¿Que qué hay de malo en la "gestación subrogada"?
Que es un eufemismo.
Que ser padre/madre NO es un derecho, por mucho que lo repitan.
Que una mujer embarazada no es un vientre gestante. Es una mujer embarazada.
Que vender un riñón es delito, aunque sin él puedas seguir viviendo, pero comprar a una mujer durante meses es un acto maravilloso.
Que, como ocurre con la prostitución, sólo un mínimo porcentaje lo hace sin presiones económicas.
Que no tenemos conciencia de clase.
Que legalizar la explotación de la pobreza es inaceptable.
Que, por enésima vez, nos tocan el útero.
Que no somos vientres, ni vasijas, ni incubadoras. Somos mujeres. Con todo.
Que si el bebé nace con enfermedades o malformaciones, el mismo que tiene derecho a ser padre, tiene derecho a no aceptar la compra. Producto defectuoso. Espeluznante.
Que no se alquilan vientres, se alquilan mujeres durante meses. Con sus mareos, sus vómitos y sus náuseas. Con su salud y con sus riesgos.
Alquilan su alimentación, sus horarios, sus costumbres, sus hábitos y sus rutinas. Alquilan su día a día. La alquilan a ella.
Que sólo alguien sin argumentos es capaz de comparar quedarse embarazada con donar óvulos o esperma.
Que modificar la ley de adopción sería tan importante como dejar de tocar úteros. Pero, sorprendentemente, no interesa que se adopten niños. Habrá que preguntarse porqué.
Que hablar de maternidad y de contratos en la misma frase es, cuanto menos, preocupante.
Que nos venden la palabra libertad para comprarnos más baratas.
Que se habla de nosotras como objetos que ni sienten ni padecen pero dan vida. Máquinas reproductoras.
Que sólo se legisla sobre nuestros cuerpos y nuestra sexualidad.
Que el capitalismo y el patriarcado nos utilizan para alimentarse, mientras la sociedad aplaude catálogos de bebés por encargo. Que sean dos.
Que la ética no es sólo una asignatura de Secundaria.
Que las mujeres hacemos "libremente" cosas que los hombres, haciendo uso de su libertad, jamás eligen hacer.
Que la mujer que realiza una felación a un borracho, en la esquina de cualquier calle, por 10 euros, también lo hace libremente, ¿no? Nadie le pone una pistola en la cabeza para que lo haga. Si no quiere, no lo hace. Es su elección. Su libre elección. Los cojones.
Que la mujer que acepta mantener relaciones sexuales sin preservativo, por pura exigencia del putero, también es libre de decir que no, ¿no? Si lo acepta será porque le parece bien. Es su elección. Su libre elección. Maldita libertad la nuestra.
Que hemos perdido tanto el norte que ya ni nos chirría la frase: "Quiero ser padre/madre y tengo derecho a ello. Tengo dinero y tengo derecho a comprar mujeres que satisfagan mis deseos y necesidades vitales".
Olga Lucia Alzate Botero
Que vender un riñón es delito, aunque sin él puedas seguir viviendo, pero comprar a una mujer durante meses es un acto maravilloso.
Que, como ocurre con la prostitución, sólo un mínimo porcentaje lo hace sin presiones económicas.
Que no tenemos conciencia de clase.
Que legalizar la explotación de la pobreza es inaceptable.
Que, por enésima vez, nos tocan el útero.
Que no somos vientres, ni vasijas, ni incubadoras. Somos mujeres. Con todo.
Que si el bebé nace con enfermedades o malformaciones, el mismo que tiene derecho a ser padre, tiene derecho a no aceptar la compra. Producto defectuoso. Espeluznante.
Que no se alquilan vientres, se alquilan mujeres durante meses. Con sus mareos, sus vómitos y sus náuseas. Con su salud y con sus riesgos.
Alquilan su alimentación, sus horarios, sus costumbres, sus hábitos y sus rutinas. Alquilan su día a día. La alquilan a ella.
Que sólo alguien sin argumentos es capaz de comparar quedarse embarazada con donar óvulos o esperma.
Que modificar la ley de adopción sería tan importante como dejar de tocar úteros. Pero, sorprendentemente, no interesa que se adopten niños. Habrá que preguntarse porqué.
Que hablar de maternidad y de contratos en la misma frase es, cuanto menos, preocupante.
Que nos venden la palabra libertad para comprarnos más baratas.
Que se habla de nosotras como objetos que ni sienten ni padecen pero dan vida. Máquinas reproductoras.
Que sólo se legisla sobre nuestros cuerpos y nuestra sexualidad.
Que el capitalismo y el patriarcado nos utilizan para alimentarse, mientras la sociedad aplaude catálogos de bebés por encargo. Que sean dos.
Que la ética no es sólo una asignatura de Secundaria.
Que las mujeres hacemos "libremente" cosas que los hombres, haciendo uso de su libertad, jamás eligen hacer.
Que la mujer que realiza una felación a un borracho, en la esquina de cualquier calle, por 10 euros, también lo hace libremente, ¿no? Nadie le pone una pistola en la cabeza para que lo haga. Si no quiere, no lo hace. Es su elección. Su libre elección. Los cojones.
Que la mujer que acepta mantener relaciones sexuales sin preservativo, por pura exigencia del putero, también es libre de decir que no, ¿no? Si lo acepta será porque le parece bien. Es su elección. Su libre elección. Maldita libertad la nuestra.
Que hemos perdido tanto el norte que ya ni nos chirría la frase: "Quiero ser padre/madre y tengo derecho a ello. Tengo dinero y tengo derecho a comprar mujeres que satisfagan mis deseos y necesidades vitales".
Olga Lucia Alzate Botero
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