Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


viernes, 10 de noviembre de 2017

Carlos Herrera, pesadilla antes de Navidad


Carlos Herrera mostrando lealtad a Susana Díaz en la Feria de Abril.
Carlos Herrera mostrando lealtad a Susana Díaz en la Feria de Abril
 
 
 
Querido Carlos Herrera:


Cuando ya creíamos que habíamos alcanzado el summum de la telemierda con el Gran Hermano y demás basura catódica, llegas tú con tu programa, Carlos, para demostrarnos que siempre se puede caer más bajo, pues digamos que barnizar con una pátina de falsa intelectualidad lo que no es sino pura y dura excrecencia contribuye a la sofisticación –y, en definitiva, a la cronificación– de la cochambre, el bodrio y la indigencia mental.


“¿Cómo lo ves?” es el título de tu nuevo programa. Ya que lo preguntas –y por si aún no te ha quedado claro–  diremos que la cosa se ve tan grasienta que con solo mirarla uno engorda ya diez kilos. Solamente tú eres capaz de perpetrar semejante comistrajo financiado, además, con fondos públicos. 


Solamente tú eres capaz de invitar a un debate sobre el acoso sexual al clasista, racista y machista Salvador Sostres, un personaje de aspecto cromañónico cuyas intervenciones –la primera de ellas para aseverar que existen muchas denuncias falsas–  denotan la edad glacial o pleistocena en que viven sus neuronas. 


Solamente tú eres capaz de reducir a churretoso espectáculo cuestiones verdaderamente graves. Solamente tú –endiosado por años de servidumbre bien remunerada hacia el poder– puede padecer sin darse cuenta tamaña jibarización social y emocional. 


Bueno, para ser rigurosos, hay que señalar que no eres el único que se afana en la degradación del periodismo. Desgraciadamente, ahí tienes como infatigables compañeros de empresa a los indas, marhuendas, burgos, terchst, ussías, federicos y otros pintorescos diplodocus. 


Toda una legión, por cierto, que hace muy bien su trabajo, que no es otro que contribuir a eso que Noam Chomsky llamaba “la estrategia de la distracción” o Chantal Mouffe, falsos debates.


 Se trata, como siempre en esta democracia de cartón piedra, de no hablar de los asuntos verdaderamente importantes para la ciudadanía, bien mediante la frivolización de los mismos –como haces en tu programa, Carlos–,  bien mediante la creación o la exageración de nuevos problemas. Veamos dos sencillos ejemplos:


El primero lo aporta mi estimada Mª Ángeles Naval, profesora de la universidad de Zaragoza: “No me resisto a señalar como buque insignia de estos falsos debates en la España democrática la reforma de la ley del aborto planteada  por el ministro de Justicia Ruiz Gallardón (PP) en la legislatura 2011-2015 y las protestas surgidas al calor de la ley del matrimonio homosexual promovida durante el gobierno de Rodríguez Zapatero (2001). 


La fuerte contestación social que se promovió contra la ley de Zapatero quedó en agua de borrajas cuando en septiembre de 2015 el PP ensayaba ademanes preelectorales a la conquista del nuevo ansiado centro y convertían el matrimonio de Javier Maroto (PP) y su novio en un acto preelectoral”.


 El segundo es más actual y lo aporta ese tuitero anónimo que ha tenido la bondad de recoger en una lista todas las cosas que nos han colado en septiembre mientras asistíamos embobados al conflicto catalán: la aprobación del CETA, la confirmación de la caja B del PP, nueva subida de la luz, anulación de multas a Orange, Repsol y Telefónica, etc.


Llevabas veinte años sin aparecer por televisión –Dios aprieta pero no ahoga– y has venido ahora, Carlos, para adelantarnos la Navidad.


 Es lo que pensé cuando puse la tele el otro día. Había tanta caspa en tu programa que se podría fabricar muñecos de nieve para todas las ciudades de España. 


   Victor M. Muñoz.



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