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sábado, 28 de abril de 2018

Carta abierta al sexto miembro de la Manada

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Carta abierta al sexto miembro de la Manada

Muy señor suyo.
Ni respeto ni acato la sentencia. 


 
Posiblemente cuando viste la toga creerá que está en su mano la administración de la justicia, y se ve sabio cual rey David bíblico. 

 Tanto dicen los corruptos políticos de este podrido Régimen que respetan las muy manipuladas y en muchos casos prevaricadas decisiones judiciales, que usted, después de muchas pajas mentales (tal vez también de las otras viendo el vídeo de la brutal violación de una muchacha con deleite y «jolgorio») ha llegado a la conclusión de que hubiese sido muy placentero participar de ese «jolgorio», ser el sexto miembro de la manada, sedar con burundanga a cualquier joven y violarla once veces, ni más ni menos que once veces, ya sea en un descampado o en el estrecho portal de viviendas. 
 
Usted, sexto miembro de la manada ha dejado volar su enfermiza mente, dispersando sus reprimidas fantasías sexuales tras cada visionado de vídeo. A buen seguro que nunca ha sentido el temor al pasar por un oscuro o iluminado callejón por escuchar pasos a sus espaldas de una joven, ignoro si alguna joven habrá sentido ese miedo al escuchar sus pasos tras ella. 

No sé, si tiene hijas, hermanas, esposa, lo que es seguro que tiene o tuvo madre, al igual que los otros integrantes de la manada. 

 Pues bien, con su solidaria sentencia, solidaria para con los otros integrantes de la manada, (no para la muchacha violada que usted bien sabe que fue una violación, y si no lo sabe, debería saberlo) usted ha violado la honra de su madre, de sus hermanas, de su esposa y de sus propias hijas, ellas también han sido en ese “jolgorio” violadas. 

Con esa injusta sentencia, usted se convierte en el sexto miembro de la manada, en un violador más, en un prevaricador más de la desacreditada “In-justicia” española, justicia supeditada al poder político, capaz de condenar cantar una canción a tres años de cárcel, a treinta años por poner urnas en la calle o a sesenta por una trifulca tabernaria; y, sin embargo, muy condescendiente con ladrones de guante blanco, políticos corruptos y demás podrida fauna de este corrupto Régimen, en el cual la excepción en el cesto es que la manzana este sana o no mordisqueada por el gusano de la putrefacción institucional. 
 
Esta carta va dirigida a un anónimo juez, a ninguno en particular, porque en caso, de que me dirigiera a alguno en particular, por muy miserable que fuera, tendría más prisión que los seis miembros de la manada que violaron, vejaron y robaron a una muchacha de dieciocho años. 
 
 No obstante, cualquier juez corrupto o machista está en su derecho de identificarse con el juez al que no nombro, pero que cualquier ciudadano decente sabe quien es y se avergüenza de que elementos como él administren "In-justicia" en nuestro país. Ni respeto ni acato la sentencia.


Paco Arenas



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