota de condena sobre la actuación de las FOP, en la plaza
de toros.
LA CALLE SUYA
Ya el oxígeno ciudadano comenzaba a faltar en serio
en San Sebastián y provincia. Pero el amago vandálico de una violencia
enloquecida llenó de espanto a Rentería que venía respirando
la «desgracia», cerrando comercios, y refugiándose los ciudadanos en sus
domicilios. Y hacia las dos del mediodía, con toda la calle para
doscientos policías, ya que no podían herir al viento o a los árboles,
asaltaron el asfalto, dispararon a puertas y ventanas, destrozando con
disparos y culatazos todo lo que encontraron a su paso.
Los porteros
automáticos fueron arrancados de cuajo, los escaparates de comercios y
entidades hechos añicos y en saqueo y pillaje digno de la más repudiable
de las villanías, recolectaron relojes, radios y dulces. Gritos,
insultos y risas ayudaban a proseguir la faena.
Así dejaron sus huellas
más significativas en la calle Aralar, donde defecaron y orinaron,
además de poner en el portal número uno un bote de humo en el ascensor,
que de manera angelical y «por error», pretendieron subir hacia arriba
activándolo.
Se
llevaron por delante cuanto encontraron, entre otras cosas un camión
matrícula SS-12445 al que le prendieron fuego y queda deshecho y
calcinado. La ira y venganza de los doscientos contra un Rentería vacía,
sin pájaros en el aire siquiera, escandalizaría a los parlamentarios
españoles, revelaba el secreto de la conjura, y obligaba a Martín Villa a
decir que el rojo es azul y que el amarillo negro. Luego que si Don
Quijote y los molinos de viento los creyó guerreros, y el sanchopancismo
del veneno en copa de cristal de Venecia, «erró», porque los crímenes
son los nuestros.
Así unos largos brebajes de fácil digestión para los
pueblos del estado a quienes se les escamoteo, otra vez más, la
realidad, esa realidad que está ahí, archisabida por quien la padece:
Euskal Herria. De tal suerte que provocó, y provocó.
Y para acallar a
los vientos, ya que la prensa vasca difundió los testimonios gráficos y
grabaciones de imposible ocultamiento, destituyó al gobernador de
Navarra, Ignacio Llano, al comisario Rubio, de Pamplona, al comandante
Ávila y al de San Sebastián y al capitán de la PA de la reserva de
Miranda de Ebro. Y él en su sitio. Porque tiene que prepararle a Suárez
las municipales, como le maniobró las del 15 de Junio.
Enterados allende Euskadi del incontrolismo de
Rentería, se recibió a las comisiones investigadoras de Rentería y
Pamplona. Pruebas eran amores y el asunto se dilata y propaga. El
Congreso no se divierte, sino que se entera. Se escandaliza. A Txiki
Benegas que le ha tocado la muy lucidísima, aunque difícil consejería
del interior, lo asedian a preguntas. Es un bombardeo. Todos otra vez se
apresuran a decir que «fueron los primeros» en pedir esclarecimiento,
responsabilidades.
Transferencia de poderes al CGV, dicen que rápidas.
Policía autóctona, que también. Y así llegan cuatro entretenimientos
para ir estudiando ciertos poderes para agricultura, industria, comercio
y urbanismo. Previa reunión Suarez-Benegas y con anterioridad enterado
el ejército que ya estaba preparado para intervenir si fuera menester.
Solo que la sorpresa cortó los planes. Supieron que había incontrolados
de los mandos. Después de cuarenta años de pasar ídem.
MANIFESTACION Y EL «POBRE DE MÍ»
Rentería convocó para la tarde del sábado día quince
una manifestación, que fue más nutrida que la de los partidos con el
idéntico objetivo de denunciar la acción policial de Rentería.
Asamblearios y partidos discreparon en el fondo y en la forma, pero las
contraopiniones no diluyeron el sentido de la protesta del pueblo
guipuzcoano. Al día siguiente domingo, partidos políticos, excepto Herri
Batasuna y LKI que discrepaban sobre la potenciación del CGV, se
manifestaron en San Sebastián, pidiendo entre otras cosas la dimisión
del gobernador.
Antes, Pamplona salio en pequeña manifestación del
Ayuntamiento al túmulo de Germán, simbolizando «el pobre de mí», fin de
unos Sanfermines que no se celebraron. Pero si esta la cuenta pendiente
de esclarecer unos hechos que llevaran tiempo, el verano se hace
caluroso, y el tiempo puede quitar interés, porque no conviene, tal vez,
denunciar demasiado este ensayo general, que de momento queda en
tablas.
Lo cierto es que ahora se intenta comerciar con
ofertas al PNV. Pero el pueblo tiene memoria y discernimiento. Sabrá
calibrar la mena y la ganga. Se le ha hecho sufrir demasiado.
Sañudamente. Es la hora de rectificar agravios, porque se ha vivido
entre la muerte y la esperanza, eligiendo esta última, razón que
sostiene y alimenta a Euskal Herria. Como lo ha demostrado.
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