El Gobierno español hizo público hace pocos días el Plan de Publicidad y Comunicación Institucional
que evidenció un uso totalmente partidista del dinero público del
estado. Y es que durante este 2018 el Gobierno hará un total de 36
campañas institucionales que serán emitidas en los dos grupos de
comunicación que apoyan a la Moncloa de manera incondicional, Atresmedia
y Mediaset, en estos últimos meses con más esfuerzo si puede.
Del grupo
Atresmedia forman parte Antena 3, La Sexta, Onda Cero, Editorial
Planeta y otras.
Mediaset cuenta con Telecinco, Endemol, Boing, entre
muchas otras. Estas dos cadenas se quedarán con el 35% de todas las
campañas que se realizarán en 2018, lo que supone aumentar en más de
once puntos porcentuales su representación en la tarta institucional de
los medios de comunicación.
Esto supone finalmente un aumento de un 63%
de las campañas que se adjudicaron el año pasado.
Una vez más se demuestra la vulneración de la separación de poderes en este país,
muestras evidentes en la espera judicial y ahora mediática.
Evidentemente no es gratuita esta inyección de presupuesto público
repartido a dos únicos grupos de comunicación elegidos y premiados.
Lo
veíamos hace pocos días con la exclusiva de Ana Rosa Quintana en
Telecinco, donde sacaba a la luz conversaciones privada de watsapp entre
el President Puigdemont y el conceller Comín o el posicionamiento de
Susana Griso en su programa matinal de Antena 3.
Resulta paradójico
ahora que se intente denunciar reiteradamente la manipulación de la
información en TV3 y ni se cuestione en estas televisiones estatales.
Hace pocos días que TV3 quitó de la parrila el magazine de tarde ‘Tarda
oberta’ presentado por Vador Lladó y Ruth Jiménez y producido por una
productora externa por no poder hacer frente a los pagos, substituido
por ‘Tot es mou’ con Helena Melero al frente y gestionado ahora por
trabajadores en plantilla de la misma televisión.
El
Gobierno ha aumentado su presencia sobre todo en televisión, apostando
solamente por s españoles y reduciendo parte del presupuesto que se
dedicaba a radio, prensa e Internet.
Este cambio de estrategia puede
darse por la necesidad del PP de que sus mensajes lleguen a grandes
volúmenes de audiencia por la bajada de popularidad y votos que
demostraron los resultados de las últimas elecciones en Catalunya.
El
partido apuesta por mensajes de gran impacto en franjas de máxima
audiencia.
Por
su parte, la inversión de publicidad pierde representatividad a pesar
de que sigue liderando el ránking de medios utilizados por Moncloa para
promocionarse. Los medios digitales se quedan con 62 campañas, siete
menos que en 2017, un 10% de caída.
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