“Llegaron al Ministerio del Interior montados en una escoba oficial del Gobierno”, aseguran los testigos
Rappel, el popular tarotista y
vidente conocido por llevar las gafas al revés, y la televisiva bruja
Aramis Fuster podrían haberse reunido ayer tarde con el ministro del
Interior, Juan Ignacio Zoido, para atacar y cortar directamente “la raíz
del problema separatista”, tal y como suele llamar el propio Zoido a
las 6.000 urnas que el presidente de la Generalitat de Catalunya tiene
ocultas en algún lugar, seguramente submarino, catalán y secreto, para
evitar que sean halladas y destruidas por los españoles.
El Gobierno niega
tajantemente que la visita de los dos videntes al Ministerio del
Interior tenga que ver con las actuaciones que se están llevando a cabo
contra el referéndum catalán y asegura que Rappel y Aramis solo se
citaron con el ministro para hablar de cosas mágicas en general, como
los incendios sin alarmas en los juzgados o la desintegración de discos
duros.
“El artículo 155 de la
Constitución prevé la posibilidad de coger a Puigdemont y clavarle
astillas ardiendo en los ojos para obligarle a revelar el paradero de
las urnas y preservar así la unidad de España, pero no lo vamos a hacer
porque se le podría incendiar el flequillo y los españoles no somos unos
salvajes”, ha puntualizado el ministro.
Por su parte, los dos
videntes ya han declarado que saben perfectamente donde están las urnas
y, por supuesto, todas las papeletas y el número exacto de millones de
catalanes que van a ir a votar el 1-O, incluyendo a “los que lo harán
por cojones, aunque sean del Real Madrid y les importe una mierda el
independentismo”, según precisa Aramis Fuster.
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