O seis meses de cárcel, si se prefiere
Las diez mil caretas de
Jesucristo puestas a la venta en internet se agotaron en tan solo veinte
minutos, a pesar del recargo de 480 euros incluido para pagar la multa
por ofensa a los sentimientos religiosos que el cliente abona
directamente en el momento de la compra, junto con los quince euros que
cuesta realmente la careta.
La multa prepago es una idea
revolucionaria puesta en marcha por el Ministerio de Justicia que evita
pasar por un tribunal para ser condenado por ofender a las creencias
religiosas y que está agilizando enormemente la labor de los Juzgados,
la mayoría de ellos saturados por el aluvión de denuncias presentadas
diariamente por las hermandades y cofradías católicas diseminadas por
toda la geografía española.
La multa prepago no solo está disponible
para hacer frente a la condena por incrustar la cara de Jesucristo en la
foto de un ciudadano normal sino que puede usarse también para pagar la
sanción por dejarse el pelo largo como el Hijo de Dios, dejarse barba y
mirar hacia el cielo con cara de estar sufriendo por la humanidad
entera o andar de manera divina por la vía pública.
La mayoría de los compradores
de la careta de Jesucristo optan por la opción prepago de los 480 euros
de multa, salvo algunos parados de larga duración que prefieren
ingresar en prisión para ahorrarse el alquiler y la manutención de seis
meses.
El Ministerio del Interior ya ha advertido de la obligatoriedad
de llevar encima el justificante de prepago cuando se salga al carnaval
con la careta de Jehová y prohíbe terminantemente que se multipliquen
panes y peces sin el debido carnet de manipulador de alimentos.
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